¿Qué significa "Todopoderoso" en una época en la que el hombre ha aniquilado dos ciudades con sendas bombas, ha diezmado pueblos, ha formado un agujero en la capa de ozono y ha viajado a la luna? ¿Dónde está Dios en medio de toda esta destrucción, de toda esta exploración del universo si es realmente "todopoderoso"?
Si llamamos "Padre" a Dios para reflejar la intensidad de una relación personal entre el ser humano y la divinidad, ¿dónde está esa relación cuando más la necesitamos? O en sentido inverso, ¿de qué sirve que Dios sea todopoderoso si no actúa como tal cuando lo necesitamos? ¿Podemos creer que un Dios que nos ama profundamente va a permitir que nos destruyamos?
Yo creo profundamente que Dios sea todopoderoso, pero no creo que Dios haga magia. Dios es mucho más que eso. Dios es lo suficientemente poderoso como para hacer que yo sea lo que puedo llegar a ser sin necesidad de depender de un Dios Super Power.
El verdadero milagro consiste en que Dios nos proporciona todo lo que necesitamos en la vida para alcanzar la plenitud viviendo correctamente las vidas que tenemos, por miserables que sean. Si hay quienes carecen de los bienes de la vida, no es porque Dios no los proporcione. Es porque no los proporcionamos nosotros. Dios no es un mago cuya función consiste en librarnos, ya sea de los aprendizajes de la vida, o de las partes más oscuras y débiles de nosotros mismos. Esperar otra cosa contradice la naturaleza de vida y de la naturaleza de Dios. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, es decir LIBRES y RESPONSABLES.
No pocas veces hemos querido que Dios intervenga para hacer que el mundo sea lo que queremos, no cambiar nosotros para que el mundo llegue a ser lo que debería ser.
Queremos un Dios que haga milagros físicos antes que espirituales. Queremos una "omnipotencia" acorde con nuestras condiciones. Hemos proyectado sobre Dios nuestra compulsiva tendencia a cambiar las cosas, a hacer a los demás diferentes de lo que son, a moldearlos de acuerdo con nosotros.
"¿Dónde está Dios?" decimos cuando el mundo no responde a nuestras pautas, cuando los horrores superan lo que podemos asimilar en un momento dado. Nos rebelamos contra la idea de Dios cuando el mundo no nos cuadra. Como si lo que sabemos que se tiene que hacer no fuera en sí mismo la voluntad de Dios que obra en nosotros.
No vemos la conciencia como una intervención de Dios. No aceptamos el amor como una intervención de Dios. No buscamos un cambio espiritual del mundo: compasión ante tanta miseria, amabilidad en las relaciones personales, justicia en las interacciones humanas, paciencia en los momentos de espera. En lugar de todo ello queremos resultados, queremos poder, control, triunfo, seguridad, victoria. Queremos que Dios sea todopoderoso para que así lo seamos nosotros.
La omnipotencia no está en lo que vemos sino en lo que no vemos. Dios está por encima de nosotros, más allá de nosotros, dentro de nosotros, alrededor de nosotros y junto a nosotros. ¿Hay mayor omnipotencia que ésa? Hay omnipotencia más que suficiente para recordarnos el milagro de estar vivos.
Lo que crearon los seres humanos: armas nucleares, drogas, ejércitos en continua actividad, casas de prostitución, racismo, hambre y miseria, esos mismos seres humanos tienen la libertad para negarse a poner en práctica tales aberraciones e impedir que se desarrollen. Eso también sería un milagro.
Vivir la vida en su plenitud hace realidad la omnipotencia. Cuando hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance para impedir lo destructivo, representa el principio de los milagros.
El problema no es que Dios no sea todopoderoso, el problema es que no nos esforzamos en abrirnos a la omnipotencia de Dios en nosotros, alrededor de nosotros, debajo de nosotros, delante de nosotros, en cada posibilidad que nos impulse a ser más de lo que somos. Dejemos a Dios ser Dios. Dejemos que trabaje a través nuestro.
No nos olvidemos que en la oración de silencio es donde experimentamos esa apertura a la Omnipotencia de Dios. Nos volvemos "todopoderosos" cuando dejamos obrar su Gracia en nosotros.
Adoración produce semejanza. Amén.
No hay comentarios :
Publicar un comentario