jueves, 1 de junio de 2017

Al Creador a través de la Creación

Reflexiones de un monje contemplativo.
Continuando con el esquema presentado en el post del 13 de enero del corriente año, entramos ahora en la segunda "etapa" de la vida contemplativa, o el segundo de los tres grados del camino espiritual: la contemplación de la naturaleza o physiqué.
 
Se trata de la contemplación de la naturaleza en Dios, o la contemplación de Dios en la naturaleza y a través de la naturaleza. Este grado es un preludio del tercero; al contemplar las cosas que Dios ha hecho, el ser humano orante es conducido a contemplar a Dios.
 
No necesariamente este grado sigue a continuación de la practiqué sino que puede ser simultáneo con ella.

Como hemos dicho, la nepsis o vigilancia es la condición necesaria para la contemplación. Yo no puedo contemplar a Dios o a la naturaleza sin aprender a estar presente donde estoy, en este momento presente, en este lugar presente. Detenerse, mirar, escuchar, es el principio de la contemplación. La contemplación de la naturaleza comienza en el momento en el que abro los ojos, literal y espiritualmente, en el momento en el que empiezo a notar el mundo que me rodea, el mundo real, el mundo de Dios.
 
Contemplar la naturaleza es tomar conciencia de las dimensiones del espacio sagrado, del tiempo sagrado. Este objeto material, esta persona con la que hablo, este instante, son sagrados; cada uno es, a su manera, único, imposible de repetir y por consiguiente adquiere un valor infinito. Cada uno es una ventana hacia la eternidad.
 ... continuará ...
 

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