Estuve de retiro en la Abadía Benedictina de Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Fueron seis días magníficos. Nos predicó el Padre Roberto Ghiogna, OSB.
A continuación les comparto una brevísima síntesis del mismo. En breve retomaremos el tema de la Mística Cristiana.
Se trata de recuperar la presencia de Dios en nuestras vidas. Saber tomar conciencia de que El está siempre con nosotros. Jamás nos abandona. Dios está en el camino de nuestra vida. Está comprometido con ella.
El mensaje que nos dan los monjes es que para ellos la vida es una constante celebración. Ellos cantan y celebran la vida. Nosotros también debemos hacer de la vida un canto de alabanza a ese Dios que se ha metido en nuestra historia.
"Con misericordia te elijo para que cantes mi alabanza"
Es preciso abrir el corazón y el oído a Dios. Hacer silencio para escuchar. No quedarnos jamás con experiencias negativas. Dios es siempre NOVEDAD. Dejar lo viejo y así hacer espacio para lo nuevo.
Caminar en la novedad de Dios significa no dejarme llevar por los condicionamientos externos. Estos no tocan mi yo profundo cuando soy conciente de Su Presencia en mi vida.
Es preciso "nacer de nuevo y de lo alto" ese será entonces un verdadero nacimiento en Dios, un nacimiento espiritual. Cuando se nace de nuevo, se ve la vida a la luz de Dios = conversión = metanoia. Se ven las cosas con la mente de Dios.
Para los cristianos nuestro Dios es uno que camina en nuestra historia y esta es la novedad.
Tenemos que tener capacidad de fiesta, de celebrar esa presencia de Dios en nuestra vida. Mi oración será entonces: "Señor ensancha mi corazón para que quepan todos". Se trata de vivir "desde el Espíritu que hace nuevas todas las cosas".
Cristo es el Señor de la Historia. Dios, en Cristo, se mete en la historia humana. No es un panteísmo. Yo Lo tengo dentro. Es la sorpresa. Dios hace camino con nosotros.
Muchas veces no se entiende la frase "Dios entregó a su Hijo", lo que debe quedarnos claro es que son el Padre y el Hijo quienes se dan en la Cruz.
En cada Eucaristía me debo sorprender: "Me transformo en aquéllo que recibo".
En cuanto a las experiencias dolorosas, éstas son inevitables. Sin embargo, Dios ama la realidad, aunque muchas veces no la apruebe. Cuando integro mi sufrimiento en Cristo, éste se hace mucho menos doloroso. Dios no desprecia ningún sufrimiento.
"Hacer fuego aún con astillas húmedas", ésa es la fe.
Susy querida, gracias por compartirme la experiencia del retiro con benedictinos, que regalo para el grupo que asistió!!!!!!! No te pude incluir un comentario en el blog porque no se qué es un "HOST" que debe aparecer con mi identificación, esto de la tecnología ja ja ja ja . Un abrazo CAMILA
ResponderEliminarGracias Camila querida. Aquí pegué tu comentario que me hiciste llegar por e-mail. Beso inmenso a toda Colombia queridísima tierra latinoamericana.
ResponderEliminarQuerida Susana:
ResponderEliminarEs un regalo del Señor que estes entre nosotros, tu blog es tan rico en posibilidades que supera cualquier expectativa.
Tu retiro con los monjes trapences nos enriquece, que experiencia hermosísima!!! , llevarnos con vos, orar por nosotros y confiarnos a todos a la Virgen, es de Dios.Gracias querida amiga!!!
Tambien oramos por vos, que el amor y la paz que irradias permenezca por siempre.
Desde el amor infinito de Jesús y María
Gracias querida Alicia por tus palabras. Yo le retribuyo todo esto al Señor que es el único artífice de mi apostolado. Toda la gloria para El y su Santísima Madre. Beso grande.
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