jueves, 24 de octubre de 2013

La apelación a la mística como medio de llenar vacíos y de superar excesos


Hoy en día muchos proponen la experiencia mística como medio para la superación de:


    Un liberalismo teológico religiosamente vacío.
    Un moralismo estéril.
    Un dogmatismo autoritario.
    Un extrinsecismo que hace nacer y alimentarse la fe        sólo o principalmente desde fuera con elementos de institución o de autoridad.
  Una realización de la Iglesia en la que prevalecen los objetos sobre los sujetos, la ley sobre la libertad y la autoridad sobre la conciencia.

    Una situación espiritual de increencia e indiferencia.


Tienen razón diagnosticando estos errores y esos peligros permanentes en la Iglesia y reclamando nuevos acentos de interioridad, subjetividad, iniciativa personal y aportación del propio carisma. En este sentido consideran también que esta propuesta mística del cristianismo es un medio de atracción para la gente que busca hoy en día algo mejor que lo que ofrecen la política, la técnica y el mercado.

La dimensión mística del cristianismo es real y de ella tenemos admirables ejemplos en la historia de la Iglesia; pero hay que sumarla con la propuesta doctrinal, moral, comunitaria, litúrgica e institucional.

Con lo que de experiencia ofrece, hay que sumar lo que de obediencia exige; con el misterio de la transfiguración y el gozo, con la paz y la luz que ofrece, hay que presentar el misterio del Getsemaní y del Gólgota con la evidencia oscura del Absoluto al que remiten siempre las expresiones de los místicos sobre la inefabilidad de Dios.

Con el apofatismo y el silencio consiguientes hay que mantener la afirmación constituyente del cristianismo como religión de la Palabra encarnada, donde el silencio no es lo último ni la anestesia del deseo es la solución. Para el cristianismo, Dios es vida personal en comunión, relación y autodonación recíprocas, es decir es VIDA TRINITARIA.

Las posibles carencias y las reales sombras de la vida cristiana, deben ser corregidas por una vuelta a las verdaderas fuentes del cristianismo, pero no por sucedáneos o absolutizaciones de aspectos reales de la vida cristiana que no pueden ser separados del resto.


Les propongo esta vez buscar y leer rezando la hermosa oración de Sor Isabel de la Trinidad sobre la Santísima Trinidad. Quisiera que me compartan sus pareceres.

 

sábado, 19 de octubre de 2013

...CONTINUACION CRISTIANISMO Y MISTICA



La atención y la obediencia a Dios anteriores al sentimiento y la experiencia del hombre

La religión bíblica es religión de atención a Dios, obediencia a Dios y seguimiento de Dios tal como El se nos ha revelado definitivamente, en el que es su Hijo, imagen de su sustancia y resplandor de su gloria (Heb 1, 1-4). La Biblia nos describe la cercanía de Dios, el eco de su paso,  su comunicación de amigo a amigos como Abraham, Moisés, Elías, Jeremías, Juan Bautista, Jesucristo, Juan, Pablo. En la Biblia se habla mucho de “encuentros” con Dios pero poco de “experiencia” de Dios en el sentido moderno del término, ni se hace una propuesta de vida ordenada a conseguirla. La magia, la teúrgia y ciertas propuestas contemporáneas pensadas como medios automáticos para lograr el contacto con Dios, son contrarias a la fe y confianza en Dios. De esta depravación tenemos ejemplos en todas las religiones. En la primitiva iglesia, el caso de Simón Mago, queriendo apropiarse por dinero del poder de comunicar el Espíritu Santo y de hacer milagros, es el equivalente cristiano de esa tentación perenne (Heb 8, 9-24). Otorgar tal interés y primacía a la experiencia sobre la obediencia es desconocer la religión bíblica y pervertir el cristianismo.

En la actualidad existen algunos clérigos que se amparan en sus órdenes religiosas pero que muy poco tienen que ver con ellas, para difundir errores por doquier, con fines de lucro y que, con ausencia total de escrúpulos, se aprovechan de la buena fe de la gente provocando en ella gran confusión y no pocos trastornos psicológicos.

El de la mística es sólo un camino entre muchos, un camino excepcional, fruto de pura gracia y no construíble por el hombre (técnicas o métodos). Fijar la experiencia mística como meta ideal a la que se puede llegar por el propio esfuerzo es una trampa mortal para la vida cristiana.
 
Cada uno de nosotros tiene una estructura somática, psíquica y pneumática propia; cada uno tiene la medida de nuestra fe, el carisma específico y una vocación concreta en la Iglesia.
 
Es importante destacar que para los místicos de nuestra Iglesia, el amor a Dios y al prójimo, el cumplimiento de su voluntad, las obras y el servicio fueron los criterios objetivos de la subjetividad cristiana, construída en sí misma desde la objetividad de la revelación, de la Biblia y de la Iglesia.
 
Les propongo para esta semana buscar alguna frase de Santa Teresa o San Juan de la Cruz que los haya impactado y compartirla con nosotros. Si no lo pueden hacer directamente en el blog, los invito a hacerlo via mi e-mail y yo los pegaré con vuestro permiso en los mismos comentarios: subetopasso@gmail.com

miércoles, 16 de octubre de 2013

VISITA - RETIRO


Queridos amigos:

Estuve de retiro en la Abadía Benedictina de Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Fueron seis días magníficos. Nos predicó el Padre Roberto Ghiogna, OSB. 

A continuación les comparto una brevísima síntesis del mismo. En breve retomaremos  el tema de la Mística Cristiana.

Se trata de recuperar la presencia de Dios en nuestras vidas. Saber tomar conciencia de que El está siempre con nosotros. Jamás nos abandona. Dios está en el camino de nuestra vida. Está comprometido con ella.

El mensaje que nos dan los monjes es que para ellos la vida es una constante celebración. Ellos cantan y celebran la vida. Nosotros también debemos hacer de la vida un canto de alabanza a ese Dios que se ha metido en nuestra historia.
 "Con misericordia te elijo para que cantes mi alabanza"

Es preciso abrir el corazón y el oído a Dios. Hacer silencio para escuchar. No quedarnos jamás con experiencias negativas. Dios es siempre NOVEDAD. Dejar lo viejo y así hacer espacio para lo nuevo.
 
 Caminar en la novedad de Dios significa no dejarme llevar por los condicionamientos externos. Estos no tocan mi yo profundo cuando soy conciente de Su Presencia en mi vida.

Es preciso "nacer de nuevo y de lo alto"  ese será entonces un verdadero nacimiento en Dios, un nacimiento espiritual. Cuando se nace de nuevo, se ve la vida a la luz de Dios = conversión = metanoia. Se ven las cosas con la mente de Dios.

Para los cristianos nuestro Dios es uno que camina en nuestra historia y esta es la novedad.

Tenemos que tener capacidad de fiesta, de celebrar esa presencia de Dios en nuestra vida. Mi oración será entonces:  "Señor ensancha mi corazón para que quepan todos". Se trata de vivir "desde el Espíritu que hace nuevas todas las cosas".  
 
Cristo es el Señor de la Historia. Dios, en Cristo, se mete en la historia humana. No es un panteísmo. Yo Lo tengo dentro. Es la sorpresa. Dios hace camino con nosotros.

Muchas veces no se entiende la frase "Dios entregó a su Hijo", lo que debe quedarnos claro es que son el Padre y el Hijo quienes se dan en la Cruz.
 
En cada Eucaristía me debo sorprender: "Me transformo en aquéllo que recibo".
 
En cuanto a las experiencias dolorosas, éstas son inevitables. Sin embargo, Dios ama la realidad, aunque muchas veces no la apruebe. Cuando integro mi sufrimiento en Cristo, éste se hace mucho menos doloroso. Dios no desprecia ningún sufrimiento.

 "Hacer fuego aún con astillas húmedas", ésa es la fe.

    

viernes, 4 de octubre de 2013

ALGUNAS CUESTIONES SOBRE MISTICA CRISTIANA


OCTUBRE 4, 2013 
FIESTA DE SAN FRANCISCO DE ASIS

Invoco al Santo de Asís de la Hermana Pobreza para que me bendiga en estas exposiciones que pretenden aportar un pequeño granito de arena en un tema tan precioso como este.

El catolicismo afirma que el hombre es imagen de Dios e indestructible por el pecado, aún afectado y vulnerado por él, con sus terribles consecuencias religiosas, morales y sociales. Esa base de naturaleza ordena el hombre a Dios, lo califica para oír su palabra y le hace posible una comunicación, amor y experiencia de Dios válida y valiosa: HOMO CAPAX DEI.

Tomemos por ejemplo a Santa Teresa. Para ella, como para todos los místicos cristianos, la experiencia de Dios es un don que Dios hace al alma, nunca una conquista que ella se puede proponer o a la que se llega mediante la práctica de técnicas diversas.

Como hemos dicho ya en otras entradas, el cristianismo es una religión profética antes que una religión mística. La experiencia mística es un don que Dios da a determinadas almas y que no se puede construir con nuestros propios esfuerzos. Así se explica la admirable variedad de los santos. Los reconocidos como místicos no son ni los más grandes ni los más aptos para ser imitados. Santa Teresa y San Juan de la Cruz son reconocidos como los exponentes máximos para la era moderna. Ahora bien ¿le son inferiores san Francisco de Asís, santo Tomás de Aquino, san Juan de Dios, san Francisco Javier, san Vicente de Paul, Edith Stein, la Madre Teresa de Calcuta y tantos otros santos modernos?. El cristianismo no eleva la razón ni la experiencia a categorías supremas, sino que eleva la voluntad, la libertad y la acción. Por eso el amor a Dios y al prójimo son los verdaderos criterios de santidad. Nuestra perfección se realiza en la normal vida cristiana, vivida con alegría y generosidad y hasta el fondo, sin pretensiones de alta teología o de experiencias místicas. Vale más la permanencia fiel en la oración y el soportar la soledad que toda misión conlleva, que todos los éxtasis juntos.

De Jesús no se nos narra ningún fenómeno de interioridades especiales. En cambio se nos habla constantemente de su oración y de su oración nocturna: “Salió hacia la montaña para orar y pasó la noche entera orando a Dios” (Lc 6, 12). Y se nos narra su permanencia fiel en el fracaso, en la agonía de Getsemaní y en el proceso hasta la muerte. ¡Larga oración de Jesús y profunda soledad sin poder comunicar ni siquiera a los más íntimos ni su ser más propio, ni las exigencias de su misión, ni su horizonte de futuro! ¡Y justamente por esta soledad asumida y sostenida hasta el final, ha sido el que más compañía ha creado en el mundo! Ni la santidad, ni la experiencia mística, ni la felicidad se pueden perseguir como objeto directo o inmediato. Estas son realidades que resultan del cumplimiento fiel de una misión y de la respuesta objetiva a los imperativos que la historia, el prójimo y Dios nos van proponiendo cada día por delante. Quien las busca por sí mismas de antemano, las pierde. Estas no son otra cosa que el resultado objetivo de la verdad de nuestras acciones encaminadas a responder a Dios con amor y a cumplir su voluntad. ESTE ES EL REAL REINO DE DIOS Y DEL HOMBRE QUE HAY QUE BUSCAR Y TODO LO DEMAS VENDRA COMO AÑADIDURA.

Queridos amigos, vamos lentamente desmadejando el ovillo enmarañado de propuestas actuales que se ofrecen como cristianas y no lo son. Se deben respetar las raíces de cada tradición y precisamente no faltarles el respeto mezclando en un sincretismo atroz, hecho a imagen y conveniencia de seudo movimientos espiritualistas de esta era post moderna.

Justamente son las grandes tradiciones como por ejemplo el hinduismo y el budismo (éste último en la figura del Dalai Lama), quienes aconsejan conservar nuestras tradiciones y crecer en ellas y desde ellas.

A través de estos escritos no pretendemos desvalorizar otras experiencias, pero se requiere honestidad y humildad de parte de algunos grupos, para reconocer que será tal vez una experiencia válida, pero no cristiana.

Esta invitación a este reconocimiento no pretende fomentar divisiones, sino por el contrario, informar a mucha gente de buena fe que busca legítimamente esa paz que le permita interactuar en un mundo convulsionado y difícil y acepta como cristianas algunas propuestas que no lo son y que además, muy poco tienen que ver con las históricas tradiciones religiosas del mundo.
Nosotros sabemos que nuestra Paz es el Señor Jesucristo.  Lo experimentamos tanto en la profundidad del corazón como en la misión que el Señor nos encomienda: el amor al prójimo, la ayuda a los más necesitados, reconocer a Cristo en el que sufre. Debemos entender muy bien qué es la mística, pues si mística es todo, en definitiva no es nada.

Humildemente trato de compartir algunos escritos de la Universidad Católica de Argentina, precisamente para desmitificar la mística cristiana.

Gracias al Concilio Vaticano II (que ya veremos con más detalle) podemos establecer una relación amistosa con todas las confesiones religiosas en un marco de fraternidad y diálogo edificante. Tomamos sus aportes valiosísimos (por ejemplo lo corporal para el hinduismo), en concordancia con las enseñanzas de las constituciones y documentos Nostrae Aetate, Unitatis Redintegratio, Ad Gentes, Lumen Gentium que invito a que lean.

Gracias por vuestra participación en los comentarios y coincidir conmigo en que estos temas no deben ser tratados con miedo ni fomentar polémicas sino un sentido de admiración ante la obra de Dios que crea la diversidad como desafío para el AMOR Y EL RESPETO ENTRE NOSOTROS.



Susana

jueves, 3 de octubre de 2013

HERMANAS CARMELITAS DE VALLADOLID


 Queridos amigos:

Les comparto este video de las Hermanas Carmelitas de Valladolid. Esto para matizar nuestros intercambios sobre mística cristiana.