martes, 29 de diciembre de 2009

RELATOS DE UN PEREGRINO RUSO


Mira, querido hermano, la causa de no amar a Dios es la falta de fe, la falta de fe viene motivada por la carencia de convicción; y la causa de ésta es el descuido en la búsqueda del saber santo y verdadero, la indiferencia hacia la luz del espíritu. En una palabra: Si no tienes fe, no puedes amar; si no tienes convicción, no puedes tener fe; y para alcanzar la convicción debes obtener un conocimiento pleno y exacto de la cuestión que tienes delante. Por la meditación, por el estudio de la Palabra de Dios y por la observación de tu experiencia, debes despertar en tu alma un ansia y un anhelo (o como algunos lo llaman una admiración) que te proporcione un deseo insaciable de conocer las cosas más de cerca y más plenamente, y de penetrar más en su naturaleza. Un autor de espiritualidad habla de ello de este modo: "El amor crece por lo general con el conocimiento, y cuanto mayor es la hondura y la extensión del conocimiento tanto más amor habrá, más fácilmente se ablandará el corazón y se abrirá al amor de Dios, a medida que contemple con diligencia toda la plenitud y belleza de la naturaleza divina y su ilimitado amor por los hombres".

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