«Tres maneras hay de silencio.
El primero es de palabras, el segundo de deseos y el tercero de pensamiento.
En el primero, de palabra, se alcanza la virtud; en el segundo, de deseos, se consigue la quietud; en el tercero, de pensamiento, el interior recogimiento.
No hablando, no deseando, no pensando, se llega al verdadero y perfecto silencio místico, en el cual habla Dios con el ánima, se comunica y la enseña en su más íntimo fondo la más perfecta y alta sabiduría».
El primero es de palabras, el segundo de deseos y el tercero de pensamiento.
En el primero, de palabra, se alcanza la virtud; en el segundo, de deseos, se consigue la quietud; en el tercero, de pensamiento, el interior recogimiento.
No hablando, no deseando, no pensando, se llega al verdadero y perfecto silencio místico, en el cual habla Dios con el ánima, se comunica y la enseña en su más íntimo fondo la más perfecta y alta sabiduría».
Miguel de Molinos
(1628-1696)
(1628-1696)
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