lunes, 23 de marzo de 2015

CUANDO SE PRESENTA LA ANGUSTIA

Jn 12, 20-33

Unos griegos buscan a Jesús 

20 Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar a Dios en la fiesta, había algunos griegos.
-21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron:
–Señor, queremos ver a Jesús.
-22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús.
-23 Jesús les dijo:
–Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado.
-24 Os aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo solo un grano; pero si muere, dará fruto abundante.  
-25 El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. 
-26 Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará. 
 
Jesús anuncia su muerte 

27 “Siento en este momento una angustia terrible, pero ¿qué voy a decir? ¿Diré: ‘Padre, líbrame de esta angustia’? ¡Pero si precisamente para esto he venido! 
28 ¡Padre, glorifica tu nombre!”
Entonces vino una voz del cielo, que decía: “¡Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez!”
29 Al oir esto, la gente que estaba allí decía que había sido un trueno, aunque algunos afirmaban:
–Un ángel le ha hablado.
-30 Jesús les dijo:
–No ha sido por mí por quien se ha oído esta voz, sino por vosotros. 
-31 Ahora va a ser juzgado el mundo. ¡Ahora va a ser expulsado el que manda en este mundo!
-32 Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.
33 Con esto daba a entender de qué forma había de morir."

Este discurso de Jesús contiene una hondura espiritual impresionante. Apunta lo que se necesita para poder cumplir el deseo que alienta en nuestros corazones. Por eso constituye una palabra de sabiduría que quiere ayudarnos a despertar.

Lo que hace es recoger, de forma vibrante, el sentido que Jesús da a su vida y a su muerte, en una sola palabra: entrega. Será el mismo significado que los sinópticos recogerán en el relato de la "última cena": "este soy yo que se entrega".

Juan lo hace a su estilo y en un contexto que parece ser el paralelo al de la "oración de Getsemaní", tal como la narran los sinópticos (Mc 14,32-42, Mt 26,36-46; Lc 22,39-46), y que no menciona el cuarto evangelio. Pero, en todos esos casos, Jesús aparece abatido bajo el peso de la angustia.
Para empezar, se dice que van a ver a Jesús glorificado. Ya sabemos que, para este evangelio, la glorificación tiene lugar en la cruz. Porque, para él, la cruz significa la expresión máxima de amor de Dios al mundo ("tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único": Jn 3,16).
La cruz es triunfo porque –en la interpretación que hace Juan- es la prueba definitiva, tanto del amor del Padre, como del hecho de que Jesús ha llevado hasta el final el designio divino: manifestar su amor al ser humano. El Jesús glorificado es, pues, el crucificado. Pero esta afirmación encierra mucha más sabiduría, que el propio evangelista sigue desmenuzando con las palabras que pronuncia Jesús, en la imagen del grano de trigo.
 Con todo, nada de ello le impide experimentar la turbación: "Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: ¿Padre, líbrame de esta hora?". Sin embargo, la capacidad de resituarse es casi inmediata: "Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre". El yo sigue siendo sujeto de angustia, pero basta conectar con quienes somos, para que se produzca la aceptación.
Somos presa del abatimiento y de la angustia cuando, por el motivo que fuere, quedamos atrapados por algo que ocurre y que nos remueve en nuestro interior. El detonante puede ser cualquier cosa, y la intensidad de lo despertado depende de diferentes factores: desde la fragilidad del sujeto hasta los condicionamientos propios de la psicobiografía de cada cual.
A veces, no podemos evitar que surjan determinados sentimientos o emociones: no dependen de nuestra voluntad. Pero quizás sea posible desarrollar la capacidad de no permanecer durante mucho tiempo a su merced.
Y esto se consigue en la medida en que, aceptando lo despertado, no nos reducimos a ello; cuando somos capaces de pasar de "lo que ocurre" a la "consciencia de lo que ocurre". Lo cual es posible en la medida en que hemos desarrollado la capacidad de reconocernos en la consciencia que somos, y que está a salvo de los vaivenes mentales y emocionales.
Entonces es posible la aceptación y la rendición completa, desde una actitud lúcida y humilde que se deja fluir con la corriente sabia de la vida. Esa rendición a lo que es, se convierte en fuente de paz y de ajuste.
 
Nunca puede haber paz estable si no estamos alineados con el momento presente, sin amar lo que es. Cuando amas lo que es, nada puede inquietarte. Como decía Krishnamurti, el secreto de mi paz es que "no me importa lo que suceda".
 
Pero eso solo puede decirse cuando se ha superado la identificación con el yo. Este solo puede estar en lo que ocurre y es víctima de ello; por el contrario, la consciencia de lo que sucede es, precisamente porque es aceptación, siempre fuente inagotable de paz y de dicha. Ese es nuestro nombre más profundo: Consciencia, Paz y Gozo.
 

Enrique Martínez Lozano

12 comentarios :

  1. Hola Susana muy valiosos los textos que ya leì en tu blog, gracias.Estas en mis rosarios diarios, no olvides q Dios nunca llega tarde que siempre escucha nuestras necesidades. y aprendi que sus tiempos siempre son perfectos aunque me cuesta asumirlo., cuando tambièn estoy necesitada de oracio`n. Un abrazo. Teresita Ghiggeri.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Teresita. Todos necesitamos de todos. Bella comunión de los santos.

      Eliminar
  2. QUERIDA SUSANA RUEGO A DIOS QUE ESTES BIEN!!!!!!!!!!
    SIEMPRE TE TENGO PRESENTE Y TUS APUNTES SIEMPRE SON DE GRAN UTILIDAD PARA MI ,APARTE DE SER EXCELENTES EN CLARIDAD Y CONTENIDO.
    EL AÑO PASADO ME ENVIASTES ALGO DE PERDON QUE ESTABAS DANDO Y ME QUEDO POR LA MITAD. PODRIAS REENVIARMELO ASI COMPLETO SEMEJANTE MATERIAL.??????
    ME GUSTARIA MUCHO CONCURRIR A LOS ENCUENTROS QUE DAS EN QUILMES PERO ME VEO IMPEDIDA POR MI TRABAJO. ESTE AÑO EL TEMA VUELVE A SER IMPRESIONANTE ( LOS MIEDOS).
    QUE TEMONNNNNNN!!!!!!!!!!!!!!!!!
    OJALA PUEDAS ENVIARME LOS APUNTES.
    TE MANDO UN ABRAZO DE CORAZON Y REZO POR VOS.
    VILMA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Vilma. Te re-enviaré el dossier del tema del Perdón que dí el año pasado con gusto. Beso grande.

      Eliminar
  3. Gracias Susana, es hermoso. Liliana Magrath.

    ResponderEliminar
  4. Susana:

    Muy bueno tu blog.
    Muy buenas las reflexiones para este tiempo de Semana Santa que se aproxima.
    Gracias por tu generosidad en hacerlo.
    Es muy valioso.
    Cariños. Margarita Campora Michel

    ResponderEliminar
  5. GRACIAS X ESTAR A MI LADO SIEMPRE.
    MUCHAS BENDICIONESSSS!!!!!!!!!
    VILMA ROSSI

    ResponderEliminar
  6. Querida Susana:

    (a tu mensaje del 23/3)
    Por supuesto que rezaré por vos, y le pediré a mi señora que me acompañe.
    Cuanta sana envidia me despiertas, tu pides oraciones y a lo mejor son suficientes para lograr la Paz que no dejo nuestro Dios y Señor. Yo necesito las gracias de la Caridad, de la Fe y la Esperanza.
    Una oración a vos te alcanza, en cambio a mi me falta tanto, pero tanto.
    Pero bueno, como dices en uno de tus mensajes "pasar de lo que ocurre" a tomar "conciencia de lo que ocurre".

    Un fuerte abrazo y hasta cuando nos podamos conocer en Quilmes (o Belgrano si tu andas por acá)

    Alfredo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo decirte más que gracias. Valoro tanto las oraciones de todos ustedes, mis seguidores, mis amigos: las personas que Dios me ha regalado. Tú dices que te falta tanto y yo te digo lo que le dijo Cristo a alguien que lo interrogaba: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". El hecho de tener esa nostalgia de El, es una bella oración contínua!!!

      Eliminar