Del libro "La mujer: Reina e Indomable" de Anselm Grün y Linda Jarosch
La mujer sacerdotal es líder y acompañante espiritual. Posee una energía interior de la que puede vivir y desea transmitirla a los demás. Anhela consolar y levantar, aspira a irradiar misericordia. Ha aprendido a ver más allá de lo superficial en la expresión de las personas. Con su sexto sentido percibe su propia necesidad interior. La sacerdotisa intenta encontrar, una y otra vez, lo divino que existe en el prójimo, aún en el de carácter hosco y difícil. No lo reduce a lo que ve de él, sino que intuye lo otro más grande que hay en su interior: lo santo.
Asimismo, el aspecto sacerdotal de una mujer se pone de manifiesto cuando no deja de creer, a pesar de su propio sufrimiento, sus decepciones y su desesperación, que en la fe encuentra la fuerza necesaria para elevarse.
Este aspecto sacerdotal, QUE TODA MUJER TIENE, también ayuda a la mujer cuando siente la necesidad de recogerse en su espacio interior, en ese espacio que para ella es sagrado. La mujer sacerdotal siempre anhela nutrirse de una fuente más profunda (Dios en su corazón).
La mujer sacerdotal descubre las huellas de Dios en la vida de las personas y las interpreta. Las mujeres poseen una especial capacidad para detectar e interpretar las huellas divinas en las personas. Ven el núcleo divino de cada ser humano.
Animémonos a desarrollar este aspecto tan importante que Dios nos ha regalado. Para ello la ORACION es el instrumento. Principalmente la oración de SILENCIO Y QUIETUD. ¡¡¡TENEMOS EN MARIA NUESTRA MAESTRA!!!
hermoso!!! ser mujer es una gran bendicón!
ResponderEliminarGracias Constanza. Bienvenida!!! Me encanta que comenten!!! Verdaderamente ser mujer es una bendición. Cariños desde Buenos Aires.
ResponderEliminarHola!! he leido del ermitaño urbano el escondite del silencio y pienso que necesitamos de estos encuentros íntimos con el señor y que vienen a nuestra alma como agua de mayo.. Si nos detenemos a reflexionar sobre esto, descubriremos que es verdad que en el silencio encontramos música callada y soledad sonora.
ResponderEliminarGracias por estos regalos que hacen tanto bien al espíritu!
Muchas gracias Constanza. Así es!!! Esos encuentros profundos con Nuestro Señor nos transforman!!! Beso grande desde Buenos Aires, Argentina.
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