miércoles, 29 de octubre de 2025

... Resucitó ...

La experiencia pascual es regalo gratuito. Algo que se ofrece a los discípulos de forma totalmente inmerecida.

 Cristo resucitado sana, libera y envía a reconciliar. II domingo de pascua.  Ciclo C. - Revista SIC

Es "autodonación" del Resucitado, que se manifiesta y regala por encima de sus expectativas y creencias. Es para ellos un acontecimiento inesperado y desconcertante. Lo anuncian como algo bueno, una Buena Noticia ("euaggelion"). El gran desafío que se plantea para los cristianos es abrirnos a la Gracia, dejar más espacio a lo gratuito. La experiencia pascual es posible cuando nos experimentamos y nos aceptamos a nosotros mismos como gracia de Dios. En esa experiencia de gratuidad se abre para nosotros la posibilidad de encontrarnos con el Resucitado que sostiene nuestras vidas. Entonces experimentaremos nuestra fe no como producto de pruebas científicas ni razones o argumentos sino como algo que brota de Alguien que nos trabaja interiormente. Cuando experimento que mi seguimiento de Jesucristo se alimenta en algo que no es simplemente mi convicción, mis razones o mi voluntad, cuando experimento que amo a Cristo no por lo que sé acerca de Él, ni por las ideas que me han transmitido sobre Él, sino que mi amor está siendo sostenido por algo más que mi misma libertad,  es ahí cuando estoy teniendo una verdadera experiencia Pascual.

Las experiencias personales de cada uno pueden ser múltiples, pero uno de los lugares privilegiados de la experiencia pascual para todos ES, SIN DUDAS, LA EUCARISTÍA. En la celebración eucarística no celebramos nuestros esfuerzos, trabajos y luchas, sino la Salvación que se nos ofrece en el Crucificado devuelto a la Vida.

La fe en Cristo resucitado que nos ofrece su salvación día a día, genera ese estilo de vida conformado por la Acción de Gracias y al que con mucha frecuencia nos invita San Pablo: "En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús quiere de vosotros" (1 Tes 5-18). "Cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo" (Ef 5, 20).

 LA SANTA MISA EXPLICADA POR SAN PÍO DE PIETRELCINA

... continuará en próximos posts ...

 

jueves, 9 de octubre de 2025

... Resucitó ...

Naturalmente, la Resurrección de Jesús, como acontecimiento escatológico que alcanza su plenitud más allá de la muerte, nos trasciende y desborda a los que nos movemos todavía, tanto a nosotros como a los primeros discípulos.

La resurrección de Cristo no se controla ni verifica sino que se acoge gozosamente en la fe.

Estudiamos el sepulcro vacío, las apariciones del Resucitado, el testimonio de los discípulos, pero no acertamos a vivir nosotros mismos "la experiencia pascual". No sabemos encontrarnos con el Resucitado que nos dice: "Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos (Ap 1, 17-18).

Los discípulos reconocen en su experiencia pascual a aquel Jesús al que previamente han conocido en Galilea.

Es bueno preguntarse: ¿Cuál puede ser hoy nuestra experiencia pascual?; ¿dónde y cómo vivir el reencuentro con el Resucitado?; ¿cómo y cuándo puede hacerse presente para nosotros la fuerza y la vida que brotan de la Resurrección de Jesús? Vamos a tratar de recorrer el camino de la experiencia pascual de los discípulos, de manera que podamos también nosotros vivir nuestra propia experiencia pascual.

Es un encuentro personal con Jesús lleno de vida.

Jesús se deja ver, se les hace presente y se les impone lleno de vida. Jesús vive y está de nuevo con ellos. Recuperan de nuevo a Jesús como alguien que vive y viene a su encuentro.

Lo decisivo también para nosotros es dejarnos alcanzar por la persona de Cristo. Encontrarnos, no con algo, sino con Alguien. Lo importante es la apertura, la disponibilidad, la acogida de Alguien que vive en el interior mismo de nuestra vida.

Impulsados por la Resurrección de Jesús, los primeros creyentes empiezan ahora a recordar de nuevo sus palabras, pero no como si estas fueran el testamento de su Maestro que ha muerto, sino palabras del que está vivo y sigue hablando en sus discípulos con la fuerza de su Espíritu. Nace así un género literario desconocido hasta entonces: el Evangelio.

Lo importante, no es escuchar sólo a los que nos transmiten o hablan del mensaje cristiano, sino escucharlo a Él que nos habla al corazón: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa" (Ap 3,20).

La actividad salvífica de Jesús no terminado con su muerte. Aquel que perdonaba a los pecadores, hoy sigue perdonando. Aquel que llamaba al seguimiento hoy nos sigue llamando. Jesús no es algo acabado o finalizado. Su historia se sigue hoy escribiendo en nosotros y con nosotros.

Una de nuestras tareas es, sin dudas, ir pasando de un Jesús concebido como un personaje del pasado, a un Cristo vivo y actual presente en nuestras vidas. Lo más importante no es creer que Jesús, hace aproximadamente dos mil años, curó ciegos, limpió leprosos, hizo caminar a los paralíticos, resucitó muertos, sino experimentar que hoy puede curar nuestra visión de la vida, limpiar nuestra existencia, hacernos más humanos, resucitar lo que está muerto en nosotros. La experiencia pascual se actualiza para nosotros cuando descubrimos que Cristo sigue siendo "Espíritu vivificador" (1 Cor 15, 45); cuando de alguna manera, podemos repetir la experiencia de San Pablo: "Ya no vivo yo sino que es Cristo quien vive en mí" (Gal 2, 20).

... Continuará en los próximos posts ...

 Imágenes, de Jesus resurrection, fotos e imágenes de stock ...

lunes, 6 de octubre de 2025

Y RESUCITÓ AL TERCER DÍA

Introducción: 

El mensaje central del cristianismo es que Jesús murió en la cruz y Dios lo resucitó.

Después de la muerte de Jesús, sus discípulos estaban impactados. Ellos no podían entender que este rabí maravilloso que había sanado a tantos enfermos y hablado tan imponentemente de Dios, hubiera muerto en la cruz. La muerte de Jesús cuestionó su fe. Pero la experiencia de su resurrección permitió que ellos comprendieran de otro modo el misterio de Jesús como el de Cristo. Y para ellos fue una experiencia tan grandiosa que debían partir para proclamar a todo el mundo este mensaje "Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hech 4,20).

Los cristianos no nos enredamos en la cadena infinita de reencarnaciones, sino que en la muerte nos introducimos en la gloria de Dios. Nos espera el propio Cristo que nos precedió en la muerte. Nuestra vida tiene una meta. La resurrección es más que la inmortalidad del alma. Somos aceptados en la gloria de Dios con cuerpo y alma, incluso cuando este cuerpo se descompone, para transformarse luego en un cuerpo celestial, como Pablo lo expresa a los Corintios: "se siembran cuerpos corruptibles y resucitarán incorruptibles" (1 Cor 15,44).

Sin embargo el mensaje de la resurrección de Jesús afirma algo más. Es la confirmación de que no existe nada en nuestra vida que pueda separarnos de Dios. No existe ningún fracaso que no desemboque en un nuevo comienzo; ninguna oscuridad que no sea aclarada; ninguna desesperación que no se transforme en confianza; ningún entumecimiento que no se abra hacia una nueva vitalidad.

La muerte y la resurrección presentan ante nuestros ojos que Dios transformará todo en nosotros, que inclusive resucitará lo muerto en nosotros hacia una nueva vida. Pablo expresó con palabras maravillosas este misterio de la muerte y la resurrección de Jesús: "porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura, podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor" (Rom 8, 38 ss).

La muerte y la resurrección de Jesús nos dan el valor para elevarnos frente a todo lo que obstaculiza la vida, lo que esclaviza a las personas. 

Nunca mejor dicho que como lo dice Pablo en 1 Cor 15, 12-13; 20-23; 35-37; 42-44) citado a continuación:

"Si de Cristo se predica que ha resucitado de entre los muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección para nosotros?. Si no hay resurrección para nosotros tampoco resucitó Cristo..."

Pero Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que ahora reposan...En Cristo serán todos vivificados, cada uno en su sitio: primero Cristo como primicia, después los suyos cuando vuelva a hacerse presente...

Algunos preguntarán pero ¿cómo resucitarán los muertos o con qué cuerpo?: "¡lo que tú siembras no cobra vida si no muere primero! Y lo que siembras no es el cuerpo que no ha de ser sino un simple grano, de trigo o de otra semilla; y Dios le da el cuerpo que quiere..."

"Así será en la resurrección de los muertos:  se siembra en corrupción y se resucita en incorruptibilidad, se siembra en poquedad y se resucita en gloria, se siembra en debilidad y se resucita en fuerza, se siembra un cuerpo inteligente y se resucita un cuerpo espiritual."

La resurrección no se trata de una mera "reviviscencia". No se trata pues de la vuelta de un muerto a esta vida que sigue estando sometida al poder de la muerte y a la vulnerabilidad de la libertad, es decir,  al poder de la degradación física y a veces moral. No se trata de una vuelta sino de una entrada: la entrada en otra vida nueva que es la Vida misma de Dios.

Continuará en los próximos posts ... 

 Mariela Encarnacion - "¿Por qué buscáis entre los muertos al ...