miércoles, 1 de junio de 2016

LA CURACION DEL ESPÍRITU - William Johnston

 

La gran estabilidad del místico nace de saberse amado. Dios no ama a su pueblo porque es santo, sino para hacerlo santo. Su fe no es primordialmente una creencia en la existencia de Dios, sino en que Dios lo ama y es este amor el que lo mantiene.

Cuando, a través de la meditación, entro en niveles profundos de conciencia, pueden aflorar a la superficie (mente conciente), sentimientos del pasado. El miedo enterrado puede subir desde el inconciente, pero yo no presto atención a estas voces inquietantes del pasado porque he entrado en un nivel más profundo del espíritu donde puedo desecharlas y permanecer silencioso y totalmente libre de su dominio. Quizás la conciencia de mis problemas, sin por ello dejar que existan, me lleva a una especie de iluminación de los mismos haciendo que pierdan su fuerza.
 
El adentrarse en los estados más profundos de conciencia por medio de la meditación, produce efectos psicofisiológicos de gozo, de gran alegría, calma e integración, que son el lado positivo frente a lo que sucede negativamente en la memoria. Esta calma es un gran tesoro. Pero esta curación nunca será completa sin la presencia de dos factores: EL AMOR es el primero y el segundo es el sentido: no habrá curación completa a menos que el ser humano se sepa amado por Dios, se deje invadir por ese amor para darlo a los demás y además, encuentre una razón completa para vivir. No olvidemos  que LA GRACIA es la que actúa otorgando al alma los dones que ella vaya necesitando. Meditemos y abrámonos a esa gracia del Señor. Nos está esperando!!!
... continuará ...

4 comentarios :

  1. Gracias Susana por tanto bien que haces través de tu blogg, me encanto la reflexión sobre la curación del espíritu. María Teresa Rojas Orúe.

    ResponderEliminar
  2. Susana:

    Gracias por este blog.
    Muy generoso de tu parte compartirlo y muy valioso.
    Cariños. Margarita.

    ResponderEliminar