´La meditación está
enfocada justamente en el corazón, justo en el centro del misterio
Cristiano. Y el misterio Cristiano sólo puede ser penetrado si entramos
al misterio de la muerte y de la resurrección. Ese es el mensaje
esencial de Jesús. Nadie puede ser un seguidor de Jesús si no se
abandona a sí mismo. Aquel que pierda su vida, la encontrará (Marcos
8:35). En todas las parábolas sobre la naturaleza de las que habla
Jesús, El dice que la semilla debe caer en la tierra o muere, o se queda
aislada.
Lo que hacemos
cuando meditamos y en el camino de la meditación es refinar nuestra
percepción al único punto focal que es Cristo. Cristo es nuestro camino,
nuestro objetivo, nuestra guía. Pero él es nuestra meta en el sentido
de que una vez que somos con El, entonces llegamos con El, a su Padre.
En la meditación llegamos a ese punto focal y lo encontramos en Cristo.´
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