miércoles, 15 de marzo de 2017

... Continuación ... Camino Espiritual

"Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios." Mt 5,8
 
Continuando con nuestra vida activa o de trabajo en el campo espiritual, a fin de obtener esa "pureza de corazón" que nos permita llegar a la experiencia contemplativa, habremos de decir como punto de partida que: el acto de fe y de amor a Dios o el pecado se llevan a cabo sobre todo en el espíritu y sólo después se expresan en el cuerpo. Por eso la selección de los pensamientos para alcanzar la pureza de corazón es el punto más decisivo y comprometedor de la ascesis. "Es un compromiso que no permite respiro. Hay que combatir día y noche." (San Gregorio Nacianceno). Evagrio habla de "guerra material e inmaterial, visible e invisible". "Todo el combate del ser humano se desarrolla en el pensamiento" (Pseudo Macario). "Guárdate de abusar de tus pensamientos. No se pecaría en la acción si no se pecase en el pensamiento". (San Máximo).
 
Para evitar la caída es imprescindible conocer la táctica de penetración de los malos pensamientos: el primer movimiento viene a partir de una imagen, una idea o un deseo, sugerido por el yo, por el mundo, o por el enemigo (San Juan Damasceno). Comúnmente, el mal pensamiento viene de afuera y trata de identificarse con nosotros: esto sería imposible sin nuestra aceptación o anuencia. Al principio el pensamiento es una pura sugerencia con la que el ser humano entra en conversación, reflexionando si debe o no aceptar la sugerencia. Si el pensamiento es malo y el alma "conversa" con él, se produce la aproximación. Dado que el mal pensamiento se presenta con insistencia, el esfuerzo por rechazarlo se convierte en lucha. Sucumbiendo a la tentación, se produce el consenso con el placer prohibido sugerido por el pensamiento: eso ya es pecado. Al consenso confirmado sigue la realización del acto. Tras una serie de "pactos" se llega al término extremo "la cautividad", la pasión, la costumbre viciosa. (Evagrio, San Juan Clímaco).
Conociendo los malos pensamientos y el modo como penetran en el alma, puede organizarse la defensa. Para tranquilidad de la conciencia debe tenerse presente que el pecado SOLO COMIENZA CON EL CONSENTIMIENTO y que es IMPOSIBLE liberarse interiormente de las sugerencias. "Debemos soportar el combate de los pensamientos". (Orígenes). Con paciencia y valor, combate que si es victorioso, es meritorio y fuente de perfeccionamiento en las virtudes. "La impasibilidad y la virtud no consisten  en no sentir las pasiones, sino en no aceptarlas". (Isaac de Nínive).
Podemos y debemos no detenernos en los malos pensamientos. La "conversación" inicial con ellos no constituye pecado, pero dilapida las energías del alma y las distrae de Dios y de la oración. La paz se conserva con el arte de rechazarlos rápido, a su primera aparición, "aplasta pronto la cabeza de la serpiente" antes de que entre en la casa: si la serpiente entra, la lucha será infinitamente más dura.

No olvidemos que en esta lucha no estamos solos. El Señor nos ayuda y asiste en el combate cuando lo invocamos: "Señor Jesucristo, ten misericordia de mí".
En la próxima entrada veremos la clasificación de los malos pensamientos u ocho vicios capitales, según la Tradición.

... Continuará ...