Para
transitar el camino del Silencio hay que estar dispuesto a no pretender
nada. A no buscar iluminación, sabiduría, felicidad... Ni siquiera
Silencio. Porque, ante todo, es un camino de abandono.
El camino del Silencio no precisa maestros, gurús, obras de referencia... Nada de eso. Ni conferencias, retiros... Es cierto que a veces hay inspiraciones que nos ayudan a descubrir nuestras trampas. Pero si en vez de eso crean una nueva trampa, un nuevo sistema de creencias, de técnicas, de personas a las que aferrarse, no sirven para nada, no modifican nada, seguimos presa de nuestro ego, de nuestra trampa.Cuando no necesitamos nada, nos quedamos vacíos, estamos abiertos a la posibilidad de un encuentro, de una acogida. No hay mayor felicidad que la de estar vacío.
Esto es el Silencio, una invitación a aceptar la vida. Una invitación a volver dentro, donde nada es necesario.Para ir dentro hay que despedirse de todo, dejarlo todo atrás, quedarse vacío de todo. Hay que haberlo perdido todo, como el hijo pródigo.
El camino del Silencio no precisa maestros, gurús, obras de referencia... Nada de eso. Ni conferencias, retiros... Es cierto que a veces hay inspiraciones que nos ayudan a descubrir nuestras trampas. Pero si en vez de eso crean una nueva trampa, un nuevo sistema de creencias, de técnicas, de personas a las que aferrarse, no sirven para nada, no modifican nada, seguimos presa de nuestro ego, de nuestra trampa.Cuando no necesitamos nada, nos quedamos vacíos, estamos abiertos a la posibilidad de un encuentro, de una acogida. No hay mayor felicidad que la de estar vacío.
Esto es el Silencio, una invitación a aceptar la vida. Una invitación a volver dentro, donde nada es necesario.Para ir dentro hay que despedirse de todo, dejarlo todo atrás, quedarse vacío de todo. Hay que haberlo perdido todo, como el hijo pródigo.
Manuel López Casquete
Foto: Andrés Alén
Foto: Andrés Alén

No hay comentarios :
Publicar un comentario