sábado, 26 de abril de 2014

...DE REGRESO...

Queridos amigos:

 
Estamos de regreso todos aquéllos que hemos vivido el Retiro en el Monasterio Benedictino de Santa María de Los Toldos, durante la semana de la Octava de Pascua. Ha sido un encuentro maravilloso en el que se nos instruyó más profundamente en el tema de la LECTIO DIVINA o Lectura Orante de la Biblia, como eje central de nuestra vida espiritual.
 
El P. Roberto Peña OSB nos habló de las Sagradas Escrituras con la exquisitez y conocimiento de quien la viene rumiando desde hace largo tiempo. Nos citó, por ejemplo, a San Jerónimo, que afirmó que "Quien desconoce las SSEE, ignora a Cristo". O a Hugo de San Víctor quien dijo que "la Sagrada Escritura es un solo libro: CRISTO". O a San Gregorio Magno, monje y Papa en su cita "el monje acoge la Biblia con el oído del corazón  y la saborea con el paladar del corazón".
 
Entendimos que "la Lectio no es una simple lectura espiritual o un texto de edificación piadoso o menos aún un estudio exegético o hermenéutico (interpretativo) de las Escrituras, sino que se trata de un encuentro dialogal entre Dios que habla y el ser humano que escucha, estableciéndose así una comunicación de amor".
 
Consta de cuatro pasos según la clasificación efectuada por Guigo II, el Prior de la Gran Cartuja  (1171-1180):
 
La Lectio ó lectura propiamente dicha del texto.
 (¿Qué dice el texto en sentido literal?)

La Meditatio  ó rumia de la lectura (¿Qué me dice a mí el texto?). Me dejo impregnar por el texto, me interiorizo con él. "Masticamos" el texto para asimilarlo mejor.
 
La Oratio u oración (¿Qué le digo yo al texto?) Es entretenerse con Dios en el corazón, pidiendo que quite de nosotros los males y nos conceda el bien que estamos necesitando. Puede ser un saborear, pero también una imprecación insistente.



La Contemplatio (contemplación que es la elevación del alma a Dios, gustando las alegrías de Su Eterna Dulzura) (¿Qué más pasó?).
 
 Estos pasos se dan simultáneamente.

Como frutos de esta experiencia podríamos mencionar:

1- Se nos concede la Mente de Cristo. Llego a tener los pensamientos y sentimientos de Cristo.

2.- Contacto personal y comunitario. La persona empieza a hablar y actuar bíblicamente.

3.- La Lectio, le confiere a la piedad un carácter más objetivo (lejos de sentimentalismos, imaginaciones), basamos nuestra vida espiritual en hechos más reales.

4.- La Lectio ejerce una función purificadora. Nos cuestiona y nos lleva en dirección contraria. Nos hace ver nuestras armaduras. Penetra el punto más íntimo de nuestro ser.

Todo esto se observa a largo plazo. Muchas veces puedo ir a la Escritura y sentir que no me dijo nada. Otros días, sin embargo, me habló muchísimo.

La experiencia de Dios se intensifica. se va haciendo todo cada vez más silencioso. Ya no se pronuncian palabras sino que hablan los ojos y el corazón. Vemos las cosas como las ve Dios. Interpreto cada situación de mi vida con los ojos de Dios. La contemplación lleva siempre a la actuación. Esto por supuesto, es un DON DE DIOS. El lo dará si quiere, cuando quiera y como quiera.
 LA PALABRA DE DIOS GERMINA CUANDO LA TRANSMITO Y LA EXPERIMENTO EN LA ACCION.


 




Dom Helder Camara dijo: " MUCHOS NO LEERAN OTRO EVANGELIO QUE TU VIDA ".







 


¡¡¡Hasta pronto!!!






¡¡¡Queridos amigos!!!

sábado, 19 de abril de 2014

PREGÓN PASCUAL (Texto litúrgico)

¡¡¡MUY FELICES PASCUAS DE RESURRECCION QUERIDOS AMIGOS!!! 


Recordar que para escuchar deben clickear en pausa sobre las líneas perpendiculares del ícono "bella música" a la derecha de este blog (parte inferior) 


ESPERANDO...

¡¡¡Recibe Señor nuestra gratitud y nuestra adoración!!! 

 




... o en familia Señor ...


... o en quietud y silencio

¡¡¡TE BENDECIMOS Y EN TI CONFIAMOS SEÑOR!!!

jueves, 17 de abril de 2014

LAVATORIO DE PIES

Hay un suizo que dice que la historia de la humanidad cambió cuando Jesús se arrodilló a los pies de los discípulos. Al lavarnos los pies, Jesús nos habla de entrar en comunión a través de la humildad. Cuando quieres mucho a alguien, quieres servir a esa persona, y si alguien me quiere mucho pues debe servirme, es un servicio mutuo; ayudarnos unos a otros, revelarnos unos a otros que somos importantes, de eso trata la amistad, y particularmente el amor de amistad. El Hijo del hombre no vino a ser servido sino a servir, para que descubramos quiénes somos, qué es lo más importante en nosotros, y cómo podemos convertirnos en este mundo en un signo de paz. Dice el evangelio, que "si tú crees en mí, harás las mismas obras que yo he hecho, o incluso mayores obras"…»
Jean Vanier, Retiro para Fe y Luz (España 2007)
 
 

lunes, 14 de abril de 2014

PARA MEDITAR Y REFLEXIONAR ESTA SEMANA

Papa Francisco – 13 abril 2014

Queridos hermanos y hermanas:

Esta semana comienza con una procesión festiva con ramas de olivo: todo el pueblo acoge a Jesús. Los niños y los jóvenes cantan, alaban a Jesús. Pero esta semana va adelante en el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección.

Hemos escuchado la Pasión del Señor. Nos hará bien preguntarnos ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo ante mi Señor? ¿Quién soy yo, delante de Jesús entrando en Jerusalén en este día de fiesta? ¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo las distancias? ¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre? Hemos oído muchos nombres: tantos nombres…

El grupo de líderes religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que habían decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo ¿Soy yo como uno de ellos?

Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30 monedas. ¿Yo soy como Judas? 

Hemos escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se quedaron dormidos mientras el Señor sufría. ¿Mi vida está dormida? ¿O soy como los discípulos, que no entendían lo que era traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería resolver todo con la espada: soy yo como ellos?

¿Yo soy como Judas, que finge amar y besa al Maestro para entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor?

¿Soy como aquellos líderes religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal y buscan falsos testigos? ¿Soy yo como ellos?

Y cuando hago estas cosas, si las hago, ¿creo que con esto salvo al pueblo? ¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas?

¿Soy yo como aquella muchedumbre que no sabía bien si estaba en una reunión religiosa, en un juicio o en un circo, y elije a Barrabás?

Para ellos es lo mismo: era más divertido, para humillar a Jesús. ¿Soy yo como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten con la humillación del Señor?

¿Soy yo como el Cireneo que regresaba del trabajo, fatigado, pero que tuvo la buena voluntad de ayudar al Señor a llevar la cruz?

¿Soy yo como aquellos que pasaban delante de la Cruz y se burlaban de Jesús?: “¡Pero… tan valeroso! ¡Que descienda de la cruz, y nosotros creeremos en Él!”.

La burla a Jesús… ¿Soy yo como aquellas mujeres valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba allí, y sufrían en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor, para darle sepultura? ¿Soy yo como estas dos Marías, que permanecen en la puerta del Sepulcro, llorando, rezando? ¿Soy yo como estos dirigentes que al día siguiente fueron a los de Pilato para decir: “Pero, mira que éste decía que habría resucitado; pero que no venga otro engaño”, y frenan la vida, bloquean el sepulcro para defender la doctrina, para que la vida no salga afuera?

¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de éstas personas yo me parezco?

Que esta pregunta nos acompañe durante toda la semana.

 

domingo, 13 de abril de 2014

Ave Maria Olga Szyrowa ( ОЛЬГА ЖИРОВА) (Sopran) - Pasja / Passion o...

Queridos amigos:
Para oir, no se olviden de poner pausa en el ícono de "bella música".





Lecciones del tiempo


Nuestros Para convertirnos en dueños del tiempo tendremos que aprender lecciones sobre cómo valorar cuán precioso es el tiempo. Al igual que con cualquier recurso valioso podemos practicar cómo ahorrar y utilizar el tiempo con sabiduría en nuestra vida diaria.

Respetar el tiempo…
Cuando comprendemos el valor de nuestro propio tiempo, tenemos consideración natural por el tiempo de los demás.
La presteza revela modales nobles, y la puntualidad es la práctica de los príncipes. Con maestría en el entendimiento del tiempo, podemos mostrar afectuosamente la tolerancia hacia las personas jóvenes que sólo han dispuesto de un poco de tiempo, y paciencia hacia los mayores cuyos cuerpos han estado a su servicio durante un largo tiempo.
Podemos aprender tal paciencia y tolerancia del ejemplo de Dios, nuestro propio Padre.

Hazte amigo del tiempo…
Mantener una apreciación constante del momento presente es ser amigo del tiempo, ir llevando el paso con sus movimientos, estar siempre preparado para lo que sea que el próximo momento pueda traer.
El tiempo no espera por nosotros, así que necesitamos estar alertas y seguir su ritmo. A medida que avanza, la Naturaleza devuelve el eco de la llamada del tiempo. Los elementos revelan cómo el mundo envejece. Pero la semilla del futuro está plantada.
En el silencio y la quietud podemos salir del tiempo, observar con desapego qué ha sucedido, qué está sucediendo y qué va a venir a medida que la gran obra de los eventos se revela.
En ese momento de quietud cuando el tiempo está inmóvil, podemos conectar la conciencia del alma con el Alma Suprema. Experimentamos la profunda dicha y satisfacción de la atemporalidad, un momento de conexión más allá del tiempo. Un sabor de la eternidad. Y con esta conciencia, retornamos, y volvemos al tiempo y a la historia para interpretar nuestro papel.

Pasar tiempo…
…en silencio
Ahora es el momento de ir más allá de las palabras al silencio y experimentar la belleza atemporal de la paz. En este estado de conciencia, el alma individual puede salir del momento limitado y encontrarse con el Alma Suprema en la tierra más allá del tiempo. Simplemente unos pocos segundos de este estado eterno e interminable permanecen con nosotros durante un largo tiempo. Podemos retornar de esa conciencia y traernos la experiencia de la intemporalidad. Podemos traerla a la memoria en cualquier momento que elijamos, ya que entonces el recuerdo de Dios se vuelve fácil y natural.

… con nosotros
Ahora es el momento de mirar directamente en el espejo de nuestros corazones, para ver claramente la pureza de nuestros pensamientos y acciones. Es tiempo de preguntarnos: si el tiempo fuera a acabarse ahora ¿está saldada mi cuenta con todos? ¿He desarrollado paz en mi interior? ¿He convertido la paz en mi posesión personal?

… con Dios
Ahora es el momento de pasar todo el tiempo con Dios, desde que nos despertamos en las horas tempranas de la mañana. Es tiempo de enfocar nuestras mentes constantemente en el recuerdo de Dios, de forma que todos nuestros momentos se usen de una forma digna. El tiempo pasado en tal recuerdo conforta el alma que ha estado separada de Dios durante tal largo tiempo.
A medida que aprendemos a elegir cómo pasar el tiempo, nos convertimos en amos del tiempo.

viernes, 4 de abril de 2014

DESDE MI CRUZ A TU SOLEDAD

Autor: P. Dennis Doren L.C.

 


Cristo nos enseña en estos días Santos a mirar el dolor y el sufrimiento con un sentido nuevo, un valor diferente.

Todo sufrimiento humano, unido al de Cristo, es fuente de salvación, de redención. Podemos aprovechar nuestro sufrimiento y convertirlo en fuente de frutos de salvación. El sufrimiento del inocente sólo se entiende desde Cristo, el cordero inocente llevado al matadero. Él fue inocente: "Pasó haciendo el bien", fue signo de contradicción, fue llevado como un malhechor, sufrió uno de los más terribles tormentos, la crucifixión; pero lo hizo por amor, para enseñarnos el valor del dolor y que también cada uno de nosotros lo podamos vivir así cuando nos llegue.


Te escribo desde mi cruz a tu soledad, a tí, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme. A tí, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.

A tí, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrarme; a tí, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo.

Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir. Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para morir.

Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte. Fui maestro y servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la tuya.

Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder, y sé muy bien lo que vales. Sé que quizás tu vida te parezca pobre a los ojos del mundo, pero Yo sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a tí mismo y me harás un lugar a mí.

¡Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta! A veces también me duele que me ignores y me condenes como Pilatos, otras, que me niegues como Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas.

Hoy te pido que te unas a mi dolor, que lleves tu pequeña cruz junto a la mía, te pido paciencia y perdón para tus enemigos, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus hermanos, compasión para el que sufre, servicio para todos, así lo he vivido Yo, y así te lo he enseñado.

Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista. Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y cristiana. Cada vez que aflojes, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame.

Cada vez que creas que no sirves para nada, no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo. Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo. No te canses de pedirme, que yo no me cansaré de darte, no te canses de seguirme, que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo.

Aquí a tu lado me tienes, estoy para ayudarte.


Desde mi cruz, te envío este mensaje, te quiero mucho. Tu amigo: Jesús