Los monjes de antaño huían al desierto, del ruido y la distracción del
mundo. Si hiciéramos lo mismo hoy, nuestra tentación sería llevar
nuestros celulares en nuestras mochilas! Pero, como los buenos monjes,
también nosotras/os somos creados para buscar a Dios, y muchos están
comenzando a buscar cómo hacerlo. El movimiento llamado “El Nuevo
Monasticismo” trata de replantear antiguos valores en nuestras vidas del
presente. Propone que nuestros corazones
pueden ser nuestros monasterios en medio de nuestras ocupadas vidas.
Podemos estar quietos y silenciosos, y así cultivar un lugar de
silencio, que compartimos sólo con Dios, en el fondo de nuestros
corazones.
La antigua experiencia de Elías aún hace eco en
nosotras/os, y tironea nuestros corazones. A Elías se le dijo que
saliera y se quedara de pié en la montaña, esperando al Señor que estaba
por pasar por ahí. Entonces vino el rugido de un gran viento; pero el
Señor no estaba en el viento; tampoco en el terremoto que siguió, ni
tampoco en el fuego. Entonces se nos dice: “Después del fuego vino el
sonido de un silencio puro y continuo.” Elías escuchó este misterioso
silencio, y salió a encontrarse con Dios (1 Reyes 19:11-13). Hablaron
entre los dos, y entonces Elías supo lo que tenía que hacer.
Experiencias como ésta pueden ser nuestras, cuando escojamos dejar atrás
el mundo tan ocupado, y bajar a lo profundo de nuestros corazones, ese
lugar secreto donde, como dice Jesús “encontraremos a nuestro Dios que
está ahí”(Mateo 6:6).
Brian Grogan SJ
Brian Grogan SJ
Gracias Susana a Vos por todo lo que das,por todo lo que compartis ,es muy valioso,como una gota de lluvia que riega el alma.
ResponderEliminarGracias por Tu amistad ,un abrazo
Diana
Muchas gracias Diana por tus palabras que me alientan siempre!!! Los amigos mal llamados virtuales, somos verdaderos amigos que empleamos la tecnología para esparcir amor en un mundo que lo necesita y mucho!!!
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