PROFUNDO CORAZÓN
«En el centro de nuestro ser está un punto de la nada preservado del pecado y de la ilusión, un punto de pura verdad, un punto o chispa que pertenece enteramente a Dios, del cual nunca podemos disponer y desde el que Dios dispone de nuestras vidas, un punto inaccesible a las fantasías de nuestra mente o la brutalidad de nuestra voluntad.
Este pequeño punto de la nada y de absoluta pobreza es la pura gloria de Dios
en nosotros. Es por así decir Su Nombre escrito en nosotros.
Lo mismo que están nuestra pobreza, nuestra indigencia, nuestra dependencia y
nuestra filiación, está este puro diamante que brilla con la luz invisible
celestial.
Está en todo hombre. Y si pudiéramos verlo veríamos estos billones
de puntos de luz juntándose en la faz y resplandor de un sol que haría
desaparecer completamente toda la oscuridad y crueldad de la vida.
No tengo receta para esta visión; sólo se da. Pero la Puerta del Cielo está en
todas partes».
“Conjeturas de un Espectador Culpable”
de Thomas Merton.
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