miércoles, 22 de mayo de 2013

APEGOS



Un pájaro herido no puede volar,
pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco.

¡Deja de apegarte al pasado!
Dice el proverbio hindú:
El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando.

El mundo está lleno de sufrimiento;
la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento significa la eliminación,
el abandono de los apegos. 


Hay un deseo común,
que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego.
Ese deseo es apego,
porque ponemos en él la seguridad,
la certeza de la felicidad.

Es el miedo el que nos hace desear la felicidad,
y ella no se deja agarrar.
Ella es.
Esto sólo lo descubrimos observando,
bien despiertos,
viendo cuándo nos mueven los miedos
y cuándo nuestras motivaciones son reales.

Si nos aferramos a los deseos,
es señal de que hay apego.
¿Abandonar los apegos significa apartarse del mundo material?
La respuesta es:
¡No!

Uno usa el mundo material,
uno goza el mundo material,
pero no debe hacer depender su felicidad del mundo material.
¿Está esto suficientemente claro?

Uno comienza a gozar las cosas cuando está desapegado,
porque el apego produce ansiedad.
Si estás ansioso cuanto te aferras a algo,
difícilmente podrás gozarlo.

Por lo tanto,
lo que te propongo no es una renuncia al goce:
es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión,
a la depresión frente a la pérdida de algo.

-¿De dónde crees que provienen todos los conflictos?
De los apegos.

-¿De dónde crees que proviene el sufrimiento?
De los apegos.

-¿De dónde crees que proviene la soledad?
De los apegos.

-¿De dónde crees que proviene el vacío?
Tú lo sabes: el origen es el mismo.


-¿De dónde crees que provienen los temores?
También de los apegos.
 
Sin apego no hay temor.
¿Lo pensaste alguna vez?


Sin apego no hay temor.

Desconozco el autor.


"Todo tiene su belleza, pero no todos la ven" (Confucio).
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domingo, 19 de mayo de 2013

VENI CREATOR SPIRITUS - HILDEGARDA VON BINGEN


FELIZ PENTECOSTES QUERIDOS AMIGOS!!!
Para escuchar esta obra bellísima de Hildegarda deberán poner pausa en la música de fondo. Ubicar el reproductor de música en la barra lateral derecha. 

viernes, 17 de mayo de 2013

FRANCISCO Y EL RABINO SERGIO BERGMAN

Abrazar a Francisco, para reencontrarme con Bergoglio 

Me recibió con un afectuoso: "¡Sergio, qué bueno que estás acá! ¿Te colaste? Y en realidad, una vez más tenía razón.



Fue en la primera audiencia del papa Francisco con los líderes de las diferentes religiones. Allí me reencontré con el querido Bergoglio. En el marco imponente de la Sala Clementina , el abrazo trascendió la formalidad del protocolar saludo para ver en su sonrisa y gesto cercano a quien, investido como papa, era nuestro Bergoglio de siempre. Así, con los gestos que son tan suyos, es cálido, directo, íntimo. Con el humor de quien no pierde la sonrisa ni la frescura aun desde esas alturas, recuperando en cada uno la misma apertura, para finalizar pidiendo que sigamos rezando por él. Me presenté tan solo para bendecir y agradecer este momento. El gesto del abrazo corona un camino de quien es mi referencia, pero también el compromiso renovado por el desafío que nos convoca. "Ahora que estoy ante Francisco, vuelvo a abrazar a mi rabino Bergoglio", le dije. Me regaló una sonrisa y, con su humor tan particular, me recibió con un afectuoso: "¡Sergio, qué bueno que estás acá! ¿Te colaste?
Con el humor de quien no pierde la sonrisa ni la frescura aun desde esas alturas.
Y en realidad, una vez más, tenía razón.
Sin entrar en los detalles, no había sido incluido en la delegación formal de representantes de instituciones judías ante el Vaticano y, frente a la rigurosidad infranqueable del protocolo vaticano, aun con la colaboración de los propios dirigentes de la comunidad judía tanto argentina como internacional que estaban presentes, no fue posible incluirme para la audiencia, hasta que, como era previsible, fueron mis amigos sacerdotes y obispos como es el que caso de monseñor Sanchez Sorondo, quienes hicieron llegar la voz para que fuera el mismo papa Francisco quien instruyera a la Secretaría de Estado para que me dieran el acceso, y celebrar en ese mínimo instante que fue eterno para reencontrarnos y poder vernos.
Luego del abrazo de reencuentro, rezamos.
Nuestra milenaria tradición judía prescribe recitar una bendición cuando uno está frente a un sabio y gran maestro de la humanidad. Así que con la alegría del corazón y el alma exaltada en gratitud, recité en hebreo la bendición para concluir juntos diciendo los dos como uno: Amén.
!Qué emoción! ¡Qué energía! Un momento único que quedará por siempre en el corazón y en el alma, un surco fértil de espacio-tiempo que dará su fruto en la buena cosecha del porvenir.
Recité en hebreo la bendición para concluir juntos diciendo los dos como uno: Amén
El papa Francisco nos dejó un mensaje pleno de bondad y amor, uniendo las iglesias cristianas, aun las ortodoxas orientales, que hacía un milenio no estaban presentes en estas instancias. Dando señales inequívocas de unidad para la tarea ecuménica en el cristianismo refirió a la dimensión interreligiosa dando un especial lugar al vínculo judeocristiano. Sigo aún emocionado, mientras escribo estas últimas líneas. El abrazo a Francisco renueva un pacto para esta nueva era, la bendición elevada en oración de un nuevo tiempo donde seguimos guiados por el corazón generoso de nuestro pastor y maestro, el papa Francisco que no es otro que el mismo Padre Jorge, el tan querido y valorado Bergoglio.

domingo, 5 de mayo de 2013

El actor en el escenario

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 Hacerse consciente del alma significa tener claro la diferencia entre el instrumento físico o traje, es decir, el cuerpo, y la energía consciente que lo gobierna, el alma, el ser.

Del mismo modo, es esencial comprender la diferencia entre quién soy realmente y el rol o roles que estoy interpretando en mi vida.

Un actor, incluso mientras está interpretando las escenas más dramáticas, incluso mientras llora o ríe o grita, sabe que está interpretando un papel y que él no es el papel. Sabe que cuando la obra se acabe de representar, seguirá existiendo sin el papel.

Podemos desarrollar gran fortaleza si, de la misma manera, mientras interpretamos diferentes roles en el escenario del mundo, permanecemos conectados con la consciencia interna de nuestra identidad eterna, como el ser de consciencia pura – de paz, de verdad, de luz, de amor.

Separar al rol y al actor hace que aumenten las oportunidades de ver lo que mi papel precisa realmente y reduce la posibilidad de ser influenciado en exceso por los demás. Si soy capaz de proteger mi identidad interior, será mucho más fácil para mí cambiar de rol. Si me pierdo en algún rol en particular, no puedo ver más allá de las necesidades inmediatas.

Por ejemplo, puede que se requiera de alguien que interprete el papel de madre, o de esposa, o de mujer de carrera, o de trabajadora comunitaria, o de amiga. Siempre tendremos muchas más probabilidades de satisfacer todos estos roles si no nos atrapamos excesivamente en ninguno de ellos.

La meditación puede compararse con el momento en el que nos permitimos dejar el escenario del mundo, incluso por unos momentos, y conectar con nuestra esencia. Separarnos del escenario temporalmente nos permite comprender con mayor profundidad el comportamiento de los demás actores y qué es lo que se requiere de mí para poder interpretar mi papel con precisión.

No cortamos con el papel, pero dándonos a nosotros mismos de vez en cuando oportunidades para recargarnos, nos aseguramos de que nuestra perspectiva permanezca elevada, de que nuestras motivaciones sean positivas y de que nuestro estado interno sea pacífico y equilibrado.