domingo, 24 de junio de 2012

EL AIRE AZUL DEL ALMA


Les comparto otro trabajo mío para el Taller Literario.

La consigna es sacar siempre a los ojos el aire azul del alma para ver lo que nunca alcanza la mirada.

 

"Nosotros los que tenemos fe miramos siempre las cosas como permitidas para nuestro bien, aún lo malo tiene sentido.

Recuerdo haber vivido experiencias negativas que guardé misteriosamente en algún rincón del inconciente para que no me molestaran en la vida y sin embargo de repente salían sin pedir permiso con violencia perturbadora tratando de convencerme que el rencor es valioso y la violencia justificada.

Pero la vida me enseñó que ni reprimir es bueno para la propia salud ni ejercer la violencia en perjuicio de los demás.

Estoy tratando de aprender a sacar siempre a los ojos el aire azul del alma para ver lo que nunca alcanza la mirada.  Ver con el corazón, porque la mente se equivoca una y otra vez y tratando de arrastrarme  por diversos estados de ánimo de acá para allá. Y yo pierdo así mi señorío y el dominio sobre mí misma pues de pronto me transformo en un objeto que se deja dominar por un sinfín de sentimientos y pensamientos que afloran como barcos sin timón por el agitado mar de la razón.

Vivir desde el corazón es tan diferente: es atreverme a ver lo malo de mí misma sin regodearme en ello, sino integrándolo a mi ser como parte de mi vida. Esa parte oscura que al integrarla deja de tener ese poderío sobre mí.  Pensar que se me enseñó de chica a reprimir malos pensamientos y sentimientos como si con ello me dejarían de molestar. ¡Cuánto error difundido por allí! ¡Hasta desde la misma religión! Todo ello no logró otra cosa que asustarme y alejarme del bien que me intentaron enseñar.

Ver con la mirada del alma me permite conocerme en profundidad sin escandalizarme porque vivan en mí el amor y el odio, espíritu e instintos, solidaridad y envidia,  codicia y  templanza. Reconocer la parte oscura de mí me libera de esos demonios y por lo tanto no vivo con miedo a sus ataques, sino que aprendo a mirarme compasivamente y de esa forma hacer que prevalezca lo mejor de mí para mi propio bien y el de los demás.

Reconocer que tengo miedo me permite indagar más profundamente en sus causas profundas y descubrir la mentira que se esconde detrás de él. Alguna carencia afectiva que me lleva a enojarme porque es más fácil el enojo que aceptar el rechazo de los demás, sobre todo de algún ser querido.

Está bueno conocerse así. Como dicen los jóvenes de hoy está bueno conocer las causas profundas de nuestras actitudes, pero con ojo amplio, sin censuras, sin represión, sin moralismos atroces ni normas arbitrarias que nos enferman.

Les deseo a todos atreverse a autoconocerse. Para ello practico la meditación como manera de hacer silencio y estar en quietud para dejar de hacer y empezar a ser. Las grandes tradiciones religiosas como el hinduismo el budismo y ahora el cristianismo la practican. Es una experiencia sanadora y liberadora. Desde la tradición que quieran los invito a practicarla como forma de aprender a tomar cada aspecto negativo como un desafío para descubrir fuentes de sanación interior".

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