La oración funciona así: el practicante en silencio se
concentra en su corazón y tomando una frase corta inhala suavemente llevando la
frase con el aire hasta el corazón.
La frase: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios” al inhalar y luego, “Ten piedad de mí, pecador”, al exhalar.
Cuando termina la inhalación, «presionar» para que llegue más adentro. Después ir exhalando muy suavemente el aire viciado sin perder la
atención en el corazón.
Practicar con tranquilidad, sin apuro ni expectativas. De a
poco llega el corazón a unirse con la oración.