martes, 28 de marzo de 2023

EL MIEDO A DIOS ... Continuación ...

Con esa serie de imágenes negativas que he venido mencionando, decididamente no puedo relacionarme sanamente con Dios. No puedo considerarlo bondadoso, generoso, amoroso, tierno, dulce. Es decir no estoy relacionándome con el verdadero Dios. No lo conozco. Entonces tenemos una cantidad de creyentes que van a Misa porque tienen miedo de que Dios se enoje si no lo hacen, se sienten obligados a AMAR, A PERDONAR. No hay cosa más ridícula que esto, supera nuestra capacidad de comprensión. ¡¡¡Si voy a Misa, voy porque para mí es una fiesta a la que voy a nutrirme de la Palabra de Dios y de la Eucaristía!!! No voy porque si no lo hago estoy pecando y Dios me va a castigar. Esto se enseñó por siglos. Debemos desaprender y desandar este camino equivocado. Pero no temamos, es Dios quien está guiándonos.

Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, el Rostro Humano de Dios, echa por tierra todo esto y en la cita del Evangelio de Marcos 1, 21-28 se nos dice: “Llegaron a Cafarnaún y el Sábado entró Jesús en la Sinagoga y comenzó a enseñar. La gente se admiraba de cómo les enseñaba porque lo hacía con plena autoridad Y NO COMO LOS MAESTROS DE LA LEY.

 

En la Sinagoga del pueblo un hombre, (tal vez un escriba o un fariseo pues los pobres no entraban allí) que tenía un espíritu impuro gritó: “¿Por qué te metes con nosotros Jesús de Nazareth? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco. ¡Se que eres el Santo de Dios!” (hasta los espíritus impuros lo reconocen a Jesús como Dios), entonces Jesús reprendió a aquél espíritu diciéndole “¡Cállate y sal de este hombre!”.

 

El espíritu impuro sacudió con violencia al hombre y gritando con gran fuerza, salió de él. Todos se asustaron y se preguntaban unos a otros ¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva y con plena autoridad! ¡Hasta a los espíritus impuros da órdenes y le obedecen! Muy pronto la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea!”.

Ahora les pregunto: ¿Ustedes quién creen que tenía el espíritu impuro? (¿el clero no?)…. ¿Qué sucede cuando Jesús libera a este hombre de ese espíritu?...

El Señor vino a la tierra porque se apiadó de nosotros, de que sufriéramos tan inútilmente por nuestras guerras, enfermedades, odios, disputas, egoísmos, nuestra inclinación al mal. El Señor vino a la tierra precisamente porque no es indiferente, no es calculador, no es asfixiante, no es alienante. Esta sociedad no lo entiende porque no sólo está sorda sino ciega y muda pues no se atreve a oir lo que Jesús dice, no se atreve a ver el mal ajeno y salirse de sí mismos y no tiene el coraje de declararle la guerra a esas imágenes de Dios que no tienen nada que ver con Él sino más bien con el Espíritu Maligno. Dios nos aconseja, nos invita. ¡JAMAS OBLIGA!. Respeta la libertad del ser humano a rajatabla. ¡NO LO OLVIDEMOS NUNCA! 

Te voy a solicitar que esta semana hagas una lista de las sensaciones negativas que aparecen en tu interior cuando dices la palabra DIOS. Si descubres que tienes la imagen de un Dios indiferente a tus problemas, a tus sufrimientos, a tus dificultades, a la injusticia, a los padecimientos de la humanidad, un Dios demasiado alto, déspota y lejano parecido a tu padre o madre autoritarios o demasiado absorbente, tendrás que pedirle que sane esas imágenes equivocadas que tienes de Él y que lo puedas descubrir como alguien siempre cercano, muy respetuoso, compasivo, etc. como es Jesús, el Rostro Humano de ese Dios. Recordemos que Jesús nos dice “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre” ¿Tienes presente este concepto? ¿Reflexionas en esto? ¿Buscas tener una relación más profunda con Dios? O sólo cumples normas por temor a su castigo?. 

También te invito que en esta semana confecciones una lista de los recuerdos negativos que tienes de Dios, por ejemplo, aquélla vez que le pediste ayuda y Él no intervino para auxiliarte; o esa otra ocasión en la que le rogaste que no se muriera tu mejor amiga e igual se murió, o cuando le pediste ayuda para no perder tu empleo o tu casa, etc. y sentiste que no fueron oídas tus súplicas. Escribe también las veces que te sentiste abandonada/o, rechazado, olvidado y esto te llevó a una relación más fría y distante con Dios. Pero después de hacer esta lista, es importante que vayas ofreciendo en la oración estos recuerdos escondidos, para que Dios sane tu relación con Él. Cuando oramos en forma contemplativa, es decir, sin hablar, sin pedirle nada, es el momento en que Él más actúa sanando todas estas heridas y aún aquéllas  que no recordamos tener. Sólo tenemos que hablar muy poquito, al comenzar, decir: “Aquí estoy Señor, haz de mí lo que quieras” y entregarnos al silencio y a la repetición de nuestra fórmula sagrada: al inhalar “Señor Jesucristo” y al exhalar “Ten misericordia de mí”. 

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Ahora bien, si necesitas discutir con Él, llorar, lamentarte, hazlo libremente pero no le niegues la oportunidad de que Él sane todas las heridas de tu alma. Hace mucho tiempo que quiere hacerlo. De esta forma, podrás reconciliarte con el verdadero Dios en tu emotividad,  lo conocerás y podrás experimentar con Él una amistad que tenga gozo y ternura.

Otro ejercicio importante y que también te invito a que practiques,  es recordar todas las cosas buenas y bellas que podemos decir de Dios: generoso, infinito, todopoderoso, amoroso, misericordioso, compañero, guía, fiel, cercano, tierno, hermoso, lleno de vida, etc. Si no puedes disfrutar de ninguna de estas alabanzas, porque no puedes descubrir que Dios sea realmente así, debes reconocer que hay algo enfermo en tus imágenes de Dios que, como hemos venido diciendo, necesitan sanarse. Entonces trata de repetir muchas veces esas alabanzas que te cuestan, intentando cargarlas de un significado; hasta que sientas que tu corazón se libera, se amplía, se eleva, se alegra de decirle a Dios estas cosas bellas, estas alabanzas hasta que realmente tu corazón se goce al descubrir que Él es realmente así y que Él es el importante.

 

Reitero: por todo esto, si hasta ahora hemos tenido una relación superficial con Dios, que nos ha servido de poco y que no nos ha preparado para estar fuertes ante las dificultades, estamos a tiempo siempre para comenzar un camino para que nuestra relación con Él sea más profunda, sana, madura y más fecunda para nuestra vida. TODO CRISTIANO ESTÁ LLAMADO A EXPERIMENTAR LA PLENITUD EN DIOS. QUE ASÍ SEA Y QUE SANTA MARIA Y TODOS LOS SANTOS DEL CIELO NOS ACOMPAÑEN EN NUESTRO CAMINO. AMEN. 

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