Estamos de regreso todos aquéllos que hemos vivido el Retiro en el Monasterio Benedictino de Santa María de Los Toldos, durante la semana de la Octava de Pascua. Ha sido un encuentro maravilloso en el que se nos instruyó más profundamente en el tema de la LECTIO DIVINA o Lectura Orante de la Biblia, como eje central de nuestra vida espiritual.
El P. Roberto Peña OSB nos habló de las Sagradas Escrituras con la exquisitez y conocimiento de quien la viene rumiando desde hace largo tiempo. Nos citó, por ejemplo, a San Jerónimo, que afirmó que "Quien desconoce las SSEE, ignora a Cristo". O a Hugo de San Víctor quien dijo que "la Sagrada Escritura es un solo libro: CRISTO". O a San Gregorio Magno, monje y Papa en su cita "el monje acoge la Biblia con el oído del corazón y la saborea con el paladar del corazón".
Entendimos que "la Lectio no es una simple lectura espiritual o un texto de edificación piadoso o menos aún un estudio exegético o hermenéutico (interpretativo) de las Escrituras, sino que se trata de un encuentro dialogal entre Dios que habla y el ser humano que escucha, estableciéndose así una comunicación de amor".
Consta de cuatro pasos según la clasificación efectuada por Guigo II, el Prior de la Gran Cartuja (1171-1180):
La Lectio ó lectura propiamente dicha del texto.
(¿Qué dice el texto en sentido literal?)
La
Meditatio ó rumia de la lectura (¿Qué me dice a mí el
texto?). Me dejo impregnar por el texto, me interiorizo con él.
"Masticamos" el texto para asimilarlo mejor.
La Oratio u oración (¿Qué le digo yo al texto?) Es entretenerse con Dios en el corazón, pidiendo que quite de nosotros los males y nos conceda el bien que estamos necesitando. Puede ser un saborear, pero también una imprecación insistente.
La Contemplatio (contemplación que es la elevación del alma a Dios, gustando las alegrías de Su Eterna Dulzura) (¿Qué más pasó?).
Como frutos de esta experiencia podríamos mencionar:
1- Se nos concede la Mente de Cristo. Llego a tener los pensamientos y sentimientos de Cristo.
2.- Contacto personal y comunitario. La persona empieza a hablar y actuar bíblicamente.
3.- La Lectio, le confiere a la piedad un carácter más objetivo (lejos de sentimentalismos, imaginaciones), basamos nuestra vida espiritual en hechos más reales.
4.- La Lectio ejerce una función purificadora. Nos cuestiona y nos lleva en dirección contraria. Nos hace ver nuestras armaduras. Penetra el punto más íntimo de nuestro ser.
Todo esto se observa a largo plazo. Muchas veces puedo ir a la Escritura y sentir que no me dijo nada. Otros días, sin embargo, me habló muchísimo.
La experiencia de Dios se intensifica. se va haciendo todo cada vez más silencioso. Ya no se pronuncian palabras sino que hablan los ojos y el corazón. Vemos las cosas como las ve Dios. Interpreto cada situación de mi vida con los ojos de Dios. La contemplación lleva siempre a la actuación. Esto por supuesto, es un DON DE DIOS. El lo dará si quiere, cuando quiera y como quiera.
LA PALABRA DE DIOS GERMINA CUANDO LA TRANSMITO Y LA EXPERIMENTO EN LA ACCION.