lunes, 26 de diciembre de 2011

SER LIBRE


Una historia del Lejano Oriente cuenta que un general depravado sometía a pillaje a una zona rural atemorizando a los habitantes. Era, según se dice, particularmente cruel con los monjes del lugar, a los que despreciaba.

Un día, al final de un asalto, uno de sus oficiales le informó que, por miedo a él, todos los habitantes habían huído de la localidad, con excepción de un monje que se había quedado en el monasterio prosiguiendo sus actividades cotidianas.

El general se enfureció ante la audacia del monje y envió a sus soldados a buscarlo para hacerlo comparecer ante él.

"¿Sabes quién soy?" - rugió ante el monje- "Soy quien puede atravesarte con una espada sin pestañear".

Pero el monje replicó sosegadamente "Y ¿sabes tú quién soy yo? Soy quien puede dejarte atravesarme con una espada sin pestañear".

domingo, 25 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD



"Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Jn.1,14


Que también hoy Jesús vuelva a nacer en cada corazón y en medio nuestro por Su Palabra hecha Vida y que en la profundidad del silencio nos unamos a El hoy y siempre!!!

MA - RA - NA - TA

¡Feliz Navidad!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

FEICITACION BLOGUERA AL PAPA BENEDICTO

Este video fue enviado al Santo Padre. Es una recopilación de saludos y fotos de distintos pesebres, entre el que se encuentra el mío, un pequeño y humilde Belén. Esta iniciativa hermosa fue tomada por el bloguero Angelo Sodano desde su blog Siete en Familia, cuyo enlace es http://angelsanchezt.blogspot.com/.

Favor recordar poner en pausa la música de fondo del blog clickeando en el ícono de pausa (en el centro) de "música bella", para poder así oir la música de fondo del video siguiente.




lunes, 19 de diciembre de 2011

FIESTA EN NUESTRA DIOCESIS


"Participó de la ceremonia el Cardenal Jorge Bergoglio.

Carlos Tissera se convirtió en el nuevo Obispo de la Diócesis de Quilmes. El Cardenal Bergoglio entregó el Báculo al obispo saliente, quien se lo cedió el nuevo obispo, Tissera. A partir de entonces, presidió la misa. El clima de los días previos obligó a que la ceremonia se realizara adentro.

El sábado, desde las 17, Carlos José Tissera tomó posesión como Obispo de Quilmes, en una ceremonia celebrada en la Catedral de Quilmes, de Mitre y Rivadavia. Si bien estaba previsto llevar adelante esta ceremonia al aire libre, sobre la peatonal Rivadavia, el clima inestable de los días previos no permitió que las estructuras, el sonido y las luminarias pudieran armarse con el debido tiempo.

Antes del inicio de la celebración Tissera, junto con el obispo saliente, Luis Stöckler, además, obispo emérito de Quilmes y el cardenal Jorge Bergolgio, Arzobispo Metropilitano de Buenos Aires, realizó una oración frente a la tumba de los obispos Jorge Novak y Gerardo Farrell. Así, el nuevo obispo de Quilmes se encomendaba al primer obispo de la Diócesis y a su obispo coadjutor.

La primera parte de esta ceremonia fue presidida por el Cardenal Bergoglio, quien, como Cardenal Primado y Arzobispo Metropolitano de la región, encabezó el rito de la toma de posesión .

Bergoglio entregó el Báculo al obispo saliente, Luis Stöckler, quien se lo cedió al nuevo obispo. A partir de allí, Bergoglio y Stöckler acompañaron a Tissera a tomar asiento en la sede , el asiento principal del altar de la Catedral, que pertenece al obispo, dando así por concluido el ritual de la toma de posesión . A partir de ese momento, Tissera comenzó a presidir la misa.

Una decena de obispos, presbíteros y diáconos concelebraron esta celebración que fue realmente multitudinaria. Cientos de fieles de la Diócesis de Quilmes se acercaron a la Catedral para darle la bienvenida al nuevo obispo. También, un nutrido grupo de la Diócesis de San Francisco, Córdoba, participó de esta Eucaristía, junto a familiares y amigos de Tissera."

Así resumía un matutino local el hermoso evento del que fuimos testigos en nuestra Diócesis. Se vivió un gran clima de gracia en esta ceremonia presidida por la "dueña de casa", la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción.

Le deseamos al nuevo Pastor toda bendición en esta nueva etapa que inicia en los pagos de los Quilmes, pueblo originario del norte, pero que supo dejar su impronta en nuestra ciudad.

jueves, 15 de diciembre de 2011

DIOS UNO Y TRINO ESE MISTERIO INFINITO


Thomas Merton

Conocer al Dios único como Creador del universo es una cosa. Conocer al Padre que envía al Hijo y se revela en el Hijo es otra cosa bien distinta. El primer conocimiento es un conocimiento "sobre" Dios, el segundo es un ingreso al infinito misterio del mismísimo Dios. Podemos percibir verdaderamente algo del amor de Dios cuando lo conocemos como la fuente de nuestro ser. Pero aprendemos, y lo hacemos por experiencia, que Dios es amor -Deus Caritas est- cuando descubrimos que nos hemos identificado con el Hijo enviado por el Padre y que el Padre envía al Hijo desde nuestra interioridad, y que el Espíritu Santo nos enseña la identidad del Padre y del Hijo. Este Espíritu Divino que nos conduce a la unidad con la Palabra (Logos), nos ilumina en cuanto al amor infinito que aparece eternamente desde el Padre como desde un comienzo que no tiene comienzo.

Ahora comenzamos a discernir el significado pleno de las palabras de Jesús: "Yo vivo y también vosotros viviréis". ¿Qué es esta vida? Es la vida eterna, la vida mística en el conocimiento de "Tú, el único Dios verdadero y Jesucristo, a quien Tú has enviado". Mucho más, es el conocimiento prometido por Cristo a los Apóstoles en "aquél día" en que recibirán su Espíritu. "Aquél día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros"

lunes, 12 de diciembre de 2011

MIRAR A BELEN PARA APRENDER A MIRAR

1. Desde la mirada de Dios

Dios mira, con su mirada cargada, y al fijar su mirada, fija su amor y se estremecen sus entrañas. De ahí que su mirada es mirada de Misericordia y de vida acunada. Es mirada que toca nuestra verdad y la levanta; que toma nuestra dureza y la hace blanda; y en vez de desnudar nos da su gracia, para poder arropar lo que en nosotros falta. Una mirada que tan sólo busca lo que es pequeño y nada. Una mirada fija, que como faro marca una promesa firme para el que va a buscarla, y en el continuo pausar de su mensaje clama: ¡Navega Amor adentro, con las velas de tu vida, desplegadas!


2. Desde la mirada de María

La Madre mira, del Padre, su mirada, que todo lo puede sin serle imposible nada; pero he aquí que descubre una inquietud algo rara: querer mirar al hombre desde una mirada humana. Y al oírle preguntarle: “¿Puedo?”, pudo entonces responderle: “¡Haga!” Así, la Palabra hecha carne, crecía como un “¡gracias!” y la madre del Hijo se hacía de todos Morada, para que toda vida fuera en su amor cobijada.


3. Desde la mirada de José

A San José le toca, en silencio, leer con la mirada, lo que la mano providente del Padre le mandaba. Mas no es fácil callar cuando las apariencias hablan.

Sólo quien sabe en silencio mirar, puede escuchar la verdad que al corazón se le dice, mientras los ojos se engañan. Por eso San José, no habla. Tan sólo trabaja. Trabaja con un Dios, que cuanto deba decir, dirá en voz baja, y cuando llegue al final, dirá que ha terminado el trabajo que lo clava a un madero hecho cuna, en el que todo se entrega a las manos del Abba.

4. Desde la mirada de Isabel

La mirada de Isabel dice que ser madre puede, aunque todos lo nieguen, a pesar de su vejez, pues es Dios quien lo promete, y aunque la llamen estéril, está esperando un bebé. Así, no hay cosa que ya no espere el corazón que tiene fe.


5. Desde la mirada del posadero

La posada mira satisfecha e indiferente, y poco le importa lo que ocurra tras la puerta con la gente. No sale a recibir, sólo sale a ver al que en sus reglas entre, y ahí mismo lo deje, si desea más amor del que su amor se atreve. Así tiene segura su vida tras la puerta, cual prisión que le retiene, repleta de cerrojos, como ojos que no ven, de indiferentes. De ojos que se cierran a ver lo que hay enfrente. No hay lugar, repite, y sobre todo, si el otro es diferente; mas no es tanto su pobreza en los recursos, cuanto es la estrechez que hay en su mente.


6. Desde la mirada de Herodes

Todo es amenaza para el que todo quiere y retener no puede. A él deben darle, y darle como quiere, mas no le pidan que dé, que de eso, saber no quiere. No conoce la alegría; reír, reír, tan sólo puede, pues reír podemos solos; mas la alegría solo con otros nos viene. Tampoco sabe de paz, pues la paz encuentra sede, cuando un ‘gracias a Dios’, abiertas las manos nos tiene.


7. Desde la mirada del pastor

Por saber de cuidados, con su mirada atenta se detiene, a mirar por todos lados, por dónde la gracia llegue a sanarlo y cargarlo, mientras se ponga fuerte. No mira solo por sí, mira por lo que a otros conviene. Contempla la vida y sabe, que nada ocurre de repente. Los fríos de la noche pasa, recordando del día, lo caliente, y cobijo ha encontrado, aún en la intemperie, donde Dios se ha mostrado y le espera sonriente.


8. Desde la mirada del rey venido de Oriente

Sabio es el que encuentra lo que está, aunque a los ojos se oculte y no se muestre. Lo encuentra por buscar, a donde ya otros miraron prefiriendo lo aparente.

Sabio es el que en un inmenso espacio sabe marcar un punto trascendente que a todo da sentido y un mirar diferente. Sabio es el que ensancha el corazón para mirar aún mejor, cuando la luz desaparece. Sabio es el que sabe preguntar por lo que aún no entiende; se prepara a lo que ya presiente, y cuando lo ve llegar, se regala él mismo con su mejor presente. Sabio es el que descubre la grandeza, que esconderse puede, y adora al Dios nacido, entre su misma gente.


9. Desde la mirada del Dios-con-nosotros

Mira que te mira Dios; mira que te está mirando.

Mira que por ti ya es niño; mira que te quiere y tanto.

Mira cual te mira a vos; míralo en su amor llorando.

Mira que por ti es que vino; míralo, a morir va andando.

Javier Albisu sj

jueves, 8 de diciembre de 2011

MARIA INMACULADA

Llena de Gracia, el nombre mas bello de María.

Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos hoy una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares: la Inmaculada Concepción. María no sólo no cometió pecado alguno, sino que quedó preservada incluso de esa común herencia del género humano que es la culpa original, a causa de la misión a la que Dios la había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor. Todo esto queda contenido en la verdad de fe de la Inmaculada Concepción. El fundamento bíblico de este dogma se encuentra en las palabras que el Ángel dirigió a la muchacha de Nazaret: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lucas 1, 28). «Llena de gracia», en el original griego «kecharitoméne», es el nombre más bello de María, nombre que le dio el mismo Dios para indicar que desde siempre y para siempre es la amada, la elegida, la escogida para acoger el don más precioso, Jesús, «el amor encarnado de Dios» (encíclica «Deus caritas est», 12).

Podemos preguntarnos: ¿por qué entre todas las mujeres, Dios ha escogido precisamente a María de Nazaret? La respuesta se esconde en el misterio insondable de la divina voluntad. Sin embargo, hay un motivo que el Evangelio destaca: su humildad. Lo subraya Dante Alighieri en el último canto del «Paraíso»: «Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta más que otra criatura, término fijo del consejo eterno» (Paraíso XXXIII, 1-3). La Virgen misma en el «Magnificat», su cántico de alabanza, dice esto: «Engrandece mi alma al Señor… porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lucas 1, 46.48). Sí, Dios se sintió prendado por la humildad de María, que encontró gracia a sus ojos (Cf. Lucas 1, 30). Se convirtió, de este modo, en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla entre toda la familia humana.

Esta «bendición» es el mismo Jesucristo. Él es la fuente de la «gracia», de la que María quedó llena desde el primer instante de su existencia. Acogió con fe a Jesús y con amor lo entregó al mundo. Ésta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo «para que el mundo se salve por él» (Juan 3, 17).

Queridos hermanos y hermanas: la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a María que «brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino» («Lumen gentium», 68).