Urge poner en claro el concepto que hace creer que la contemplación es
un privilegio reservado a una élite muy reducida. Si coincidiera con
fenómenos extraordinarios, sería una gracia de pocos cristianos; pero
despojada de los fenómenos que no pertenecen a su núcleo esencial, puede
alcanzarla —según el carisma del Espíritu— cualquier bautizado que haya
respondido positivamente al proyecto divino de santidad.
No podría ser de otro modo: la actividad contemplativa es el desarrollo de la fe, de la esperanza y de la caridad, que forman el elemento base de la vida cristiana.
La invitación del Espíritu, que puede recibir un cristiano mediocre,
está dirigida a todos; sobre todo a los seglares que son la más
prometedora esperanza de la Iglesia. Un seglar contemporáneo, que se
«interrogaba sobre los tiempos presentes», Jacques Maritain, junto a su
mujer Raissa, pensaba en tantos contemplativos del mundo —mucho menos
raros de lo que se supone— que viviendo lo que se llama la vida
ordinaria del buen cristiano (deberes familiares y de estado, la misa
del domingo, cooperación y alguna obra apostólica, preocupación por
ayudar al prójimo lo mejor posible, y algunos ratos de oración en casa)
están preparados con entusiasmo para ir más lejos, pero se ven impedidos
por muchos obstáculos más o menos ilusorios.
La contemplación «es
con frecuencia el tesoro de las personas ocultas en el mundo, conocidas
sólo por algunos, por sus directores espirituales o algún amigo. A
veces, en cierto modo, este tesoro está oculto a las mismas almas que lo
poseen, que viven en sencillez, sin visiones, sin milagros... Esto debe
tenerlo en cuenta nuestra época y también los caminos a través de los
cuales se comunica la contemplación, en una u otra forma a la multitud
de almas que tienen sed de ella (a veces sin saberlo) y que a ella están
llamados aunque sea en modo remoto. La gran necesidad de nuestros
tiempos por lo que a la vida espiritual se refiere, es trasladar la
contemplación a los caminos...».
Gracias
ResponderEliminarBienvenida Cruz María!!!
EliminarHola Su, ¿cómo estás, tanto tiempo? Siempre que puedo, sigo tus publicaciones en Internet, muy interesantes todas. Qué bueno que puedas compartir con nosotros tus conocimientos en la red para ilustrarnos sobre distintos temas, en particular a quienes, como yo, vivimos la mayor parte del tiempo inmersos en la rutina diaria.. Viviana Moguillansky.
ResponderEliminarGracias Vivi. Me alegro que puedas disfrutar las publicaciones. Sabés que te quiero mucho amiga querida.
EliminarYo también, Susy. Gracias por ser como sos.
EliminarMuchos cariños,
Viviana