viernes, 24 de diciembre de 2010

ORATORIO DE NAVIDAD

FELIZ NAVIDAD


Tradiciones y Costumbres Navideñas
Lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior, sino su significado interior
Autor: Tere Fernández


Origen de las tradiciones

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente, de recordar lo que ocurrió en el pasado. Son hechos y obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín “traditio” que viene del verbo “tradere” que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas intensamente. Este es un modo de evangelizar.

Existen muchas tradiciones y costumbres de la Navidad que nos ayudan a vivir el espíritu navideño, pero debemos recordar que este espíritu se encuentra en la meditación del misterio que se celebra.

A continuación, presentaremos algunas de éstas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

El árbol de Navidad

Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el “divino Idrasil” o el “dios Odín”. A este dios se le rendía culto cada año, durante el solsticio de invierno, cuando para ellos, se renovaba la vida. La celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol bailaban y cantaban adorando a su divinidad.

Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que representaba al dios Odín y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios. Lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano. Las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban a Cristo, la luz del mundo y la gracia que reciben los hombres que aceptan a Jesús como Salvador.

Esta costumbre se difundió por toda Europa en la Edad Media. Por medio de la Conquista española y las migraciones, esta tradición llegó a América. Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las velas, por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.

Las esferas, actualmente, simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento. Los colores de las esferas también tienen un significado simbólico:

azules; oraciones de arrepentimiento
plateadas; de agradecimiento
doradas; de alabanza
rojas; de petición

Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.

También, se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos representan las buenas acciones y sacrificios, los “regalos” que le daremos a Jesús en la Navidad.

Para aprovechar la tradición: Se sugiere adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el Adviento, explicando a los niños su profundo simbolismo crisitiano. Los niños elaborarán sus propias esferas (24 a 28, dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada una. Conforme pasen los días, las irán colgando en el árbol de Navidad, hasta el día del Nacimiento de Jesús.

Las tarjetas de Navidad

La costumbre de enviar mensajes navideños se originó en las escuelas inglesas, donde se pedía a los estudiantes que escribieran algo que tuviera que ver con la temporada navideña, antes de salir de vacaciones de invierno. Las tarjetas se enviaban por correo a su casa y así sus padres recibían un mensaje de Navidad.
En 1843, W.E. Dobson y Sir Henry Cole hicieron las primeras tarjetas de Navidad impresas, con la única intención de poner al alcance del pueblo inglés las obras de arte que representaban al Nacimiento de Jesús.
En 1860, Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de tarjetas de Navidad en las que aparecía impresa la frase “Feliz Navidad”.
Es una costumbre muy bonita, pues a través de las tarjetas se puede comunicar a todos nuestros seres queridos la alegría que sentimos por el Nacimiento de Cristo.

Los villancicos

Se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar, con sus tres hijos, el misterio de la Navidad.

Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer.
Sus letras hablaban sobre el Misterio de la Encarnación en lenguaje popular y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad.

Como se llamaba “villanus” al aldeano, con el tiempo, el nombre cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.
En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.

San Nicolás

.La imagen de Santa Claus, el viejecito regordete y sonriente que trae regalos a los niños buenos el día de Navidad, tuvo su origen en la historia de San Nicolás.

Nicolás nació en una antigua provincia de Asia Menor, en el siglo IV. La capital, Mira, estaba cerca del mar (hoy, corresponde al sudoeste de Turquía) y era una sede episcopal. Nicolás fue escogido obispo de esta sede y ahí se hizo famoso por su extraordinaria piedad. Estuvo encarcelado por defender su fe durante la persecución de Diocleciano. Sus reliquias se encuentran en el pueblo de Bari, Italia.

Existen varias leyendas que hablan acerca de la vida de este santo:
Se dice que fue heredero de una gran fortuna, misma que dedicó a ayudar a los pobres que conocía. Nicolás era feliz ayudando a los demás, especialmente a los pobres y a los esclavos. Era bueno, generoso y tenía un gran sentido del humor.
En cierta ocasión, el jefe de la guardia romana de aquella época, llamado Marco, quería vender como esclavo a un niño muy pequeño llamado Adrián y Nicolás se lo impidió.

En otra ocasión, Marco quería apoderarse de unas jovencitas si su padre no le pagaba una deuda. Nicolás se enteró del problema y decidió ayudarlas. Tomó tres sacos llenos de oro y en la Noche de Navidad, en plena obscuridad, llegó hasta la casa y arrojó los sacos por la chimenea, salvando así a las muchachas.

Marco quería acabar con la fe cristiana, mandó quemar todas las iglesias y a encarcelar a todos los cristianos que no quisieran renegar de su fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado.
Cuando el emperador Constantino se convirtió a la fe católica, liberó a todos los cristianos y Nicolás era ya viejo. Cuando salió de la cárcel, tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos, que lo distinguían como obispo. Con todo, los largos años de cárcel no lograron quitarle su bondad y su buen humor.

Los cristianos de Alemania tomaron la historia de los tres sacos de oro echados por la chimenea el día de Navidad y la imagen de Nicolás al salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus, viejecito sonriente y gordinflón, vestido de rojo, que entra por la chimenea el día de Navidad para dejar regalos a los niños buenos.

El Nombre de Santa Claus viene de la evolución paulatina del nombre de San Nicolás: St. Nicklauss, St. Nick, St. Klauss, Santa Claus, Santa Clós.

Para dar un sentido cristiano a la tradición: El ejemplo de San Nicolás nos enseña a ser generosos, a dar a los que no tienen y a hacerlo con discreción, con un profundo amor al prójimo. Nos enseña a estar pendiente de las necesidades de los demás, a salir de nuestro egoísmo, a ser generosos no sólo con nuestras cosas sino también, con nuestra persona y nuestro tiempo.

La Navidad es un tiempo propicio para imitar a San Nicolás en sus virtudes. Cada año, parece como si el espíritu de Nicolás efectivamente viniera a la tierra y se introdujera a todas las casas de manera misteriosa (tal vez por la chimenea), influyendo en todas las personas, que en esta época se muestran más dispuestos que nunca a dar regalos, desprenderse de lo propio y ayudar a los demás. Seguramente, San Nicolás ha de sonreír desde el Cielo, al ver cómo la gente se vuelve generosa y desinteresada, ocultando su identidad detrás de la imagen exagerada y graciosa de él mismo.

Los nacimientos

El Papa San Sixto III, en el siglo V, ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del nacimiento de Cristo que se realizaban en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una Iglesia.
Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís el fundador de los Nacimientos quien, en 1223, quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén.

Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se popularizó. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro. Esta tradición fue acogida con gran cariño por todo el mundo cristiano desde el siglo XVI.

Para dar un sentido cristiano a la tradición: Poner un Nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, lo pastores, los magos, José y María, puede ser además de una actividad que fomenta la unión familiar, una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes. A través de los sentidos, se eleva nuestro espíritu ante este gran acontecimiento. El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.

La flor de Nochebuena

Esta flor es originaria de México. Su nombre náhuatl es “tlazochitl” que significa “flor que se marchita”. Para los aztecas simbolizaba la sangre de los sacrificios que los indígenas ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas. Los españoles la bautizaron como flor de Nochebuena porque florece en diciembre y la utilizaron como símbolo de las fiestas navideñas.

Las posadas

Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre.

En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas. Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena. Se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañado de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, que puede simbolizar los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces que simbolizaban las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.

Esta costumbre, con el tiempo se comenzó a realizar en barrios y luego, pasaron a formar parte de la vida familiar. Según la tradición, una Posada comienza con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 ó 4 niños que llevan a la Santísima Virgen y a San José, llamados "peregrinos", que van a Belén. Al terminar las letanías, se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada, imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego de esto, siguen los alegres villancicos y termina la fiesta rompiendo piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

Significado de la tradición:

Preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo. Recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del nacimiento de Jesús.

Las piñatas y los aguinaldos

Las piñatas tienen su origen en China, donde en primavera, al inicio del año chino, se llevaba a cabo una ceremonia en la cual los chinos elaboraban con papel la figura de un buey, la cubrían con papeles de colores y le colgaban algunos adornos con motivos agrícolas.

Los colores de la figura simbolizaban las condiciones en que se desarrollaría el año con respecto a la agricultura. Se rellenaban con cinco clases de semillas que caían cuando los mandarines le pegaban a la piñata con varas de diferentes colores. Cuando ya estaba vacía, se quemaba y la gente trataba de obtener parte de las cenizas considerando que daba buena suerte para todo el año.

Al pasar esta costumbre a Europa, en Italia la utilizaron para las fiestas de Cuaresma, dándole un sentido religioso:

La piñata está hecha con una olla de barro cubierta con papel de colores brillantes y representa al demonio, que suele presentar al mal como algo llamativo para que cautive al hombre y caiga en la tentación.

La piñata clásica tiene siete picos que representan a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

El hombre que le pega a la piñata representa la fe que debe ser ciega, por eso lleva una venda en los ojos. Con la ayuda de Dios, se destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata y se dejan caer las gracias de Dios.

El palo con que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Las virtudes que hay que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; contra la ira, la paciencia; contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; contra la gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia.

El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados; es símbolo de esperanza porque todos ven hacia arriba, con los ojos puestos en el cielo que es de donde vendrá el premio celestial

De Italia, la costumbre de romper piñatas en Cuaresma llegó a España y los españoles organizaron una fiesta el primer domingo de cuaresma. a la que llamaron “Baile de la piñata”. Romper la piñata al inicio de la Cuaresma, simbolizaba el deseo de acabar con el mal en la propia vida, la conversión del corazón para volver a Dios y recibir los bienes eternos.

Los aguinaldos son bolsitas o canastas con dulces y galletas que se entregan a las personas que, por su edad o por su salud, no pueden acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas. La idea de que nadie se quede sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar de la alegría de la fiesta.

Las pastorelas

En el siglo XVI, en Italia, Torcuato Taso dio a conocer el género teatral “fábula pastoril” que era una pastorela o villancico escenificado. La palabra pastorela viene del italiano “pastorella”, que en español significa pastorcilla.

El inicio formal de las pastorelas, según algunos historiadores, fue en 1527 en Cuernavaca con “La comedia de los reyes”. En 1530, se escenificó “La Natividad Gozosa de nuestro Salvador”. Poco a poco, se comenzó a escenificar el peregrinar de José y de la virgen María y se fueron incorporando las aventuras de los pastores y las tentaciones que lograron vencer para llegar a Jesús. En las pastorelas se ve claramente la lucha entre el bien y el mal.

Las pastorelas son una bellísima, tierna e ingenua representación escénica, de marco festivo y alegre, que refiere acontecimientos previos a la venida de Jesús y termina con el esplendor inocente del pesebre y la adoración de los pastores. En ésta se mezclan personajes divinos y humanos donde el destino eterno de los hombres ocupa el papel central de la trama. Los personajes centrales son Dios, la Virgen y los pastores que acuden a adorar al niño Jesús en la gruta de Belén. Las pastorelas son jocosas y alegres, presentan al diablo ridiculizándolo y terminan siempre con su derrota, con el triunfo del bien sobre el mal.

jueves, 23 de diciembre de 2010

ORAR CONTINUAMENTE - Esa gracia y ese trabajo


Henri Nowen

La oración contínua no es sólo la hazaña inusual del sencillo peregrino ruso, sino una vocación realista para todos los cristianos. No es, ciertamente, una forma de vivir que viene, ya sea automáticamente, sólo deseándola, ya sea fácilmente, sólo rezando alguna que otra vez. Pero, cuando le prestemos verdadera atención y desarrollemos una disciplina apropiada, veremos una verdadera transformación en nuestras vidas, que nos llevará cada vez más cerca de Dios.

viernes, 17 de diciembre de 2010

EN EL DOLOR


"En el dolor se puede seguir amando a Dios, y no a un Dios que nos envía dolores y sufrimientos, sino a un Dios que se hace dolor y sufre conmigo para vestirlo de FIESTA: LA FIESTA DEL AMOR; porque El está ahí, junto a mí. En mí, para ayudarme a sufrir con alegría". (Autor anónimo)

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL ARTE DE ENVEJECER

Anselm Grün

Sólo tendrá una vida lograda aquél que hace frente a su propio envejecimiento. Envejecer es un arte. El que aprende el arte de envejecer puede permitirse cometer errores.

En el Otoño de nuestras vidas se trata de contemplar y disfrutar de la belleza. Ya no es necesario producir; basta con que SEAMOS.

Envejecer es pasar; transformarse sin perder el propio yo: rescatar una y otra vez una diminuta porción de experiencia y agregarla a una gran porción de esperanza.

La persona de edad avanzada debe volverse hacia adentro, replegarse en su propio ser y descubrir la riqueza de su propio interior. El sentido de la vejez consiste, según C. Jung en aceptar que decrecen las fuerzas físicas y mentales y dirigir la mirada hacia adentro. La riqueza del ser humano yace en su alma. La vejez nos invita a mirar dentro de nosotros y descubrir allí el tesoro de los recuerdos y la riqueza interior que se expresa en imagenes y experiencias.

Según Romano Guardini, "la persona anciana se halla próxima a lo eterno. Aquél que tiene la mirada fija en lo eterno, en Dios y su reino, relativiza todo lo terrenal".

No basta con prolongar y aliviar la vida del anciano con recursos médicos. Es necesario redescubrir el valor y el sentido de la ancianidad.

El primer sentido y la primera tarea de la persona en su vejez será la de adquirir mayor sabiduría. Sabia es la persona que se saborea a sí misma y deja un sabor agradable en los que tienen trato con él. Le agrada su vida y está en armonía consigo misma. Por ende, parte de ella un "sabor" a paz y libertad, calma y serenidad. Pero sólo el que se acepta y afirma sin condiciones saborea su propia vida.

En la vejez sólo podemos aceptarnos si hemos edificado nuestra vida sobre cimientos sólidos, es decir, si la edificamos sobre Dios.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA SABIDURIA DEL SILENCIO

A continuación transcribo un escrito que llegó hoy a mis manos. Me hace muy feliz observar las coincidencias entre el mismo y nuestros Santos Evangelios. Es un solo Espíritu Santo el que habla y sopla en todas las culturas. Esto es prueba de ello.

"Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.

No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de tí todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.

Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna.

Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios. Porque siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera. Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.

No te des mucha importancia, y sé humilde, pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el Tao.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente.

Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar conciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”, porque saben que ese famoso “sí” no es sólido y le falta valor.

Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes, o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y de criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades.

El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra. Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto de tí mismo. Deja que cada quien resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal. Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao. Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente.

Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao."