domingo, 17 de noviembre de 2019

*MEDITAR CAMINANDO*

Se dice que alguien le pregunto al Buda...
“¿Qué es lo que tú y tus discípulos practican?”
Él les respondió: “Nosotros nos sentamos, caminamos y comemos”.
Entonces volvió a cuestionar: “Pero cualquiera puede sentarse, caminar y comer”.
A lo cual el Buda contestó: “Nosotros, al sentarnos, somos conscientes de estar sentados, al caminar, somos conscientes de estar…caminando y al comer, somos conscientes de estar comiendo.”
*¿Cómo realizar la meditación caminando?*

*1. No propósito.*
Al caminar no te enfoques en ningún propósito en particular. Disfruta simplemente el hecho de caminar. Date el permiso de disfrutar y observar intensamente sin ningún juicio a cada paso que des.

*2. Desapego.*
Despréndete de tus preocupaciones y ansiedades mientras caminas. Al entrar en esta dinámica de caminar conscientemente, no hay cabida para ningún otro pensamiento que no sea el de estar atento al presente. Date permiso de simplemente caminar unos cuantos minutos simplemente por el hecho de caminar.

*3. Sonríe.*
Si dibujas una leve sonrisa en tu rostro, tal como lo hacía el Buda, mientras caminas, comenzarás a experimentar una profunda sensación de paz, serenidad y bienestar total.
“Al sonreír todo tu ser se renueva y tu práctica se fortalece. No tengas miedo de sonreír.”

*4. Respira conscientemente.*
Este es uno de los ingredientes más importantes de esta práctica. Respirar conscientemente significa estar presente en cada inhalación y en cada exhalación. Presta atención a tu respiración mientras caminas.
*5. Cuenta tus pasos.*
Una buena ayuda al principio es contar los pasos cuando inhales y exhales. Si en el momento de tomar aire ya llevas 4 pasos, cuenta mentalmente del 1 al 4. Si al exhalar solo llevas 3 pasos cuenta del 1 al 3 sin intentar controlar o acompasar. Simplemente conviértete en un observador de tu respiración.

*6. Gathas.*
También, en lugar de números puedes pronunciar palabras con el ritmo de tu respiración. Puedes seguir el ritmo por ejemplo con la palabra Aquí/Ahora.
Si das cuatro pasos con la inhalación puedes decir con cada paso “aquí”, “aquí” , “aquí”, “aquí”… y en la exhalación: “ahora”, “ahora”, “ahora”, “ahora”…
Puedes utilizar cualquier palabra o frase que tenga sentido para ti.
También las palabras Llegando/Casa.
Siéntete libre de usar tu creatividad y usar palabras que resuenen dentro de ti.

*7. Camina como un emperador.*
Con la frente en alto, piensa que el mundo te pertenece y tus actos lo construyen.

*8. Pasos de flor de loto.*
Visualiza que con cada paso que das en la tierra brota de ella una hermosa y radiante flor de loto o la flor de tu preferencia. Esta técnica en particular te parecerá extraña pero créeme que vale la pena intentarlo. El sentimiento de arraigo y plenitud de esta práctica está más allá de las descripciones que pueda realizar.

*9. Camina cuando estés enojado.*
En ocasiones cuando más necesitamos de estas herramientas es cuando más pretextos ponemos. “No estoy de humor para eso”, “cuando se me pase el enfado lo haré”. Sin embargo es en esos momentos en que más lo necesitamos. Es por esto que entre más practiques estas técnicas, más fácil se te hará hacer uso de ellas en el momento en que más las necesites.

*10. *Aprovecha el momento.*
No existe el momento perfecto para caminar conscientemente. No te limites a programar “un espacio” para meditar caminando. Aunque lo ideal sería caminar por un sendero inspirador tomándonos el tiempo cada día para realizarlo, tu realidad puede ser muy diferente.
Aprovecha cada momento del día para caminar conscientemente. Cuando estaciones tu coche camina hacia tu destino conscientemente. Cuando estés en la calle, de camino a la parada, en el centro comercial, simplemente recuerda sonreír y aprovecha el momento.
 

EL DESAPEGO

Desapegarnos no significa que nada nos importe. Desapegarnos quiere decir que aprendamos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos. Que dejemos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro entorno. Cuando no reaccionamos de un modo ansioso y compulsivo, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas.
Thich Nhat Hanh

sábado, 16 de noviembre de 2019

EL REINO DE DIOS

¡AMÉN! ¡ASÍ ES!
"Su reino no es un más allá imaginario, situado en un futuro que nunca llega; su reino está presente allí donde él es amado y donde su amor nos alcanza" (Benedicto XVI)

viernes, 15 de noviembre de 2019

AFORISMOS, VISIONES Y SUEÑOS

«No hace falta que salgas de la habitación. Quédate sentado a la mesa y escucha. Ni siquiera escuches, simplemente espera. Ni siquiera esperes. Quédate en silencio, en quietud y en solitario. El mundo se ofrecerá libremente a ti. Será desenmascarado, no tiene elección. Se desplegará en éxtasis a tus pies».
Franz Kafka
La imagen puede contener: cielo, exterior, naturaleza y agua

jueves, 14 de noviembre de 2019

LA IRA. EL DOMINIO DEL FUEGO INTERIOR - THICH NHAT HANH

Todos tenemos una energía habitual en nosotros. Somos lo bastante inteligentes como para saber que si hacemos o decimos algo movidos por nuestra energía habitual, estropearemos nuestras relaciones. Sin embargo, a pesar de ser inteligentes, seguimos haciendo y diciendo cosas arrastrados por la ira.
Por eso muchos de nosotros hemos causado tanto sufrimiento en las relaciones que mantenemos con los demás. Después de haber hecho daño a alguien, lo lamentas muchísimo y te prometes no volver a hacerlo nunca más. En ese momento eres muy sincero y estás lleno de buenos deseos. Pero la próxima vez que una situación parecida vuelva a presentarse, harás exactamente lo mismo, volverás a decir exactamente lo mismo y causarás el mismo daño una y otra vez.
La inteligencia y el conocimiento no te ayudarán a cambiar tu energía habitual, lo único que puede ayudarte es la práctica de reconocerla, abrazarla y transformarla. Por eso el Buda nos aconsejó practicar la respiración consciente, para reconocer nuestra energía habitual en cuanto se manifieste y cuidar de ella. Si logras abrazar tu energía habitual con la energía de ser consciente, estarás a salvo y no volverás a cometer el mismo error.
Siempre que nuestra energía habitual se manifieste, lo único que necesitamos hacer es reconocerla y llamarla por su nombre. Respiramos conscientemente y decimos: «Hola, envidia; hola, miedo; hola, irritación y cólera. Sé que estás ahí, y estoy pendiente de ti. Cuidaré de ti y te abrazaré con la energía de ser consciente». Inspirando, damos la bienvenida a nuestra energía habitual; espirando, le sonreímos. Cuando lo hacemos, nuestra energía habitual deja de dominamos. Estamos a salvo. Nos hemos liberado

miércoles, 13 de noviembre de 2019

LA IRA. EL DOMINIO DEL FUEGO INTERIOR - THICH NHAT HANH


En la psicología budista existen cincuenta y una formaciones mentales. Hay formaciones negativas, como la ira, los vehementes deseos y la envidia, y otras positivas, como el ser consciente y la ecuanimidad.

 Cuando experimentamos una formación mental positiva, como la alegría o la compasión, hemos de inspirar y espirar para ser conscientes de la alegría y la compasión que hay en nosotros. Cuando abrazamos nuestra alegría y nuestra compasión respirando conscientemente, ambas se multiplican diez o veinte veces. La respiración consciente nos ayuda a sustentarlas durante más tiempo y a experimentarlas con mayor profundidad. Por eso es tan importante abrazar las formaciones mentales positivas como la alegría, la felicidad y la compasión cuando surjan, porque son una especie de comida que nos ayuda a crecer.

Hablamos de «la alegría de la meditación como alimento diario» porque el sentimiento de alegría que surge de la meditación, de ser conscientes, nos alimenta y sustenta.

De igual modo, cuando surjan formaciones mentales negativas como la ira o la envidia, hemos de volver a nosotros mismos y abrazarlas tiernamente, calmándolas al respirar conscientemente, como una madre tranquilizaría a su afiebrado hijo. «Inspirando, tranquilizo mis formaciones mentales; espirando, tranquilizo mis formaciones mentales.»

martes, 12 de noviembre de 2019

LA IRA. EL DOMINIO DEL FUEGO INTERIOR - THICH NHAT HANH

Hay varios métodos sencillos para cuidar de tus emociones fuertes. Uno de ellos es «la respiración abdominal», que consiste en respirar con el abdomen. Cuando quedamos atrapados en una emoción fuerte, como el miedo o la ira, hacemos la práctica de dirigir la atención al abdomen, porque quedarse al nivel del intelecto es peligroso. Las emociones fuertes son como una tormenta, y permanecer en medio de ella es muy arriesgado. Sin embargo, la mayoría lo hacemos al quedamos fijos en la mente dejando que los sentimientos nos aneguen.
En lugar de ello, hemos de intentar enraizarnos llevando la atención hacia abajo. Nos centramos en el abdomen y practicamos la respiración consciente, fijándonos sólo en cómo el estómago sube y baja. Podemos hacer esta práctica sentados o tendidos.
Cuando observas un árbol en medio de una tormenta, ves que la punta es muy inestable y vulnerable. El viento puede romper las ramas más pequeñas en cualquier momento. Pero cuando observas el tronco del árbol, te da una sensación completamente distinta. Ves que el árbol es muy sólido y no se mueve, y sabes que será capaz de soportar la tormenta. Nosotros también somos como un árbol. Nuestra cabeza es la copa del árbol durante la tempestad de una emoción fuerte, de modo que hemos de centrar la atención al nivel de nuestro ombligo. Después empezamos a practicar la respiración consciente. Nos concentramos sólo en la respiración y en cómo el estómago sube y baja. Es una práctica muy importante porque nos ayuda a ver que aunque una emoción sea muy fuerte, sólo permanecerá un determinado tiempo y después se irá; no durará siempre. Si aprendes a practicar de esta forma en tiempos difíciles, sobrevivirás a estas tempestades.
Has de saber que tus emociones no son más que emociones. Surgen, se quedan por algún tiempo y luego se van. ¿Por qué habría de morir alguien por culpa de una emoción? Tú eres algo más que tus emociones; y es importante recordarlo.
Durante una crisis, cuando inspiras y espiras, ten presente que tus emociones se irán si sigues practicando. Después de haberlo logrado varias veces, confiarás en ti mismo y en la práctica. No te quedes atrapado en tus pensamientos y sentimientos. Centra tu atención en el estómago e inspira y espira. Esta tormenta desaparecerá, no temas.
Abrazamos nuestro cuerpo con la energía de ser conscientes para calmarlo, y podemos hacer lo mismo con nuestras formaciones mentales: «Inspirando, soy consciente de mis formaciones mentales. Espirando, soy consciente de mis formaciones mentales».