jueves, 24 de diciembre de 2015

LA NOSTALGIA DE LA NAVIDAD

 
La Navidad es una fiesta llena de nostalgia. Se canta la paz, pero no sabemos construirla. Nos deseamos felicidad, pero cada vez parece más difícil ser feliz. Nos compramos mutuamente regalos, pero lo que necesitamos es ternura y afecto. Cantamos a un niño Dios, pero en nuestros corazones se apaga la fe. La vida no es como quisiéramos, pero no sabemos hacerla mejor.
No es solo un sentimiento de Navidad. La vida entera está transida de nostalgia. Nada llena enteramente nuestros deseos. No hay riqueza que pueda proporcionar paz total. No hay amor que responda plenamente a los deseos más hondos. No hay profesión que pueda satisfacer del todo nuestras aspiraciones. No es posible ser amados por todos.
La nostalgia puede tener efectos muy positivos. Nos permite descubrir que nuestros deseos van más allá de lo que hoy podemos poseer o disfrutar. Nos ayuda a mantener abierto el horizonte de nuestra existencia a algo más grande y pleno que todo lo que conocemos.
Al mismo tiempo, nos enseña a no pedir a la vida lo que no nos pueda dar, a no esperar de las relaciones lo que no nos pueden proporcionar. La nostalgia no nos deja vivir encadenados solo a este mundo.
Es fácil vivir ahogando el deseo de infinito que late en nuestro ser. Nos encerramos en una coraza que nos hace insensibles a lo que puede haber más allá de lo que vemos y tocamos. La fiesta de la Navidad, vivida desde la nostalgia, crea un clima diferente: estos días se capta mejor la necesidad de hogar y seguridad. A poco que uno entre en contacto con su corazón, intuye que el misterio de Dios es nuestro destino último.
Si uno es creyente, la fe le invita estos días a descubrir ese misterio, no en un país extraño e inaccesible, sino en un niño recién nacido.
 
Así de simple y de increíble. Hemos de acercarnos a Dios como nos acercamos a un niño: de manera suave y sin ruidos; sin discursos solemnes, con palabras sencillas nacidas del corazón. Nos encontramos con Dios cuando le abrimos lo mejor que hay en nosotros.
A pesar del tono frívolo y superficial que se crea en nuestra sociedad, la Navidad puede acercar a Dios. Al menos, si la vivimos con fe sencilla y corazón limpio.

José Antonio Pagola

domingo, 13 de diciembre de 2015

EXHORTACION A LA CONTEMPLACIÓN DE DIOS

El Proslogion (en latín, Proslogio) es una obra del filósofo medieval Anselmo de Canterbury redactada entre 1077 y 1078 a manera de una meditación u oración dirigida a Dios. Su importancia radica en que en ella se expone el llamado argumento ontológico sobre la existencia de Dios. 
CAPÍTULO 1

Exhortación a la contemplación de Dios
¡Oh hombre, lleno de miseria y debilidad!, sal un momento de tus ocupaciones habituales; ensimísmate un instante en tí mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos; arroja lejos de tí las preocupaciones agobiadoras, aparta de tí tus trabajosas inquietudes. Busca, a Dios un momento, sí, descansa siquiera un momento en su seno. Entra en el santuario de tu alma, apártate de todo, excepto de Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarle; búscale en el silencio de tu soledad. ¡Oh corazón mío! , dí con todas tus fuerzas, dí a Dios: "Busco tu rostro, busco tu rostro, ¡oh Señor! Y ahora, ¡oh Señor, Dios mío! ... Señor, vuelve tus ojos hacia nosotros, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros... Tú nos invitas, ayúdanos. Señor, yo te suplico que la desesperación no reemplace a mis gemidos; que la esperanza me permita respirar. Endulza la pena de mi corazón Señor con tus consuelos. Señor, empujado por la necesidad, he comenzado a buscarte; no permitas, te lo suplico, que yo me retire sin quedar saciado. Me he acercado para apaciguar mi hambre; que no tenga que volverme sin haberla satisfecho. Pobre como soy, imploro tu riqueza y  tu misericordia... Que me sea permitido volver los ojos hacia tu luz desde lejos o del fondo de mi abismo. Enséñame a buscarte, muéstrate al que te busca, porque no puedo buscarte si no me enseñas el camino. No puedo encontrarte si no te haces presente. Yo te buscaré deseándote, te desearé buscándote, te encontraré amándote, te amaré encontrándote".