23/10/2015 – “Los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente”, con libertad y en la verdad de la fe. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El
Pontífice reflexionó sobre el discernimiento que la Iglesia debe hacer
viendo los “signos de los tiempos”, sin ceder a la comodidad del
conformismo, sino dejándose inspirar por la oración.
Los
tiempos hacen lo que deben: cambian. Y los cristianos deben hacer lo
que quiere Cristo, a saber: evaluar los tiempos y cambiar con ellos,
permaneciendo “firmes en la verdad del Evangelio”. Lo que no se admite
es el tranquilo conformismo que, de hecho, hace que permanezcamos
inmóviles.
Inspirándose
en un pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, el Santo Padre
explicó que el Apóstol predica con “mucha fuerza la libertad que nos ha
salvado del pecado”. Mientras el Evangelio relata que Jesús habla de los
“signos de los tiempos” definiendo hipócritas a quienes saben
comprenderlos pero no hacen lo mismo con el tiempo del Hijo del Hombre. Dios
nos ha creado libres y “para tener esta libertad debemos abrirnos a la
fuerza del Espíritu y entender bien qué cosa sucede dentro y fuera de
nosotros”, usando el “discernimiento”:
“Tenemos
esta libertad para juzgar lo que sucede fuera de nosotros. Pero para
juzgar debemos conocer bien lo que sucede fuera de nosotros. ¿Y cómo se
puede hacer esto? ¿Cómo se puede hacer esto, que la Iglesia llama
‘discernir los signos de los tiempos’? Los tiempos cambian. Es
precisamente de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer
los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Lo que
significa una cosa y lo que significa otra cosa. Y hacer esto sin miedo,
con libertad”.
El
Papa Bergoglio reconoció que no es una cosa “fácil”, porque son
demasiados los condicionamientos externos que también afectan a los
cristianos induciendo a muchos a un más cómodo “no hacer”:
“Este
es un trabajo que nosotros no solemos hacer: nos conformamos, nos
tranquilizamos con ‘me han dicho, he oído, la gente dice, he leído…’.
Así estamos tranquilos… ¿Pero cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que
el Señor quiere darme con aquel signo de los tiempos? Para
entender los signos de los tiempos, ante todo es necesario el silencio:
hacer silencio y observar. Y después reflexionar dentro de nosotros. Un
ejemplo: ¿por qué hay tantas guerras ahora? ¿Por qué ha sucedido algo? Y
rezar… Silencio, reflexión y oración. Sólo así podremos comprender los
signos de los tiempos, y qué cosa quiere decirnos Jesús”.
Y comprender los signos de los tiempos no es un trabajo exclusivo de una élite cultural.
Jesús – recordó Francisco – no dice “miren cómo hacen los universitarios, miren cómo hacen los doctores, miren cómo hacen los intelectuales…”. Y subrayó que Jesús habla a los campesinos que, “en su sencillez” saben “distinguir el trigo de la cizaña”:
“Los
tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar
continuamente. Debemos cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en
la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse
continuamente según los signos de los tiempos. Somos libres. Somos
libres por el don de la libertad que nos ha dado Jesucristo. Pero
nuestro trabajo es mirar qué cosa sucede dentro de nosotros, discernir
nuestros sentimientos, nuestros pensamientos; y ver qué cosa sucede
fuera de nosotros y discernir los signos de los tiempos. Con el
silencio, con la reflexión y con la oración ”.
Fuente: Radio Vaticana
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