martes, 5 de enero de 2010

EL CAMINO DEL SANTO ABANDONO


EL ABANDONO DE LA PROPIA VOLUNTAD, CAMINO DE COMUNION CON DIOS
El Santo Abandono es el acto mas perfecto de amor a Dios que un alma pueda producir... El que da a Dios su voluntad se da así mismo y da todo... Esta es la manera más noble, más perfecta y más pura de amar... Más si el abandono perfecciona las virtudes, perfecciona también la unión del alma con Dios...

I. Naturaleza

Consiste en una amorosa, entera y entrañable sumisión y concordia de nuestra voluntad con la de Dios en todo cuanto disponga o permita de nosotros. Cuando es perfecta se le conoce como Santo abandono.
El abandono en las manos del Señor requiere de sufrimiento, pero debe ser llevado con amor y la confianza que Dios nos esta purificando, para unirnos a El. Esta unión con El no puede darse sino nos despegamos de nosotros mismos, sino curamos nuestro orgullo y no nos sometemos a El con espíritu dócil y con decisión firme a abandonar nuestra voluntad para que El pueda gobernar nuestra vida.

II. Excelencia

Lo que constituye la excelencia del santo abandono es la incomparable eficacia que posee para remover todos los obstáculos que impiden la acción de la gracia, para hacer practicar con perfección las más excelsas virtudes y para establecer el reinado absoluto de Dios.
El Santo abandono es el que después de todo nuestro crecimiento en la vida de virtud, el que acabará de purificar y de despegar nuestra alma para dirigirla completamente a Dios.
FRUTOS DEL SANTO ABANDONO

1. Intimidad con Dios.
Es el primer fruto que produce el abandono, fundada en una confianza llena de humildad en Dios. Al depositarnos confiadamente como un niño en las manos de su madre, El no nos abandonará, pues El mismo lo dijo en (Mt 19, 14): "Dejad que los niños vengan a mi, y de los que se les asemejan es el reino de los cielos."
Cuando el hombre está muy penetrado del amor de Dios, y aspira al Señor con toda la extensión de sus deseos, no repara en las cosas visibles, y tiene continuamente delante de los ojos de su alma, de día y de noche, al acostarse y al levantarse, la imagen de aquel objeto amado que quiere y desea. (S. Juan Crisóstomo)
El Santo abandono nos hace reconocer nuestra nada y esperarlo todo de El , dejando que sea El quien conduzca nuestra vida y El que nos lleve a la santidad.

2. Sencillez y libertad.
El alma que se abandona a la voluntad de Dios es sencilla, ya este enferma o sana, con tiempo o este ocupada, sea alagada o humillada, lo recibe todo venido de las manos de Dios.
Grande fuerza alcanza el verdadero amor y el que es perfectamente amado, se apodera de toda la voluntad del amante: nada manda tanto como la caridad. Nosotros, si de veras amamos a Cristo, si nos acordamos de que estamos redimidos con su sangre, ya no debemos querer, ni hacer sino lo que sabemos que El quiere. (S. Paulino).
El alma encuentra su libertad en cumplir y aceptar lo que Dios le mande. Ya que su libertad consiste en querer todo lo que Dios quiere, sin inclinarse voluntariamente a otro lado, sin detenerse a considerar sus propios deseos, consiente de ante mano en todo lo que le acontezca, de manera que llega un punto en que su voluntad esta tan unida a la de Dios que acepta con gran libertad todo lo que es venido de su parte. El abandono nos libera de los hombres y de nosotros mismos, deseando complacer sólo a Dios.

3. Constancia y sinceridad.
El que ama verdaderamente a Dios debe conservar inviolable-mente este amor en cualquier estado que se halle... Cierto que sería muy poco amor el que solo durase el tiempo que Dios os colma de toda especie de beneficios. (S. Ambrosio)
Llegando el alma a confiar tanto en Dios no se engríe si hay triunfos no se abate si hay derrota, pues teniendo todo como venido de Dios se lanza con espíritu fuerte a realizar la voluntad de Dios.
Es vivir la vida en un auténtico desprendimiento, como lo dice San Francisco de Sales No pedir nada, ni rehusar nada.

4. Paz y alegría.
La paz y la alegría constituyen aquí en la tierra la verdadera felicidad, y es proporcionada al alma que se abandona completamente a Dios. El alma al estar conforme a la voluntad de Dios encuentra reposo, y aunque este pasando por numerosas pruebas el alma es semejante a un río caudaloso, en que no se turba por muy dura que sea la prueba pues esta consciente que todo es venido de las manos de Dios.
El hecho de saber el alma que esta cumpliendo la voluntad de Dios, la llena de mucha paz y alegría que solo el alma misma puede comprender. El Santo Cura de Ars decía, "La cruz es quien ha dado la paz al mundo, es ella quien ha de traerla a nuestros corazones. Todas nuestras miserias vienen de que no las amamos..."

5. Muerte santa y valimiento cerca de Dios.
El Santo abandono nos asegura una buena muerte pues como dice santa Teresita del Niño Jesús: "Yo no he dado a Dios sino mi amor. El me devolverá amor. El cumplirá todos mis deseos en el cielo, porque yo no he hecho jamás mi voluntad en la tierra."
El alma abandonada a la voluntad de Dios espera la muerte como el momento en que su alma reposará para siempre en los brazos de su Dueño. Abandonada en Dios acepta este momento, sin temor de que el Señor la desamparará.
San Ignacio de Loyola se derretía en lágrimas cada vez que pensaba que la muerte le abriría las puertas del cielo. Tenía tal deseo de unirse a Dios, que, en su última enfermedad, los médicos le prohibieron pensar en la muerte; porque este pensamiento le enardecía tanto, que le hacía palpitar violentamente su corazón, poniendo en peligro su vida.

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