A continuación mi envío a Vicente y que debajo me respondió magistralmente.
"Querida Susana:
En esta madrugada, es cuando he descubierto en tu correo
" la oracion del silencio" que hace tiempo me enviaste;pero que en mi
ajetreo habia pasado por alto.
En este amanecer he redescubierto su hermosura. Es la oracion
que practico hace tanto tiempo. Mas a lo que me dices , le agrego que cuando me
dispongo a hacerla, la hago de la siguiente manera.
1.-Tomo conciencia que Dios nos habla en el silencio y
nosotros tambien debemos reponderle con el mismo silencio amoroso.
2.-Para la meditacion contemplativa, las palabras no alcanzan
a Dios, porque no sabiendo orar como nos lo recuerdan las Sagradas Escrituras; es
"el Espiritu Santo quien por nosotros gime ante el padre con gemidos inenarrables."
3.- Sólo debemos estar lo más conscientes posible y traer a
la mente la conciencia de que somos habitados por la "Divina Presencia" , especialmente cuando ese silencio está dedicado a Dios. Aunque
la comparación es insuficiente. Es como esos amores de mucho tiempo donde
los enamorados ya no se dicen palabras, sino que se aman en un silencio que
trascendiendo las palabras se queda en la presencia contemplativa del otro que
está allí y yo con "El" en un silencio luminoso que nos une en uno
solo y nos trasciende. Recuerda aquella expresión de Ap.3, 20: "Mira que estoy a la puerta (de tu corazón) y llamo y
si alguno me escucha y abre su puerta, entraré en "el" y cenaré con
"el" y "el" conmigo. Este es el elemento central de la
oración contemplativa del silencio, abrir la puerta del corazón y quedarse
en silencio dejando amarse y restaurarse por "El". Algunas veces la
acompaño con la respiración, sintiendo que cuando expiro le doy mi corazón, lo
estoy amando y cuando inspiro, recibo su amor y su misericordia en la soledad
luminosa de los que se aman, recordando a San Juan de la Cruz: un toma y dame, "tu me besas-yo te beso" hasta que mi ser percibe que se va para
otros cielos. Siento que me pierdo de mí y me dejo asumir por "El" con
entera confianza para decirlo con palabras del propio Juan de la Cruz:
"quedéme y olvidéme,
El rostro recliné sobre mi amado
Dejando mi cuidado
Sobre las azucenas olvidado".
4.- Este silencio amoroso en nuestra relación con Dios , es
profundamente terapéutico. Mientras más silencio guardo y aquieto mi mente,
es en el silencio que Dios me cura de mis males, que me ama, que hace en mí
lo que El quiere que yo sea.
5.- Efectivamente, la oración centrante y la meditacion
contemplativa, son medios para llegar el encuentro con Dios que requieren
previamente de una "palabra sagrada" o un mantra", para que la
"loca de la casa" (la mente) no nos lleve para otra parte. Cuando se avanza
en elcamino de la contemplación ya no se necesitan palabras, sólo tomas
conciencia de la Divina Presencia amorosa que nos habita, le das la bienvenida y
te entregas al sielencio amoroso, luminoso y profundo en la coniencia de que
estás en el regazo de tu Padre creador; y allí, en ese taller de curación te
silencias para amar, dejarte amar, dejarte curar y restaurarte por Jesus .
6.- Es a partir de allí cuando empiezas a ser lo que
"El" quiere que tú seas, que te plenifica y fortalece para hacer
"Su voluntad" en la entrega.
7.- El mismo Señor nos lo dice en Mt 6,6: "Cuando vayas a
orar, cierra tu puerta ( que es como decir"callate la boca"), entra en tu
aposento y habla a Dios en '"el silencio" y Dios, que mora en el
silencio, te recompensará.
Bueno, querida amiga en Xto gracias por compartir conmigo
esta forma de oración.
Dios te bendiga y lo más importante, que tengas
un espacio de solitud para estar con "El".
Vicente de jesus.
Nota :Alguna vez tomé conciencia de que mi alma por Su
amorosa misericordia y amor ,"El" la asumió para sí al meditar el nombre de "Jesus",a pesar de todos
mis defectos.
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