martes, 20 de diciembre de 2016

CAMBIAR DE ESPÍRITU

Si queremos iniciar un camino espiritual por gracia de Dios, es decir, responder a ese llamado que Dios nos ha hecho, deberemos tener en cuenta que EL ARREPENTIMIENTO marca el punto de partida de nuestro viaje.
 
El término griego Metanoia significa cambiar de espíritu, arrepentimiento. Pero no debemos entenderlo negativamente sino positivamente. Arrepentirse no es mirar hacia atrás lamentándose, sino hacia adelante con esperanza.
No es mirar hacia abajo donde se pudren nuestros defectos, sino hacia lo alto, hacia el amor de Dios. 
No se trata de ver nuestras carencias, sino en lo que podemos convertirnos con la ayuda de la gracia divina.
Arrepentirse es abrir los ojos a la luz.
 
En este sentido, el arrepentimiento no es un acto aislado, un paso inicial, sino un estado continuo, una actitud del corazón y de la voluntad que debe ser renovada sin cesar hasta el final de la vida. Según San Isaac de Escete, "Dios exige que nos arrepintamos hasta nuestro último suspiro". San Isaac el Sirio añade:"Se os ha dado esta vida para que os arrepintáis y no la malgastéis en otras cosas".

Arrepentirse es despertarse.

 
El arrepentimiento, este cambio de espíritu, nos lleva a la vigilancia, nepsis, término griego que quiere decir, en sentido literal, sobriedad, vigilancia, lo opuesto al estado de estupor producido por las drogas o el alcohol.
 
Ahora bien, en el contexto de la vida espiritual, nepsis significa atención, vigilancia, recogimiento. El ser humano néptico es el que ha entrado en sí mismo; que no sueña despierto bajo la influencia de impulsos pasajeros. El ser humano néptico es el que posee un sentido, una dirección, una finalidad.
 
Estar vigilantes es, entre otras cosas, estar presentes donde estamos, en este punto particular del espacio y en este momento preciso del tiempo. Frecuentemente vivimos dispersados, instalados en el pasado o en el futuro con nuestras inquietudes y deseos. Debemos pensar en el futuro en la medida en que dependa del momento presente, pero inquietarse por eventualidades que escapan a nuestro control inmediato es pura y simplemente derrochar nuestras energías espirituales.
El ser humano néptico está a la vez en el aquí y en el ahora. Es él el que está en poder del kairós, momento decisivo de la ocasión. El presente es el punto en el que el tiempo toca la eternidad. Como enseña el Maestro Eckart: "Quien permanece siempre en la presencia del Ahora, es aquél en quien Dios engendra sin cesar a su Hijo".
... continuará

4 comentarios :

  1. Muy interesante y benéfica tu publicación, como siempre, Susana. Comentario en Facebook de Margarita Campora Michel.

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    1. Muchas Gracias Margarita. A través tuyo, agradezco también a todos los lectores de mi blog que son muchos y que no aparecen como seguidores. Gracias. Gracias. Gracias.

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  2. Gracias querida Susana; Que Dios te bendiga siempre!! cuanto bien haces a las almas!!! Comentario de María Teresa Rojas Orúe publicado en Facebook.

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    1. Gracias Marité y mis cariños a los habitantes de tu hermosa tierra Paraguaya.

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