jueves, 29 de agosto de 2019

*Padre Moratiel*, _La Posada del silencio_


Cuando se agotan todas las veredas y todos los caminos, siempre nos espera la posada del silencio.
No hay nada en la posada.
Nada hay en el desierto.
Nada hay en el silencio.
Sólo Dios es puro desierto, puro vacío, puro amor. El inefable, el innombrable. Si nombras el árbol te alejas de él, si nombras la mariposa se va de ti, si nombras a Dios te separas de Él. No cabe en las palabras, cabe en el silencio….
Una posada, la del silencio, donde te dice, entra, pasa, esta es tu casa, esta es tu patria, tu hogar.

martes, 27 de agosto de 2019

EL INSTANTE PRESENTE


"Desde la perspectiva de la fe y la esperanza cristianas, el instante presente se revela ante nosotros como un tesoro de gracia y de inmenso consuelo.
Dios es el eterno presente. Tenemos que convencernos de que cada instante, sea cual sea su contenido, está lleno de la presencia de Dios y supone la posibilidad de la comunión con Dios.
Nuestra relación con Dios no se establece en el pasado ni en el futuro, sino mediante la aceptación de cada instante como el lugar de su presencia, el medio en el que se da a nosotros. Cada segundo constituye un momento de comunión con la eternidad; en cierto sentido, contiene la eternidad".
Jacques Philippe

lunes, 19 de agosto de 2019

A MIS HIJOS

🌿“Hijos: van a ser difíciles los tiempos que vienen, en el mundo que les tocará vivir. No se crean el cuento de que la tecnología lo solucionará todo, que la vida del hombre del futuro será mucho mejor que la del pasado. Lamentablemente vienen tiempos muy duros.
Ustedes saben que siempre les he tratado de transmitir esperanza, que no creo se pueda tener hijos o educar sin ella. Pero mi esperanza no está puesta afuera, en los grandes adelantos técnicos. Me temo que muchos de esos adelantos -algunos notables, es verdad- puedan ser manipulados por fuerzas destructivas o alienantes, como siempre ha sucedido en la historia. Y por eso deposito mi esperanza en otra dimensión: en la interioridad, en esa palabra tan despreciada hoy, por "vaga": la palabra "espíritu". Si algo salvará al hombre y a la humanidad será el espíritu, la conciencia, la libertad interior del hombre.
Hubo un ruso que ustedes todavía no conocen, un hombre del siglo XIX, Fédor Dostoievski, que dijo que el corazón del hombre es el verdadero campo de batalla entre el bien y el mal. Ahí se juega todo. Él fue el profeta de todos los horrores que devastarían el siglo siguiente, el de nuestros abuelos. Muy pocos le creyeron.
Muchas veces se reconoce a los profetas porque no son escuchados: hoy día -y tal vez con razón- desconfiamos de ellos, porque es fácil confundir a los falsos con los verdaderos. Nos falta un Dostoievski del siglo XXI. Puede que ya haya nacido y sea un muchacho de algún país periférico, como el nuestro. ¿Llegarán a tiempo sus palabras, sus visiones? Porque el desierto avanza, hijos, y a una velocidad impresionante.
Yo sé que ustedes están preocupados del cambio climático. Tal vez sean ustedes y sus hijos de los últimos que puedan conocer y disfrutar la Tierra tal como la conocemos y amamos hoy: con sus primaveras, inviernos, veranos y otoños estables, claros, distintos. Tal vez ustedes sean los últimos en escuchar los cantos primaverales de los zorzales en nuestros jardines. Deténganse a oírlos y no los olviden jamás, graben los sonidos, los colores, las maravillas y milagros de la Tierra en su alma. Necesitarán volver a ellos en tiempos de sequía.
Ustedes mismos todos los días me obligan a reciclar los papeles, separarlos de los plásticos, me hacen tomar conciencia de los pequeños gestos para cuidar este frágil planeta. Pero, hijos, maestros míos en muchos sentidos, eso no basta. Porque esa desertificación es el resultado de otra, más profunda e invisible: la desertificación interior. No sacamos nada con separar la basura reciclable del plástico y materiales tóxicos si no lo hacemos también adentro de nosotros mismos.
La desertificación interior crece cuando perdemos la capacidad de asombro, cuando no nos maravillamos ante una nube que pasa, cuando nos olvidamos de abrazar un árbol, cuando creemos que todo se puede comprar y vender, cuando a todos le ponemos precio, y el reino de la cantidad es más importante que el reino de la gratuidad. ¿Gratuidad? Sí, lo más esencial, lo que nos puede salvar como especie es gratis, es un don, un regalo. Todavía no le han puesto precio a las estrellas ni al aire... todavía no se venden en el mercado los abrazos que nos damos antes de dormirnos o al despertar.
Pero miren alrededor, el hombre ya está haciéndose esclavo de sus propios inventos, y lo peor de todo: cree que es más libre que nunca. En suma, hijos, hay dos desiertos que avanzan: el de afuera y el de adentro. Pero el de adentro es el que más me preocupa, porque es muy fácil no verlo. Sobre todo hoy día, en que pareciera que lo tenemos todo... ¿Qué pasaría si les dijera que estamos más indigentes que nunca? ¿Me dirían: "estás loco, papá"? Tal vez estoy loco... Pero quisiera terminar esta carta con esperanza. Los acabo de mirar mientras duermen... ¡Y en sus rostros puros acabo de reencontrar la esperanza... sí, ahí está, intacta aún!... Más que en estas torpes palabras, en estas divagaciones de un padre en la noche...”🌿
Cristián Warnken
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martes, 13 de agosto de 2019

Quedate en Silencio - Nada te turbe

Regreso a la felicidad del silencio DESCLÉE DE BROUWER, 2006

Para transitar el camino del Silencio hay que estar dispuesto a no pretender nada. A no buscar iluminación, sabiduría, felicidad... Ni siquiera Silencio. Porque, ante todo, es un camino de abandono.
El camino del Silencio no precisa maestros, gurús, obras de referencia... Nada de eso. Ni conferencias, retiros... Es cierto que a veces hay inspiraciones que nos ayudan a descubrir nuestras trampas. Pero si en vez de eso crean una nueva trampa, un nuevo sistema de creencias, de técnicas, de personas a las que aferrarse, no sirven para nada, no modifican nada, seguimos presa de nuestro ego, de nuestra trampa.Cuando no necesitamos nada, nos quedamos vacíos, estamos abiertos a la posibilidad de un encuentro, de una acogida. No hay mayor felicidad que la de estar vacío.
Esto es el Silencio, una invitación a aceptar la vida. Una invitación a volver dentro, donde nada es necesario.Para ir dentro hay que despedirse de todo, dejarlo todo atrás, quedarse vacío de todo. Hay que haberlo perdido todo, como el hijo pródigo.

Manuel López Casquete
Foto: Andrés Alén
La imagen puede contener: cielo, nube, crepúsculo, exterior y naturaleza

lunes, 5 de agosto de 2019

MEDITAR

Maditatio, "estar en medio". En el Centro del alma, el Ser se vuelve experiencia en el Silencio del Aqui y Ahora. En el reposo del Ser, Dios Es. Ahi vive nuestra Libertad!