miércoles, 16 de marzo de 2016

Un breve texto de Thomas Merton



 
“La meditación, sin causa ni razón, sin una finalidad, sin un propósito, es un fenómeno increíble. No es solo una gran explosión que purifica, sino que también es muerte, muerte que no tiene un mañana. Su pureza es devastadora; no deja un solo rincón secreto donde el pensamiento pueda esconderse entre sus propias sombras. Su pureza es vulnerable; no es una virtud engendrada mediante la resistencia. Es pura, porque carece de resistencia, como el amor.
 
En la meditación no hay mañana, no hay argumentos con la muerte. La meditación es la destrucción de la seguridad, y en la meditación hay gran belleza; no la belleza de las cosas que han sido producidas por el hombre o por la naturaleza, sino la belleza del silencio.
 
Este silencio es el vacío en el cual todas las cosas fluyen y existen. Es lo incognoscible, y ni el intelecto ni el sentimiento pueden llegar a ello; no hay un sendero que conduzca a este silencio, y cualquier método para ello es la invención de un cerebro codicioso. Todos los sistemas y recursos del yo calculador deben ser completamente destruidos; todo avanzar o retroceder debe llegar a su fin, sin mañana. La meditación es destrucción, es un peligro para quienes desean llevar una vida superficial, una vida de mito y fantasía”. 
 


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