…El espíritu, una vez en el corazón, no
se detenga solamente en la contemplación, sin hacer nada mas. Allí
encontrará la razón, el verbo interior gracias al cual razonamos y
componemos obras, juzgamos, examinamos y leemos libros íntegros en
silencio, sin que nuestra boca profiera una palabra.
Que vuestro espíritu entonces, habiendo
encontrado el verbo interior, sólo le permita pronunciar la corta
oración llamada monológica: «¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, tened
piedad de mí!»
Pero esto no basta. Debéis además poner
en movimiento la potencia volitiva de vuestra alma, en otros términos,
decir esta oración con toda vuestra voluntad, con toda vuestra potencia,
con todo vuestro amor.
Mas claramente, que vuestro verbo
interior aplique su atención, tanto con su vista mental como con su oído
mental, a esas únicas palabras, y mejor aún, al sentido de las
palabras.
Así, permaneciendo sin imágenes ni
figuras, sin imaginar ni pensar ninguna otra cosa, sensible o
intelectual, exterior o interior, se producirá algo bueno.
Pues Dios está mas allá de todo lo
sensible y lo inteligible. Por lo tanto, el espíritu que quiere unirse a
Dios por la oración debe salir de lo sensible y lo inteligible y
trascenderlo para obtener la unión divina.
Hola Susana, esta musica me pone la piel de gallina, DIOS te bendiga amiga para siempre,
ResponderEliminarYo tengo una relación con El, con DIOS TODO PODEROSO, El mismo me dijo que era mi Padre Celestial.... lo encontraras en mi blog "Una parte de mí".Saludos cordiales
Hola Francisco. Ya mismo visitaré tu blog. Gracias por tu hermoso comentario. Dios te bendice a tí también.
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