sábado, 25 de junio de 2016

... LA CURACION DEL ESPÍRITU

... La curación es progreso y resurrección. Puede entenderse de alguna manera contemplando las heridas de Cristo crucificado.
Estas siguen todavía presentes. La resurrección no las hace desaparecer . Pero están glorificadas, transformadas, transfiguradas. Ahora son hermosas. En el mismo sentido, la meditación puede eliminar los efectos mutiladores de las dolorosas heridas que tenemos y puede hacer hermoso lo que antes era feo. Y puede dar a la personalidad tal profundidad en el amor y en la visión, que los espíritus ya no pueden volver a amedrentarnos así como tampoco las sirenas nos seducen más.

Y luego viene la liberación del verdadero Yo, cuando el Padre y el Hijo neurótico han perecido de hambre o de desprecio. Entonces, el Hijo natural, alimentado por este gran amor, surge desde las profundidades del propio ser. Este Hijo, contrariamente al neurótico, es inocente, inquisitivo, religioso, artístico ... la fuente de la creatividad. Es el Hijo contemplativo, sujeto de la oración de quietud. Ahora empieza a AMAR, a cantar, a danzar y a desear la belleza. Pero sobre todo grita: ¡"ABBA, PAPÁ"!  Es aquí el momento en que despertamos y somos curados.
No obstante, así como la iluminación no es nunca completa en este mundo, tampoco lo es la curación.

De esto hablaremos en una entrada futura ...

... Continuará ...

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