Había un carpintero ya entrado en años que estaba listo para retirarse.
Le contó a su jefe sus planes de dejar el negocio de la
construcción y llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar
de su familia.
El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía
y le pidió cómo favor especial si podría construir una sola casa más y
el carpintero accedió. Claramente se notaba que no estaba poniendo el
corazón en su trabajo, y hasta utilizaba materiales de baja calidad,
acompañados de un trabajo deficiente. Verdaderamente era una
desafortunada manera de terminar su carrera.
Cuando el carpintero terminó el trabajo su jefe fue a
inspeccionar la casa y le entregó las llaves de la puerta principal
diciéndole: "Esta es tu casa, es mi regalo para usted."
¡Qué pena!
Si el carpintero hubiera sabido que estaba
construyendo su propia casa, la hubiera hecho de una manera totalmente
diferente.
Está en nosotros construir nuestras vidas de manera
distraída, o prestando atención a cada detalle, dando siempre lo mejor
que podemos.
Entonces, manos a la obra, construyamos nuestras casas
eligiendo cuidadosamente los materiales, y ordenando armoniosamente el
interior y el exterior, teniendo en cuenta que también es la casa por
la cual pasan nuestros hijos, y lo que aprendan de ella será parte de
su herencia.
Sólo gracias, por esta reflexión, Dios te bendiga gracias.
ResponderEliminarBendiciones a tí también!!!
ResponderEliminar¡Muy hermosa la reflexión!¡Gracias Susana!
ResponderEliminar¡Feliz Domingo! Un abrazo. Dios te bendiga.
Gracias Marian Feliz Domingo para tí también y muchas bendiciones.
ResponderEliminarGracias Susana por tus oraciones, tu presencia, tus palabras.
ResponderEliminarSiento como ellos me protegen, me ayudan en la comunión de los santos.Estamos muy unidos a ellos.¡Bendito sea Dios!
Un abrazo Susana. ¡Feliz semana!
Dios te bendiga.
Gracias Amor!!!
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