"Nuestro
mundo interior es una frenética colmena de actividad, y a eso lo
llamamos diálogo interior; la mayor parte de ese diálogo interior es una
suma de creencias que otras personas nos han transmitido. La forma de
llegar a este lugar de paz interior es acallar el frenesí interno. A
medida que aprenda a acallarse el diálogo interior y sentirse más en
paz, comenzará a percibir la presencia de Dios en su vida. Esa paz la
sentirá tanto en su cuerpo como en su mundo interior. Cuando acallas el
diálogo interno, te encuentras en contacto directo con la amante
presencia de Dios; Dios reside dentro de nosotros".
Enrique Montalt Alcayde
Enrique Montalt Alcayde
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