viernes, 24 de diciembre de 2010

ORATORIO DE NAVIDAD

FELIZ NAVIDAD


Tradiciones y Costumbres Navideñas
Lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior, sino su significado interior
Autor: Tere Fernández


Origen de las tradiciones

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente, de recordar lo que ocurrió en el pasado. Son hechos y obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín “traditio” que viene del verbo “tradere” que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas intensamente. Este es un modo de evangelizar.

Existen muchas tradiciones y costumbres de la Navidad que nos ayudan a vivir el espíritu navideño, pero debemos recordar que este espíritu se encuentra en la meditación del misterio que se celebra.

A continuación, presentaremos algunas de éstas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

El árbol de Navidad

Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el “divino Idrasil” o el “dios Odín”. A este dios se le rendía culto cada año, durante el solsticio de invierno, cuando para ellos, se renovaba la vida. La celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol bailaban y cantaban adorando a su divinidad.

Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que representaba al dios Odín y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios. Lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano. Las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban a Cristo, la luz del mundo y la gracia que reciben los hombres que aceptan a Jesús como Salvador.

Esta costumbre se difundió por toda Europa en la Edad Media. Por medio de la Conquista española y las migraciones, esta tradición llegó a América. Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las velas, por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.

Las esferas, actualmente, simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento. Los colores de las esferas también tienen un significado simbólico:

azules; oraciones de arrepentimiento
plateadas; de agradecimiento
doradas; de alabanza
rojas; de petición

Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.

También, se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos representan las buenas acciones y sacrificios, los “regalos” que le daremos a Jesús en la Navidad.

Para aprovechar la tradición: Se sugiere adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el Adviento, explicando a los niños su profundo simbolismo crisitiano. Los niños elaborarán sus propias esferas (24 a 28, dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada una. Conforme pasen los días, las irán colgando en el árbol de Navidad, hasta el día del Nacimiento de Jesús.

Las tarjetas de Navidad

La costumbre de enviar mensajes navideños se originó en las escuelas inglesas, donde se pedía a los estudiantes que escribieran algo que tuviera que ver con la temporada navideña, antes de salir de vacaciones de invierno. Las tarjetas se enviaban por correo a su casa y así sus padres recibían un mensaje de Navidad.
En 1843, W.E. Dobson y Sir Henry Cole hicieron las primeras tarjetas de Navidad impresas, con la única intención de poner al alcance del pueblo inglés las obras de arte que representaban al Nacimiento de Jesús.
En 1860, Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de tarjetas de Navidad en las que aparecía impresa la frase “Feliz Navidad”.
Es una costumbre muy bonita, pues a través de las tarjetas se puede comunicar a todos nuestros seres queridos la alegría que sentimos por el Nacimiento de Cristo.

Los villancicos

Se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar, con sus tres hijos, el misterio de la Navidad.

Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer.
Sus letras hablaban sobre el Misterio de la Encarnación en lenguaje popular y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad.

Como se llamaba “villanus” al aldeano, con el tiempo, el nombre cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.
En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.

San Nicolás

.La imagen de Santa Claus, el viejecito regordete y sonriente que trae regalos a los niños buenos el día de Navidad, tuvo su origen en la historia de San Nicolás.

Nicolás nació en una antigua provincia de Asia Menor, en el siglo IV. La capital, Mira, estaba cerca del mar (hoy, corresponde al sudoeste de Turquía) y era una sede episcopal. Nicolás fue escogido obispo de esta sede y ahí se hizo famoso por su extraordinaria piedad. Estuvo encarcelado por defender su fe durante la persecución de Diocleciano. Sus reliquias se encuentran en el pueblo de Bari, Italia.

Existen varias leyendas que hablan acerca de la vida de este santo:
Se dice que fue heredero de una gran fortuna, misma que dedicó a ayudar a los pobres que conocía. Nicolás era feliz ayudando a los demás, especialmente a los pobres y a los esclavos. Era bueno, generoso y tenía un gran sentido del humor.
En cierta ocasión, el jefe de la guardia romana de aquella época, llamado Marco, quería vender como esclavo a un niño muy pequeño llamado Adrián y Nicolás se lo impidió.

En otra ocasión, Marco quería apoderarse de unas jovencitas si su padre no le pagaba una deuda. Nicolás se enteró del problema y decidió ayudarlas. Tomó tres sacos llenos de oro y en la Noche de Navidad, en plena obscuridad, llegó hasta la casa y arrojó los sacos por la chimenea, salvando así a las muchachas.

Marco quería acabar con la fe cristiana, mandó quemar todas las iglesias y a encarcelar a todos los cristianos que no quisieran renegar de su fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado.
Cuando el emperador Constantino se convirtió a la fe católica, liberó a todos los cristianos y Nicolás era ya viejo. Cuando salió de la cárcel, tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos, que lo distinguían como obispo. Con todo, los largos años de cárcel no lograron quitarle su bondad y su buen humor.

Los cristianos de Alemania tomaron la historia de los tres sacos de oro echados por la chimenea el día de Navidad y la imagen de Nicolás al salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus, viejecito sonriente y gordinflón, vestido de rojo, que entra por la chimenea el día de Navidad para dejar regalos a los niños buenos.

El Nombre de Santa Claus viene de la evolución paulatina del nombre de San Nicolás: St. Nicklauss, St. Nick, St. Klauss, Santa Claus, Santa Clós.

Para dar un sentido cristiano a la tradición: El ejemplo de San Nicolás nos enseña a ser generosos, a dar a los que no tienen y a hacerlo con discreción, con un profundo amor al prójimo. Nos enseña a estar pendiente de las necesidades de los demás, a salir de nuestro egoísmo, a ser generosos no sólo con nuestras cosas sino también, con nuestra persona y nuestro tiempo.

La Navidad es un tiempo propicio para imitar a San Nicolás en sus virtudes. Cada año, parece como si el espíritu de Nicolás efectivamente viniera a la tierra y se introdujera a todas las casas de manera misteriosa (tal vez por la chimenea), influyendo en todas las personas, que en esta época se muestran más dispuestos que nunca a dar regalos, desprenderse de lo propio y ayudar a los demás. Seguramente, San Nicolás ha de sonreír desde el Cielo, al ver cómo la gente se vuelve generosa y desinteresada, ocultando su identidad detrás de la imagen exagerada y graciosa de él mismo.

Los nacimientos

El Papa San Sixto III, en el siglo V, ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del nacimiento de Cristo que se realizaban en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una Iglesia.
Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís el fundador de los Nacimientos quien, en 1223, quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén.

Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se popularizó. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro. Esta tradición fue acogida con gran cariño por todo el mundo cristiano desde el siglo XVI.

Para dar un sentido cristiano a la tradición: Poner un Nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, lo pastores, los magos, José y María, puede ser además de una actividad que fomenta la unión familiar, una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes. A través de los sentidos, se eleva nuestro espíritu ante este gran acontecimiento. El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.

La flor de Nochebuena

Esta flor es originaria de México. Su nombre náhuatl es “tlazochitl” que significa “flor que se marchita”. Para los aztecas simbolizaba la sangre de los sacrificios que los indígenas ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas. Los españoles la bautizaron como flor de Nochebuena porque florece en diciembre y la utilizaron como símbolo de las fiestas navideñas.

Las posadas

Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre.

En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas. Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena. Se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañado de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, que puede simbolizar los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces que simbolizaban las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.

Esta costumbre, con el tiempo se comenzó a realizar en barrios y luego, pasaron a formar parte de la vida familiar. Según la tradición, una Posada comienza con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 ó 4 niños que llevan a la Santísima Virgen y a San José, llamados "peregrinos", que van a Belén. Al terminar las letanías, se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada, imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego de esto, siguen los alegres villancicos y termina la fiesta rompiendo piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

Significado de la tradición:

Preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo. Recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del nacimiento de Jesús.

Las piñatas y los aguinaldos

Las piñatas tienen su origen en China, donde en primavera, al inicio del año chino, se llevaba a cabo una ceremonia en la cual los chinos elaboraban con papel la figura de un buey, la cubrían con papeles de colores y le colgaban algunos adornos con motivos agrícolas.

Los colores de la figura simbolizaban las condiciones en que se desarrollaría el año con respecto a la agricultura. Se rellenaban con cinco clases de semillas que caían cuando los mandarines le pegaban a la piñata con varas de diferentes colores. Cuando ya estaba vacía, se quemaba y la gente trataba de obtener parte de las cenizas considerando que daba buena suerte para todo el año.

Al pasar esta costumbre a Europa, en Italia la utilizaron para las fiestas de Cuaresma, dándole un sentido religioso:

La piñata está hecha con una olla de barro cubierta con papel de colores brillantes y representa al demonio, que suele presentar al mal como algo llamativo para que cautive al hombre y caiga en la tentación.

La piñata clásica tiene siete picos que representan a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

El hombre que le pega a la piñata representa la fe que debe ser ciega, por eso lleva una venda en los ojos. Con la ayuda de Dios, se destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata y se dejan caer las gracias de Dios.

El palo con que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Las virtudes que hay que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; contra la ira, la paciencia; contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; contra la gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia.

El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados; es símbolo de esperanza porque todos ven hacia arriba, con los ojos puestos en el cielo que es de donde vendrá el premio celestial

De Italia, la costumbre de romper piñatas en Cuaresma llegó a España y los españoles organizaron una fiesta el primer domingo de cuaresma. a la que llamaron “Baile de la piñata”. Romper la piñata al inicio de la Cuaresma, simbolizaba el deseo de acabar con el mal en la propia vida, la conversión del corazón para volver a Dios y recibir los bienes eternos.

Los aguinaldos son bolsitas o canastas con dulces y galletas que se entregan a las personas que, por su edad o por su salud, no pueden acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas. La idea de que nadie se quede sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar de la alegría de la fiesta.

Las pastorelas

En el siglo XVI, en Italia, Torcuato Taso dio a conocer el género teatral “fábula pastoril” que era una pastorela o villancico escenificado. La palabra pastorela viene del italiano “pastorella”, que en español significa pastorcilla.

El inicio formal de las pastorelas, según algunos historiadores, fue en 1527 en Cuernavaca con “La comedia de los reyes”. En 1530, se escenificó “La Natividad Gozosa de nuestro Salvador”. Poco a poco, se comenzó a escenificar el peregrinar de José y de la virgen María y se fueron incorporando las aventuras de los pastores y las tentaciones que lograron vencer para llegar a Jesús. En las pastorelas se ve claramente la lucha entre el bien y el mal.

Las pastorelas son una bellísima, tierna e ingenua representación escénica, de marco festivo y alegre, que refiere acontecimientos previos a la venida de Jesús y termina con el esplendor inocente del pesebre y la adoración de los pastores. En ésta se mezclan personajes divinos y humanos donde el destino eterno de los hombres ocupa el papel central de la trama. Los personajes centrales son Dios, la Virgen y los pastores que acuden a adorar al niño Jesús en la gruta de Belén. Las pastorelas son jocosas y alegres, presentan al diablo ridiculizándolo y terminan siempre con su derrota, con el triunfo del bien sobre el mal.

jueves, 23 de diciembre de 2010

ORAR CONTINUAMENTE - Esa gracia y ese trabajo


Henri Nowen

La oración contínua no es sólo la hazaña inusual del sencillo peregrino ruso, sino una vocación realista para todos los cristianos. No es, ciertamente, una forma de vivir que viene, ya sea automáticamente, sólo deseándola, ya sea fácilmente, sólo rezando alguna que otra vez. Pero, cuando le prestemos verdadera atención y desarrollemos una disciplina apropiada, veremos una verdadera transformación en nuestras vidas, que nos llevará cada vez más cerca de Dios.

viernes, 17 de diciembre de 2010

EN EL DOLOR


"En el dolor se puede seguir amando a Dios, y no a un Dios que nos envía dolores y sufrimientos, sino a un Dios que se hace dolor y sufre conmigo para vestirlo de FIESTA: LA FIESTA DEL AMOR; porque El está ahí, junto a mí. En mí, para ayudarme a sufrir con alegría". (Autor anónimo)

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL ARTE DE ENVEJECER

Anselm Grün

Sólo tendrá una vida lograda aquél que hace frente a su propio envejecimiento. Envejecer es un arte. El que aprende el arte de envejecer puede permitirse cometer errores.

En el Otoño de nuestras vidas se trata de contemplar y disfrutar de la belleza. Ya no es necesario producir; basta con que SEAMOS.

Envejecer es pasar; transformarse sin perder el propio yo: rescatar una y otra vez una diminuta porción de experiencia y agregarla a una gran porción de esperanza.

La persona de edad avanzada debe volverse hacia adentro, replegarse en su propio ser y descubrir la riqueza de su propio interior. El sentido de la vejez consiste, según C. Jung en aceptar que decrecen las fuerzas físicas y mentales y dirigir la mirada hacia adentro. La riqueza del ser humano yace en su alma. La vejez nos invita a mirar dentro de nosotros y descubrir allí el tesoro de los recuerdos y la riqueza interior que se expresa en imagenes y experiencias.

Según Romano Guardini, "la persona anciana se halla próxima a lo eterno. Aquél que tiene la mirada fija en lo eterno, en Dios y su reino, relativiza todo lo terrenal".

No basta con prolongar y aliviar la vida del anciano con recursos médicos. Es necesario redescubrir el valor y el sentido de la ancianidad.

El primer sentido y la primera tarea de la persona en su vejez será la de adquirir mayor sabiduría. Sabia es la persona que se saborea a sí misma y deja un sabor agradable en los que tienen trato con él. Le agrada su vida y está en armonía consigo misma. Por ende, parte de ella un "sabor" a paz y libertad, calma y serenidad. Pero sólo el que se acepta y afirma sin condiciones saborea su propia vida.

En la vejez sólo podemos aceptarnos si hemos edificado nuestra vida sobre cimientos sólidos, es decir, si la edificamos sobre Dios.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA SABIDURIA DEL SILENCIO

A continuación transcribo un escrito que llegó hoy a mis manos. Me hace muy feliz observar las coincidencias entre el mismo y nuestros Santos Evangelios. Es un solo Espíritu Santo el que habla y sopla en todas las culturas. Esto es prueba de ello.

"Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.

No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de tí todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.

Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna.

Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios. Porque siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera. Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.

No te des mucha importancia, y sé humilde, pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el Tao.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente.

Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar conciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”, porque saben que ese famoso “sí” no es sólido y le falta valor.

Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes, o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y de criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades.

El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra. Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto de tí mismo. Deja que cada quien resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal. Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao. Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente.

Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao."

domingo, 28 de noviembre de 2010

PEQUEÑA CATEQUESIS SOBRE EL ADVIENTO

Significado del Adviento

La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

Esta es su triple finalidad:

- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Revisión: Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

Proyección: En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.

Algo que no debes olvidar

El adviento comprende las cuatro semanas antes de la Navidad.
El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.
En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.
Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo.
Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

Cuida tu fe

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento. Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

sábado, 20 de noviembre de 2010

CRISTO REY


Cristo es el Rey del universo y de cada uno de nosotros.

Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz.

Un poco de historia

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925.
El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

Posteriormente se movió la fecha de la celebración dándole un nuevo sentido. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta se quiso resaltar la importancia de Cristo como centro de toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y el fin. Cristo reina en las personas con su mensaje de amor, justicia y servicio. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres.

Con la fiesta de Cristo Rey se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatólogico pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía.

Si quieres conocer lo que Jesús nos anticipó de ese gran día, puedes leer el Evangelio de Mateo 25,31-46.

En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.

Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en el capítulo 13 de Mateo:

“es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas”;

“es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda”; “es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo”;

“es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra”.

En ellas, Jesús nos hace ver claramente que vale la pena buscarlo y encontrarlo, que vivir el Reino de Dios vale más que todos los tesoros de la tierra y que su crecimiento será discreto, sin que nadie sepa cómo ni cuándo, pero eficaz.

La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres.

Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica.

Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla.

Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota.

El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros.

Por último, vendrá el compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado. No nos podremos detener. Nuestro amor comenzará a desbordarse.

Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida.

martes, 9 de noviembre de 2010

JESUS - Un poema de Amado Nervo


Jesús no vino del mundo de «los cielos».
Vino del propio fondo de las almas;
de donde anida el yo: de las regiones
internas del Espíritu.

¿Por qué buscarle encima de las nubes?
Las nubes no son el trono de los dioses.
¿Por qué buscarle en los candentes astros?
Llamas son como el sol que nos alumbra,
orbes, de gases inflamados... Llamas
nomás. ¿Por qué buscarle en los planetas?
Globos son como el nuestro, iluminados
por una estrella en cuyo torno giran.

Jesús vino de donde
vienen los pensamientos más profundos
y el más remoto instinto.
No descendió: emergió del océano
sin fin del subconsciente;
volvió a él, y ahí está, sereno y puro.
Era y es un eón. El que se adentra
osado en el abismo
sin playas de sí mismo,
con la luz del amor, ese le encuentra.

lunes, 8 de noviembre de 2010

BEATA ISABEL DE LA TRINIDAD


8 de noviembre

Isabel Catez Rolland, hija de Francisco José y de María, nació en Bourges, Francia, el 18 de Julio de 1880.
Desde su más tierna edad se distinguió por su temperamento apasionado, propenso a arrebatos de cólera y de una sensibilidad exquisita.
Cuando contaba siete años, perdió a su padre, lo que fue causa de su "conversión" y de su cambio de carácter como fruto de su vida de asceis y oración.
Aunque tomaba parte en las fiestas y participaba en los compromisos sociales, fue siempre fiel a sus promesas bautismales.
A los 14 años hizo voto de virginidad y a los 19 empezó a recibir las primeras gracias místicas.
Estaba dotada de gran talento musical y se ofreció a Dios como víctima por la salvación de Francia.
El 2 de enero de 1901, a los 21 años de edad, ingresaba en el convento carmelitano de Dijón, ciudad donde vivía con su familia.
Isabel -que en el Carmelo se llamaría Sor Isabel de la Trinidad- se propuso como lema ser "Alabanza de gloria de la Santísima Trinidad" y crecer de día en día "en la carrera del amor a los Tres".
Vistió el hábito el 8 de diciembre de 1902 y el 11 de noviembre de 1903 saltaba de gozo al emitir sus votos religiosos en la Orden del Carmen, a la que amaba con toda su alma.
Con su vida y su doctrina -breve pero sólida- ha ejercido un gran influjo en la espiritualidad de nuestros días, debido, sobre todo, a su experiencia trinitaria. Preciosas son sus Elevaciones, Retiros, Notas Espirituales y sus Cartas.
Corrió, voló, en el camino de la perfección y el 9 de noviembre de 1906 partió a la Casa del Padre.

En el capítulo "El Carmelo escuela de santidad", recordamos una bella anécdota entre el Cardenal Mercier y la M. Priora de Dijón, sobre esta veloz carrera hacia la meta de la santidad de Sor Isabel de la Trinidad.
Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 25.11.1984, fiesta de Cristo Rey.
Su fiesta se celebra el 8 de noviembre.

Su espiritualidad

Fue más su vida misma que su doctrina. Esta sólo en parte fue escrita por ella.
Sor Isabel es un alma interior que se transforma de día en día en el Misterio Trinitario.
El silencio, la soledad, la oración contemplativa son la palestra que la disponen a ser dócil a la voluntad divina, que cumple siempre y en todo a la mayor perfección.
Enamorada de Cristo, que es "su libro preferido", se eleva a la Trinidad hasta que "Isabel desaparece, se pierde y se deja invadir por los Tres".

"La Trinidad: aquí está nuestra morada, nuestro hogar, la casa paterna de la que jamás debemos salir... Me parece que he encontrado mi cielo en la tierra, puesto que el cielo es Dios y Dios está en mi alma. El día que comprendí eso todo se iluminó para mí."


"Creer que un ser que se llama El Amor habita en nosotros en todo instante del día y de la noche y que nos pide que vivamos en sociedad con El, he aquí, os lo confío, lo que ha hecho de mi vida un cielo anticipado".


'Mi Esposo quiere que yo sea para El una humanidad adicional en la cual El pueda seguir sufriendo para gloria del Padre y para ayudar a la Iglesia".

Amó profundamente su vocación carmelita y trató de amar y de imitar a la "Janua coeíi", como llamaba a la Virgen Purísima.
Murmurando casi como en un canto "Voy a la luz, al amor, a la vida", expiró."

Su mensaje

Que corramos por el camino de la santidad, que el Espíritu Santo eleve nuestro espíritu, que seamos siempre "alabanza de gloria de la Sma. Trinidad", que seamos dóciles a las mociones del Espíritu.

Oración:

Oh Dios, rico en misericordia, que descubriste a la Beata Isabel de la Trinidad el misterio de tu presencia secreta en el alma del justo e hiciste de ella una adoradora en espíritu y verdad, concédenos, por su intercesión, que también nosotros, permaneciendo en el amor de Cristo, merezcamos ser transformados en templos del Espíritu de Amor, para alabanza de tu gloria. Amén.

martes, 26 de octubre de 2010

C.G.Jung - REFLEXION

El Universo no nos juzga, sólo nos provee de consecuencias y de lecciones y de oportunidades para equilibrarnos y aprender a través de la Ley de la causa y el efecto.

La Compasión nace del reconocimiento que cada uno de nosotros lo estamos haciendo tan bien como podemos dentro de los límites de nuestras creencias y capacidades actuales.

Que yo alimente a los hambrientos, perdone un insulto, y ame al enemigo – éstas son grandes virtudes. Pero si tuviera que descubrir que los más pobres entre los mendigos y el más imprudente entre los ofensores están todos dentro de mí y que yo sobrevivo necesitando de las limosnas de mi propia caridad: que yo mismo soy el enemigo que tiene que ser amado – ¿Entonces qué?

lunes, 25 de octubre de 2010

DIOS UNO Y TRINO

Trabajo hecho por mí en un exámen de Teología.

"¿Quién es para usted el Dios cristiano? ¿Qué ha comprendido de El?

Para mí el Dios cristiano es un Dios que se acerca, que se deja encontrar, un Dios único que es esencialmente amor y que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesucristo revela esa bondad misericordiosa de Dios, padre de todos los hombres, que va en busca del que se ha perdido y lo salva.

Jesús, que nos revela ese rostro del Padre, n os enseña además a relacionarnos con El: a vivir una experiencia única, transformante y divinizante de nuestro ser a partir del saber escucharlo (contemplación).

Para mí es un Dios que se hace cognoscible y experimentable tanto en forma natural, a partir de las cosas creadas que reflejan su hermosura, como así también a partir de la Verdad Revelada en la cual se nos presenta como el que existe desde la eternidad, habita en el cielo y gobierna la tierra; todo es dispuesto por su Providencia y existe por su omnipotencia sin que El tenga que dar cuenta a nadie de sus inescrutables designios (representación bíblica de Dios).

Sin embargo, he aprendido que el conocimiento natural de Dios deberá estar ILUMINADO POR LA FE. Fe y razón son ambas don de Dios y usadas JUNTAMENTE nos llevan fácilmente a un conocimiento más profundo de los misterios revelados para poder así transmitirlos en un lenguaje adecuado a las exigencias del hombre actual.

El conocimiento de Dios obtenido mediante la analogía de la fe es más profundo que el conseguido mediante la analogía natural porque la analogía de la fe hace referencia a la enseñanza y actividad salvífica de Jesús que son realidades mucho más semejantes a Dios que las realidades creadas puramente naturales.

El Dios cristiano se nos revela TRINITARIO: Padre, Hijo y E. Santo en mútua relación de SUPREMA ARMONIA, enseñándonos que nosotros, hechos a su imagen y semejanza, también encontramos nuestra realización personal, cuando, a imitación suya, sabemos relacionarnos con nuestro prójimo y con El, o mejor dicho, con El en nuestros hermanos.

Este Dios no abandona al hombre rebelde, sino que lo perdona y le envía la liberación en la persona de su Hijo, el Verbo/Palabra encarnada. Precisamente, realiza la salvación porque es la VERDAD, es decir la perfecta correspondencia entre las promesas divinas y su realización.

Mi Dios es esperanza, un Dios que siempre pactó con el hombre; un Dios cuya justicia es esencialmente bondad y misericordia: fuente de salvación para el hombre al que justifica es decir, lo hace efectivamente justo delante de Dios.

Un Dios que nos viene a enseñar que la muerte y el sufrimiento, a partir de la muerte y resurrección del Hijo Unigénito, cobran ahora otro sentido y por lo tanto, han sido VENCIDOS definitivamente perdiendo su poder opresor sobre la humanidad. El nos ha LIBERADO del peso del dolor y de la muerte. Un Dios que, lejos de condenar la rebeldía del hombre, se solidariza con El, con su dolor y carga sobre sí los pecados del mundo, misterio que sólo es entendible en la clave del AMOR, un amor totalmente LIBRE. En Jesucristo Dios se hace cercano porque viene a sufrir por y con nosotros. Experimenta por dentro nuestro sufrimiento eligiendo libremente rebajarse, anonadarse, aceptando la muerte. Cristo lo hizo por AMOR: obedeciendo por amor al Padre, pero también aceptando la condición humana por amor a nosotros. Nuestro dolor, vivido en Cristo=Amor, tiene un carácter transitorio y una finalidad expiatoria y pedagógica.

Dios, mi Dios, es enemigo del mal, combate con nosotros contra el mal. De lo negativo del pecado y del sufrimiento, Dios sabe sacar lo positivo del perdón, de la expiación y la solidaridad con Cristo y con los hermanos, Dios, con suma sabiduría y amor, sabe sacar bien del mal, aunque por caminos que superan nuestra comprensión.

Por último, diré que mi Dios es un Dios creador que crea mediante el Verbo en el Espíritu Santo. Un Dios que ha creado por puro amor y que invita al hombre a continuar y perfeccionar su obra. Un Dios que quiere que compartamos su Gloria con El.

En la creación está involucrada toda la Trinidad.

En cuanto a sus atributos decimos que es Eterno, Invisible, Incorruptible, Inmortal, creador y Señor y que es absolutamente inabarcable y sólo pálidamente descriptible por medio de criterios de semejanza e imágenes humanas. Sin embargo, accesible por la GRACIA, don gratuito de Dios. Por eso decimos que es totalmente necesario que la reflexión teológica esté iluminada por una FE VIVA animada por el AMOR y que se transfigure en ORACIÓN. A través de la experiencia contemplativa guiada por el Espíritu Santo, el Hijo nos revelará, si es Su Voluntad, al Padre según su promesa: “Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Este camino hacia el misterio de Dios tendrá un Sello Trinitario pues nuestros pasos se dirigirán hacia el Crucificado, será recorrido con la ayuda del Espíritu Santo y, al final, nos arrojará en los brazos de un Padre que nos ama desde siempre.

Por eso el encuentro con el misterio de Dios no se reduce al mero conocimiento sino que supone un movimiento hacia El de TODO el hombre que comprende conjuntamente conocimiento, libertad y amor.

El es el Santo, el Totalmente Otro.

“YO SOY EL QUE SOY”.

domingo, 17 de octubre de 2010

¿MISTICOS?


Para vivir una vida que no esté dominada por el deseo de sentirse importante, sino anclada firmemente en el conocimiento del primer amor de Dios, tenemos que ser místicos. Místico es una persona cuya identidad está profundamente enraizada en el amor primero de Dios.

Si hay algún eje central que vaya a necesitar el líder cristiano del día de mañana, es el de vivir constantemente en la presencia del Uno que no deja de preguntarnos: “¿Me amas?” “¿Me amas?” “¿Me amas?”. Es la práctica de la oración contemplativa. Por medio de esta oración, podemos evitar sentirnos arrastrados de un asunto urgente a otro y ser unos extraños a nuestro propio corazón y al de Dios. La oración contemplativa nos hace sentirnos, constantemente, como en casa, enraizados y a salvo, incluso hasta cuando estamos de camino de un sitio a otro y, a menudo, rodeados por sonidos de violencia y de guerra. La oración contemplativa nos ayuda a profundizar en el conocimiento de que ya somos libres, de que hemos encontrado un lugar en el que permanecer, de que ya pertenecemos a Dios, incluso cuando todo y todos a nuestro alrededor parecen sugerirnos lo contrario.

A los sacerdotes y a cuantos se dediquen al servicio ministerial en el futuro no les bastará con ser personas honradas, bien preparadas, deseosas de ayudar a sus hermanos, los hombres, y capaces de responder con creatividad a los problemas candentes de nuestro tiempo. Todo eso es muy valioso e importante, pero no es lo esencial del liderazgo cristiano. La pregunta central es: ¿los líderes del futuro son verdaderos hombres y mujeres de Dios, personas que experimentan el deseo ardiente de vivir en la presencia de Dios, de escuchar la voz de Dios, de mirar la belleza de Dios, de estar en contacto con la Palabra encarnada de Dios y de saborear plenamente la infinita bondad de Dios?

El sentido primero de la palabra “teología” es el de “unión con Dios en la oración”. Hoy, la teología se ha convertido en una materia académica más y, a menudo, los teólogos advierten que les es difícil orar. Pero para el futuro del liderazgo cristiano es de vital importancia el aspecto místico de la teología, de tal manera que cuanto se diga, todo consejo que se dé y toda estrategia que se desarrolle procedan de un corazón que conoce íntimamente a Dios.

Palabras como de derecha, reaccionario, conservador, liberal y de izquierda, son usadas para juzgar las opiniones de las personas, y, así, muchas discusiones parecen más batallas políticas por el poder que una búsqueda espiritual de la verdad.

Los líderes cristianos no pueden ser simplemente personas con opiniones bien formadas sobre los problemas candentes de nuestro tiempo. Su liderazgo debe enraizarse en la amistad permanente, íntima, con la Palabra encarnada, Jesús, y necesitan encontrar ahí la fuente de sus palabras, consejos y orientaciones. Por medio de la práctica de la oración contemplativa, los líderes cristianos deben aprender a escuchar una y mil veces la voz del amor, a encontrar allí la fuente de la sabiduría y del valor para orientar cualquier problema que se les plantee. Tratar sobre problemas importantes sin estar enraizado en una profunda relación personal con Dios, conduce fácilmente a la división porque, antes de darnos cuenta, el ego se siente implicado en la opinión sobre cualquier tema. Pero cuando estamos firmemente arraigados en una intimidad personal con la fuente de la vida, podemos ser flexibles sin caer en el relativismo, firmes en nuestros planteamientos sin ser rígidos, espontáneos en el diálogo sin llegar a ser ofensivos, corteses y generosos a la hora del perdón sin ser excesivamente blandos, y verdaderos testigos sin convertirnos en manipuladores.

Para que el liderazgo cristiano sea verdaderamente fructífero en el futuro, se requiere un giro desde la moral a la mística.

viernes, 15 de octubre de 2010

SANTA TERESA, LA DE JESUS

En medio del camino, Teresa se había encontrado con Dios. Y no hay encuentro con El sin misión. Teresa escribió:

¿QUE MANDAIS HACER DE MI?

"Soberana Majestad, eterna sabiduría,
bondad buena al alma mía,
Dios, alteza, un ser, bondad,
la gran vileza mirad,
que hoy os canta amor así:
¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me creastes
vuestra, pues me redimistes,
vuestra, pues me sufristes,
vuestra, pues me llamastes,
vuestra porque me esperastes,
vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandás hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,
que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
a este esclavo pecador;
Véisme aquí, mi dulce amor,
amor dulce, véisme aquí:
¿qué mandáis hacer de mí?"

lunes, 11 de octubre de 2010

MARANATHA MEDITATION

Favor recordar que para ver y escuchar videos o films, se debe clickear en el botón de pausa que corresponde a la música bella de fondo. El logo se encuentra abajo, a la derecha.

sábado, 9 de octubre de 2010

VIDA CON DIOS

P. I. Larrañaga

Vida con Dios implica compromisos concretos y exigentes en un largo proceso de transfiguración, proceso en el que el que ora va muriendo lentamente a aquellos rasgos negativos de personalidad que se oponen al espíritu del Señor y se va revistiendo de los modales y estilo de Jesús.

No nos hagamos ilusiones porque las ilusiones terminan en desilusiones. No existe conversión total, madurez total, equilibrio total. La vida entera es un proceso, un caminar en medio de muchos retrocesos, contramarchas, caídas y recaídas y no nos tenemos que asustar por esto. Las caídas no tienen importancia. Lo importante es levantarse después de cada caída y partir de nuevo. El camino de la santidad está lleno de caídas y fracasos. ¿Cambiar? No se puede cambiar. Los códigos genéticos nos acompañarán hasta la muerte. Se puede mejorar.

Cuando por las razones que sea abandonamos la vida de oración por un lapso de tiempo más o menos largo, ¡cómo nos renace el amor propio! ¡Cuánto nos cuesta perdonar! ¡De qué manera el disgusto más pequeño nos hace polvo! ¡Cómo por cualquier cosa nos ponemos impacientes, irascibles, agresivos, intolerantes, nerviosos!...

Sólo un Jesús vivo en el corazón es capaz de transformaciones extraordinarias. El hecho de que Jesús esté alerta y vivo en mi conciencia depende a su vez del grado de profundidad y frecuencia de mi trato personal con El, es decir, de los tiempos fuertes de oración (dos medias horas diarias y por lo menos un “desierto” al mes).

Ese Jesús con quien he tratado, baja conmigo a la lucha de la vida. Con El “a mi derecha” las dificultades se asumen con facilidad, las ofensas se perdonan sin dificultad, las repugnancias se aceptan con naturalidad, la amargura se transforma en dulzura, la irritabilidad en mansedumbre, cada superación es compensada con el regalo de la alegría, crece el amor, aumentan las ganas de estar con El y así entramos en un circuito vital en el que la vida adquiere sentido porque el Señor se convierte en recompensa y en El y con El las renuncias se transforman en liberación y las privaciones en plenitud.

El objetivo final de toda oración es la transfiguración del orante: la figura del hombre viejo tiene que eclipsarse ante el resplandor de la figura de Jesús.

Jesús resucitado alumbra con su resplandor el mundo desconocido del inconsciente. Hacemos lo que no queremos porque desde esas galerías inaccesibles y oscuras del inconsciente emergen los impulsos desconocidos que nos asaltan y dominan y nos obligan a actuar de la manera que no queremos.

Cuanto más humilde sea el orante y cuánto más vaya muriendo a sus lados negativos, ya no será el orante quien viva, sino Jesús: El será quien gobierne los territorios del orante. Si supiéramos tomar en serio al Señor, podríamos caminar por la vida de milagro en milagro.

Programa de santificación cristificante:

Ante cualquier circunstancia de mi vida diaria, preguntarme ¿qué haría Jesús en mi lugar? En síntesis este programa consiste entonces en sentir como Jesús sentía, pensar como Jesús pensaba, hablar como Jesús hablaba, amar como Jesús amaba, pisando siempre sus pisadas.

¿Qué tal si lo practicamos y en 2 ó 3 años hablamos?

Si quiero transformar el mundo, primero tengo que empezar por mí. Sólo se necesita decisión y disciplina y simplemente entregarse en manos de Jesús y de la Virgen quienes seguramente nos asistirán y guiarán en nuestro camino espiritual.

CAMINO DE LUZ

A. de Mello

Sus discípulos le preguntaron a un maestro oriental: “¿Qué te ha proporcionado la iluminación” Y contestó: “Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión”.

Si sufres es que estás dormido. El dolor existe pero el sufrimiento no. El sufrimiento no es real sino obra de tu mente.

Estar despierto es aceptarlo todo no como ley ni como sacrificio ni como esfuerzo, sino por iluminación. El sufrimiento sólo existe cuando te resistes o revelas contra el dolor: esa lucha inútil da por resultado el sufrimiento.

Estar despierto es no dejarte afectar por nada ni por nadie. Y eso es ser libre.

Pero, existe el miedo a ser libres.

Lo contrario al miedo es el amor. Donde existe el amor, no hay miedo. El místico es el que es capaz de liberarse completamente del miedo: por eso no es violento. (El odio es una consecuencia del miedo) . El enemigo del amor no es el odio sino el miedo . El miedo genera los deseos. Los deseos son otra consecuencia del miedo. El que no tiene miedo está seguro y no desea nada. El apego es miedo y el miedo te impide amar.

No puede llamarse malo al que comete actos equivocados creyendo que hace bien, o al que hace esto compulsivamente defendiéndose de peligros que sólo están en su imaginación. Ese es un ser dormido al que hay que despertar o un enfermo al que hay que curar.

El sufrimiento que padeces es el equivalente a tu resistencia a la realidad.

HAY QUE DISFRUTAR DE TODO PERO SIN APEGARSE A NADA.

“En el amor no hay temor. Al contrario, el amor perfecto echa fuera todos los miedos”. (1Jn 4,18)

Y si Dios está con nosotros… ¿quién estará contra nosotros?

lunes, 4 de octubre de 2010

FRANCESCO

P. I. Larrañaga

Francisco (el de Asís) dijo: "Mala cosa es un sabio engreído, pero peor aún es un ignorante sin espíritu".

Y siguió diciendo:

"A nosotros nos corresponde vivir en chozas transitorias. Como los ministros buscan resultados eficientes, necesitan vivir en sólidas mansiones. Luego necesitarán bibliotecas bien surtidas. Más tarde harán sutiles acrobacias intelectuales para demostrar que lo que hacen está bien hecho. Perderán el espíritu de simplicidad y adquirirán el espíritu de complicación. Cuando el guardián les corrija algún defecto, sacarán cien argumentos para tapar la boca a cualquiera, demostrando que están en la posición correcta. Justificarán brillantemete lo injustificable, llevando siempre el agua a su propio molino. Serán capaces de levantar teorías sobre una pata del trípode. Al ser sabios, recibirán honores. Al recibir honores, entrarán en conflicto con otros que reciban mayores honores. Por ser sabios, se sentirán poderosos y utilizarán modales de poder y dominación sobre sus hermanos. Se les olvidará servir la mesa y lavar los pies."

Nunca tan actual el discurso del Hermano!!!

Francisco no nació dialéctico. En este terreno se sentía desarmado. Era una nulidad en el manejo de sutilezas mentales. Había vislumbrado la terrible iniquidad de la racionalización. Francisco percibió que el intelectual, con suma destreza manipula palabras y teorías (y también "teologías") y generalmente lo hace sin rubor y, a veces, con frivolidad, colocando las palabras al servicio de sus intereses. Es lo que se llama "prostitución" de la palabra o sofisma.

El Hermano, en cambio, era simple y directo y se sentía muy mal en la discusión. Nunca fue "fuerte" en las palabras sino en los hechos.

Decía: "yo quiero vivir pobre y humilde".

Hablando con un alto funcionario de la Iglesia (un Cardenal), le dijo: "hablan de organización poderosa, disciplina férrea... Señor Cardenal: ¡Poder! ¡Conquista!, yo tengo otras palabras: ¡Cuna! ¡Pesebre! ¡Calvario!. Los ministros tienen una fraseología cautivadora. Es la piel, señor Cardenal; si me permite decir, la careta.
La realidad es otra: nadie quiere ser pequeñito, nadie quiere aparecer como débil ni en los tronos ni en la Iglesia. Todos somos enemigos instintivos de la Cruz y del Pesebre, comenzando por los hombres de la Iglesia. Podemos derramar lágrimas ante el Pesebre de Navidad y sentirnos orgullosos levantando la cruz hasta en los campos de batalla, pero nos avergonzamos de la Cruz. No estoy juzgando a nadie, sino analizando los hechos. En la redondez de la tierra no hay pecador como yo.
El soldado que va dentro de nosotros quiere dominar, emerger, enseñorear. Este instinto feo se viste de ornamentos sagrados y decimos: hay que confundir a los albigenses, hay que aniquilar a los sarracenos, hay que conquistar el Santo Sepulcro... En el fondo, es el instinto salvaje de dominar y prevalecer".

Nunca tan actual el discurso del Pobre de Asís!!! Entonces cabe la pregunta: ¿por qué las cosas no han cambiado? o tal vez mejor dicho ¿por qué el hombre no ha crecido y permanecen aún esas estructuras primitivas de dominación? El problema no es de índole político, social o económico, es ante todo ESPIRITUAL. El hombre quiere ser libre y se ha "emancipado" hasta de Dios. Este mundo "libre" es ESCLAVO de esa "libertad": una "libertad" que prescinde de Dios porque Dios molesta. El hombre que no depende de Dios, depende de sí mismo, es decir, se constituye en Dios y termina por adorarse a sí mismo. Ya vemos los resultados de que una creatura tan limitada como es el hombre -tanto más aún el hombre sin Dios- lleve las riendas solo. El hombre sin Dios es un vegetal, o peor aún, una piedra: no busca el bien común sino el privado.

Un filósofo de fé dijo:" O el Misterio, o el absurdo. O lo Sobrenatural, o lo antinatural". El hombre sin Dios no respeta ni la ley natural. La verdadera libertad del hombre es aquella que está supeditada a la voluntad de Dios. Juan Pablo II dijo "el esfuerzo humano es indispensable, pero no es suficiente. La paz debe buscarse en la meditación y en la plegaria".

El hombre espiritual es un ser transfigurado.

Continuó Francisco (el de Asís) hablando al Cardenal que no quería aprobar la espiritualidad de la órden de los "frailes menores de la pobreza":

"No tenemos nada. No tenemos estudios ni preparación intelectual. No tenemos casas ni propiedades. Nos faltan influencias políticas. Nos falta base para ser recomendados. No podemos impresionar porque no ofrecemos palpables utilidades apostólicas ni eficacias sonoras. Parecemos una extraña Orden de la Santa Ignorancia y de la Santa Impotencia... No podemos ofrecer a la Iglesia universidades para formar combatientes para la defensa de la verdad. No disponemos de un escuadrón bien compacto de dialécticos para confundir a los albigenses. No tenemos amplios recintos monásticos para cobijar a los hombres que quieran consagrarse a Dios. No tenemos nada, no podemos nada, no valemos nada..."

Y en esto, llegado al clímax más agudo, el Pobre de Dios, este varón forjado en la montaña de las Bienaventuranzas y cuyas cuerdas vibraban al unísono con las de Cristo, se puso de pie, levantó los brazos y la voz y añadió:

"Justamente por eso, porque somos impotentes y débiles como el Crucificado, porque hemos llegado al paralelo total de la inutilidad y la inservilidad como Cristo en la cruz, por eso el OMNIPOTENTE revestirá de omnipotencia nuestra impotencia. Desde nuestra inutilidad, el Todopoderoso sacará las energías inmortales de la redención y por medio de nosotros, indignos, inútiles, ignorantes y pecadores, quedará patentizado ante la faz del mundo entero que no salvan ni la ciencia, ni el poder, ni la organización, sino SOLO NUESTRO DIOS Y SALVADOR. Será la victoria de nuestro Dios y no de la diplomacia".

El Cardenal se levantó sin decir nada y se retiró para que Francisco no lo viera con lágrimas en los ojos.

viernes, 1 de octubre de 2010

UNA JOVEN SANTA


"Entre los doctores de la Iglesia, Teresa del Niño Jesús y de la santa Faz es la más joven, pero su ardiente itinerario espiritual, tanta madurez en sus intuiciones de la fe expresadas en sus escritos, la hacen merecedora de tener un puesto entre los grandes maestros y doctores de la Iglesia...

Su camino espiritual es en realidad muy exigente, como lo es el Evangelio. Pero es un camino penetrado del sentido de abandono confiado en el Padre, confiado a la misericordia divina, que hace más ligera la entrega espiritual, más rigurosa...

Teresa de Lisieux es una Santa que permanece joven, a pesar de los años que pasen, y se propone como un modelo eminente y un guía para el camino cristiano de nuestro tiempo..." - Juan Pablo II

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS Y DE LA SANTA FAZ


Mi Vocación es el Amor
Jean Lafrance

Maestra del abandono activo y confiado a la acción del Espíritu Santo. Este movimiento se sitúa sobre el plano de una perfecta disponibilidad de un ser a la acción de Dios. Se trata de volver a Dios, aunque sólo sea unos instantes, para desplegar ante él nuestras preocupaciones y nuestros proyectos para que él sea el dueño de ellos.

Ella misma lo expresó así: "Jesús se complace en enseñarme el único camino que conduce a esta divina hoguera. Este camino es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en los brazos de su padre".

El hombre estará siempre tentado de querer adueñarse de Dios por medio de sus obras, de su ascesis y de su oración: todas estas actitudes son movimientos falsos. No debe levantar las manos para apoderarse de Dios, sino que debe bajarlas en un movimiento de acogida y de deseo. Hay que desear a Dios con todas las fuerzas de su ser, pero renunciando a conquistarlo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

CAMINO AL CENTRO

Padre John Main.
Básicamente, la meditación es un camino para llegar a nuestro centro, el fundamento de nuestro ser, y permanecer ahí – en quietud, en silencio y en atención. Esencialmente la meditación es una forma de aprender a estar despiertos, totalmente vivos, pero quietos. Es la quietud de la meditación que nos
lleva hacia ese estado de estar despiertos y a ese sentido de estar totalmente vivos, y que nos permite, primero estar en armonía con nosotros mismos, y gradualmente en armonía con toda la creación. La experiencia de la meditación te pone en resonancia con la vida. Pero para poder tener esa resonancia, es necesario estar despiertos en el silencio y en la quietud. Este es un gran reto para la gente de hoy en día, porque la mayoría de nosotros tenemos poca experiencia con el silencio ya que el silencio puede ser terriblemente amenazador para la gente en la cultura transitoria en la que vivimos. Debes acostumbrarte a ese silencio. Esta es la razón por la que el camino de la meditación es un camino para aprender a decir tu palabra interiormente, en tu corazón. El propósito de repetir la palabra es lanzarte al silencio. Entonces, renuncia a todo tipo de ideas materialistas como cuánto tiempo te tomará. Puede ser 20 años. Pero eso no importa. Puede ser 20 minutos. Tampoco importa. Lo único que importa es que vayas en camino a re-establecer contacto con tu centro.

El magnífico descubrimiento que hacemos cuando vamos por este camino hacia nuestro centro, es que el centro está en todos lados, y que la meditación es la manera de insertarnos en nuestro propio centro. Si estamos arraigados en nosotros mismos, podemos entonces encontrar nuestro lugar en el universo y al encontrar el centro del universo, encontramos a Dios.

Lo que encontrarás, si perseveras, es que después de un tiempo de repetir tu palabra encontrarás una cierta paz y relajamiento que te puede llevar a la
tentación de decirte: ´Esto es muy bueno. Quiero seguir experimentando esto y por lo tanto voy a dejar de repetir la palabra – me quedaré solo con la experiencia´. Esta es la ruta rápida hacia el desastre. No meditas para experimentar la experiencia. Meditas para entrar a la experiencia. La meditación es llegar a la conciencia e ir más allá de la conciencia de auto-reflexión. La meditación es aprender a ver fuera de ti mismo, rompiendo el sistema de auto-conciencia, rompiendo la prisión del ego y lo hacemos con la disciplina de decir la palabra.

La persona verdaderamente espiritual es aquella que está solidamente arraigada en sí misma a tal punto que está en armonía con todo y con todos. El gran propósito de este camino es el poder entrar a una armonía profunda contigo mismo, con los otros, con el universo y con Dios. Permíteme recordarte de nuevo. El camino de la meditación es un camino de mucha sencillez. Debes aprender a repetir tu palabra: “Maranatha”. Es difícil porque esto no es sabiduría convencional. La mayoría de la gente piensa que la sabiduría consiste en ser más complejos y mientras más raras sean las ideas que puedes examinar y manejar, entonces te vuelves más sabio. Si le dices a alguien, ´Me voy a sentar todas las mañanas y todas las noches y voy a aprender a repetir esta palabra´ - muchos te dirán: ´Bueno, debes entonces ser un tonto. Seguro que la vida es mucho más preciosa y el tiempo es precioso para perderlo así, solamente repitiendo una palabra 30 minutos en la mañana y 30 minutos en la noche. Porqué no haces algo mejor con tu mente?´

Se necesita entonces mucha valentía, de parte de cada uno de nosotros, hombres y mujeres del Siglo XXI: el poder sentarnos y meditar cada mañana y cada noche. Pero es esto lo que se requiere. Si quieres aprender a meditar, debes entonces tratar de encontrar el tiempo cada mañana y cada noche, y debes aprender la disciplina y aprender que es una disciplina real. Esta es una disciplina que te dará una gran estabilidad, una gran unidad y una gran armonía. La disciplina es la disciplina de repetir la palabra.

lunes, 27 de septiembre de 2010

VIGILAD Y ORAD

P. Thomas Keating

Un éxtasis físico es una debilidad corporal: cuando los sentidos no están preparados para percibir las comunicaciones de Dios en toda su integridad, símplemente ceden y uno es llevado fuera del cuerpo. Personas místicas maduras que han rebasado o superado esa etapa, raramente tienen un éxtasis corporal. En ellos las comunicaciones espirituales se han integrado con la naturaleza física y ésta tiene la fortaleza necesaria para recibir a aquéllas sin los inconvenientes de antes.

El triunfo de la gracia en la persona que ora contemplativamente buscando la unión con Dios, hace que vivan sus vidas ordinarias en forma divinizada. Todos sus actos son inspirados por el Espíritu. La unión transformadora sin embargo, no es un pase de cortesía para obtener felicidad en este mundo. La vida, una vez que uno está en unión con Dios y habiendo superado las limitaciones de nuestro yo conciente, se convierte en lo que Dios disponga. Las personas que logren vivir en paz en medio de situaciones difíciles, progresarán enormemente en su camino espiritual, no obstante se trata de un camino largo. La transformación de la persona es progresiva y será el Espíritu Santo el que los inspire y motive en todo lo que hagan.

La oración contemplativa, como lo hemos dicho ya muchas veces, no es un fin en sí mismo, sino un comienzo. No se practica para sentir o tener una experiencia sino para que derrame sus frutos positivos en la vida de la persona. Nos abrimos a Dios más allá de todo pensamiento, imagen y emoción.

Es buena idea no dar importancia a cualquier experiencia que surja durante el tiempo de la oración: ya sean lágrimas, sonrisas, dolor, todo deberá ser considerado como un pensamiento o distracción más y simplemente deberemos ignorarlos, dejarlos ir y retornar muy suavemente a la palabra sagrada de nuestra meditación. A Dios le encanta que la Santidad de sus amigos permanezca oculta, y especialmente que ni ellos mismos la perciban. Si algunas personas se convencen de que están logrando demasiado con su oración, puede que de vez en cuando requieran una pequeña ayuda para hacerlos aterrizar. La meditación u oración contemplativa no establece la vanagloria de nadie.

Al comienzo preocuparán las barcas que pasan y habrá interés por lo que contienen. Sólo hay que dejarlas pasar. Esta es la disciplina principal: debemos evitar todo aquello que nos aleje aún más del silencio interior que es el objetivo primordial de esta oración.

La oración contemplativa implica una forma muy íntima de despredimiento. No se trata tan sólo de una experiencia refrescante que podría confundirse con un momento de recreación espiritual y que sin duda puede ser un efecto secundario. Este tipo de oración requiere sin embargo, una negación de aquéllo a lo cual estamos más apegados, es decir, a nuestros propios pensamientos o sentimientos más ocultos y a su fuente: el "Falso Yo".

Todo pensamiento, toda reflexión será un paso atrás en la experiencia porque ello implicará tener que comenzar denuevo. Esta tendencia a reflexionar es una de las cosas más difíciles de manejar en este tipo de oración. Queremos saborear ese momento de gozo puro, experiencia pura, conciencia pura. Si somos capaces de dejar ir esta tentación y retornamos suavemente a la palabra sagrada, se pasa a un nuevo nivel de liberación y por lo tanto a un gozo más refinado.

La presencia de Dios es como el aire que respiramos. Podemos tomar todo el que queremos, siempre y cuando no tratemos de tomar posesión de este aire y buscar aferrarnos a él. El Espíritu de Dios nos lleva por el camino del desapego, por el camino de la verdadera libertad de los hijos de Dios.

sábado, 11 de septiembre de 2010

LA ORACION CONTEMPLATIVA Y LA CURACION DE NUESTRAS HERIDAS

Del libro Mente abierta corazón abierto del P. Thomas Keating

La oración contemplativa fomenta la curación de nuestras heridas. Si continúas fielmente con la práctica de la oración contemplativa, estas heridas síquicas sanarán sin volverte a traumatizar. Cuando la descarga del inconciente comienza en serio, muchos sienten como que están dando marcha atrás, que este tipo de oración es imposible para ellos, porque todo lo que experimentan cuando empiezan a orar es una serie interminable de distracciones. Recuerda que la oración contemplativa no es una oración en la que interviene la mente, sino que es tu voluntad consintiendo a la presencia de Dios en un acto de fe pura. A consecuencia de dicho proceso, con el tiempo te irá invadiendo una sensación de bienestar y liberación interior. Aquéllos mismos pensamientos de los cuales te lamentas mientras estás en oración, son precisamente los que están liberando tu siquis del daño que se ha acumulado durante toda tu vida. REQUIERE MUCHO VALOR ENFRENTARSE CON EL PROCESO DE AUTOCONOCIMIENTO.

La capacidad de aceptar todo lo que se deslice por la corriente del conciente es una parte esencial de la disciplina de esta oración. Ofrécele a Dios tu impotencia y espera pacientemente en Su presencia. Puede suceder también que se presenten dificultades externas en tu vida que estén directamente conectadas con tu crecimiento espiritual. Son otro medio que usa Dios para que llegues a conocer mejor a tu familia, a tus amistades, a tí mismo y a los demás.

En cuanto a las emociones perturbadoras que irán surgiendo, la mejor forma de dejarla ir es aceptándola y sintiéndola. Algunos dolores físicos producto de estas emociones penosas, tienden a disiparse cuando se les acepta plenamente. Esta re-estructuración del conciente es el producto de la práctica regular. Dicha práctica traerá consigo un cambio en la conciencia. Como consecuencia el suceso más importante que tiene lugar en esta etapa del camino es el aquietamiento del sistema afectivo. Te liberas de los altibajos de tus estados de ánimo, puesto que el "Falso Yo" en que se basaban finalmente ha sido desmantelado. Es entonces cuando las emociones pueden surgir en toda su pureza y sin alterarte.

Para poder poner esto en práctica, primero hay que reconocer la emoción e identificarse con ella,
diciendo: "Sí, estoy experimentando enojo, pánico, terror, no tengo paz". Todo sentimiento tiene su lado bueno. Si puedes abrazar un sentimiento negativo, como si fuera de Dios, te estás uniendo a El, pues la oración contemplativa es parte de un proceso completo de integración y curación , que requiere abrirse a Dios a nivel inconciente. Por consiguiente toda experiencia buena o mala deberá aceptarse con la misma paz, gratitud y confianza en Dios. Todo ello, indispensable para conpletar el proceso de transformación.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL ANGEL DE LA HUMILDAD

P. Anselm Grün

Humilitas viene de humus, tierra, suelo. Significa la disposición a aceptar la propia condición terrenal, a reconciliarnos con la verdad de nuestro origen en la tierra, de nuestra condición humana con sus instintos y necesidades vitales. El que carece de este valor para mirar la propia verdad es ciego.

La humildad como aceptación valerosa de la propia verdad es, para los monjes, señal de una espiritualidad genuina. El que se ha ensoberbecido con el camino espiritual y cree ser superior a los otros, a los dominados por sus antojos e instintos, ese no se ha encontrado aún con la propia verdad.

Los humildes no son personas que se achican, que se arrugan ante los compromisos por no considerarse a la altura de las circunstancias. No encorvan la figura ni se rebajan con falsa sumisión. Son personas que tienen el coraje de afrontar la propia verdad y por eso se presentan modestas. Saben que todos los abismos de este mundo están igualmente en ellos; por eso no condenan a nadie. Como se han doblegado a la tierra de su verdad, pueden convertirse en ángeles de la humildad que levantan a los doblegados y fracasados.

La humilitas se relaciona con el humor. El humilde tiene humor. Puede reírse de sí mismo. Se distancia de su persona. Puede mirarse tranquilamente porque se ha dado permiso para ser como es, un humano de la tierra y un humano del cielo, un individuo con errores y debilidades y, a la par, digno de amor y lleno de valores.

Te deseo que el ángel de la humildad te infunda el valor de aceptarte y amarte en tu condición terrena y humana. Entonces irradiarás esperanza y seguridad a tu alrededor. El ángel de la humildad creará en torno a tí un espacio donde las personas encuentren el ánimo necesario para descender a su realidad y ascender así a la vida verdadera.

lunes, 30 de agosto de 2010

HOMILIA MONSEÑOR HESAYNE 29.08.2010

DIOS Y LA SOCIEDAD ARGENTINA

Los hombres y mujeres que pretendan construir sus vidas sin contar con Dios, se asemejan a quienes compran algún artefacto electrodoméstico y lo comienzan a usar sin tener en cuenta el manual correspondiente. Corren el riesgo de inutilizarlo y perjudicarlo. Se admita o no se admita, Dios es el creador del Ser Humano. Dios lo pensó y de acuerdo a su pensamiento fue creado cuanto existe. Hasta el lenguaje popular lo manifiesta con la expresión la “creación” para decir al conjunto de los seres.

Los que conocemos la Biblia sabemos que todo lo que está escrito en esa colección de libros está escrito para que sepamos vivir de acuerdo al proyecto creador del ser humano y gocemos el vivir la vida humana. Hay muchos libros que enseñan cómo vivir la vida humana. La importancia de la Biblia por sobre todos los libros del mundo entero en la historia de la humanidad, es que en la Biblia, escrita por hombres, todo su mensaje ha sido animado (inspirado) por el mismísimo Dios para orientación de los seres humanos, para que los hombres y mujeres de este mundo sepan vivir en perfecta armonía consigo mismo y con los demás y cuanto existe en el planeta tierra. En la Biblia se encuentra el camino que Dios ha trazado a los hombres para que encuentren su propia felicidad. Felicidad que se va adquiriendo en una vida armónica consigo mismo y con los demás. Es la Paz del corazón de cada persona y que desborda en las relaciones familiares, sociales, políticas. De esta suerte, solamente, personas que programan sus vidas personales conforme al plan de Dios son las que construyen una sociedad en Paz. Por eso, cuando se pretende una sociedad al margen de Dios acontece lo que en forma paradigmática aconteció según la Biblia en los comienzos de la historia humana. El primer libro de la colección bíblica llamado, precisamente, Génesis, narra la historia de la humanidad desde sus orígenes- Dios creo una Humanidad feliz. El prototipo es la pareja humana plenamente feliz en armónica convivencia. La armonía que disfrutaban se rompió. La pareja humana dejó de entenderse y en lugar de dialogar, discuten y se acusan mutuamente. Un hermano codicia los bienes de otro hermano. Para apropiarse de lo que no es suyo, mata a su propio hermano. La humanidad va creciendo en número y progresa en el orden técnico. Levanta grandes ciudades. Pero nada les sirve porque no se entienden entre ellos. Este hecho es llamado Babel: incomprensión de los seres humanos entre sí que se agotan buscando su propio bien y resulta la autodestrucción.

Miremos nuestra sociedad argentina actual. Una sociedad con todos los signos de una Babel. En su base: un Matrimonio amenazado en su identidad heterosexual; en su estructura cumbre: una Política convertida en “una empresa de poder” en expresión de un lúcido analista político. Y entre la base y la cumbre cunde el sin sentido de la existencia humana en las más diversas estructuras sociales, culturales, políticas. Por eso una inmensa mayoría argentina no sabe para qué vive sino es para “pasarla” lo mejor posible. De ahí que hasta un humorista describa nuestra sociedad actual en forma punzante: “Políticos, periodistas, chimenteros, figuras, figuritas, figurones y desfigurados/as por cirugías y camuflajes surtidos, desfilan formando una caravana a veces patética”. En lugar de un “pueblo en marcha” buscando el encuentro con Dios para lograr la plenitud del gozo de vivir, una sociedad dividida en donde las mismas estructuras creadas para una interrelación de unos a favor de los otros, son usadas para provecho de unos pocos en contra de una mayoría silenciosa y sufriente. La sociedad argentina está al borde de un caos social porque no hay suficientes ciudadanos constructores de la Paz. La Argentina de hoy necesita de hombres y mujeres que se pongan a saber qué significa vivir como seres humanos en un desarrollo integral. Necesita una ciudadanía educada en humanidad según el plan de Dios Creador.